Hacia un programa de Investigación Científica en
materia de medios y modos para la producción de Imágenes e Imaginarios -
Diagnóstico
general provisional y no apocalíptico:
1.. Sobre la investigación y producción de Imágenes e Imaginarios
domina el empíriocriticismo.
2.. Hay una crisis de sobreproducción de imágenes generadora
de caos y barbarie cultural e
intelectual. Se rinde culto fetichista al fetichismo. La producción
de Imagen e Imaginarios
se ejerce dentro de los límites fijados por las leyes del
utilitarismo convencional burgués[1]. A pesar del avance tecnológico
se ha detenido notoriamente el desarrollo de Imágenes e Imaginarios
con estereotipos alienantes e instituciones culturales
rígidas.
3.. Los trabajadores de los medios y modos de producción
de Imágenes e Imaginarios
viven bajo condiciones de explotación y alienación
aceleradas. Tanto los independientes como los asalariados soportan
estragos del modo de producción y distribución
hegemónicos que sólo depara abandono y depresión.
Hay conciencia gremial limitada, poca organización y poca
capacitación transformadora por miedo al desempleo y la violencia legalizada.
4.. Un cierto clientelismo académico y científico
elude el debate y la investigación crítica entre
docentes y alumnos frente a los medios y modos de producción.
Se incentiva poco o nada el desarrollo de protocolos o estatutos
de enseñanza, investigación o creación teórica,
hacia una práctica científica transformadora. En
lo general el concepto Imagen se reduce a lo visual y, casi
exclusivamente, se privilegia el estudio lineal de técnicas
y formas de producción sin contexto ni crítica.
El estudio crítico de la Imagen aparece en la pedagogía
como esclava de lo visible y disuelta en un laberinto de confusiones
visualistas. Hay, no pocos, devaneos mercantiles para la formación
e inserción de estudiantes, investigadores y creadores
dóciles, al mercado laboral hegemónico.
Cierta degeneración en algunas organizaciones científicas,
universitarias, ha producido grupos y tendencias sectarias de
géneros diversos. En general se niegan a luchar por los
intereses y las necesidades elementales de las sociedades en
su situación actual. Dan la espalda a la realidad con
sus verdades. Permanecen indiferentes ante la lucha interna de
las universidades, a sus debates, tensiones y contradicciones.
Como si se pudiera conquistar la verdad y la ciencia sin intervenir
en esa lucha. Se rehúsan a poner en la práctica
la ciencia con sus teorías y métodos para la transformación
total de la realidad burguesa imperialista y el fascismo, camuflado
como se camufle.
5.. La producción científica sobre la Imagen, en el campo
de la educación, tiene, además,
tareas críticas importantes vinculadas con la transmisión
de Imágenes e Imaginarios
en el proceso enseñanza aprendizaje desde la escuela
primaria.
No están exentas de un estudio crítico las teorías
y las tecnologías para la educación. Tales tecnologías
son hoy aun objeto de pocas intervenciones críticas. Es
imprescindible advertir el riesgo de farandulización del
conocimiento en manos de vendedores de herramientas e ideas para
el apoyo educativo.
6.. Hay una imagenfilio fetichista de cierto estrellato libresco
dirigido por algunos poseedores del secreto mayor. Convierten
el maná de la Imagen en votos. Gurúes del
poder que santiguan a sus clientes (y a sí mismos) con estrategias de mercado
más o menos funcionales. Para bienes o servicios, para
la farándula o la política. Hay una lógica
fetichista que instaura en la Imagen poderes domesticadores sobrenaturales
que constituyen un adiestramiento al consumo temprano de tecnologías
e ideologías de época. Con apoyo de algunos gobiernos.
7.. Desde 1994[2] se desarrolla
un movimiento vertiginoso que ha sido capaz de producir experiencias
de Imagen alternativas, independientes, rebeldes
no son
una "novedad" tienen historia y herencias muy concretas,
se trata de un estallido de Imágenes e Imaginarios dispuestos
a construir modos y medios de producción transformadores.
Con sus limitaciones y contradicciones diversas, semejante estallido
debe ocupar un lugar privilegiado en las investigaciones sobre
la Imagen, algunas de ellas también en efervescencia.
Eso está en ciernes.
Definiciones
inconclusas:
Imágenes
e Imaginarios son producción social siempre. Son
recuerdos, sueños, fotografías, filmes, videos,
escritos, dibujos, palabras, sonidos
son estrategia
de la inteligencia para adquirir y expresar el conocimiento,
la comunicación y la creación.[3]
Toda
producción de imágenes ha sido desigual y combinada.
Objetiva y subjetiva.
Como
secreción valiosísima impregnada de conciencia
e inconsciencia,[4] razón e instinto,
enigma y praxis la Imagen es realidad y fantasía[5] la Imagen
es producción humana que a través de sus realizaciones
bio-psíquicas más complejas interroga nuestra relación
dialéctica entre conocer y transformar. Pero también
es producción humana frecuentemente fetichizada[6] al calor de
ciertos intereses dominantes que también poseen carácter
alienante.
Eso
maravilloso que permite capturar, alojar y cargar, con ayuda
de los sentidos, el universo, un universo entero, la materia
en la cabeza, se llama Imagen. Eso que resulta de transportar
(expresar) el universo
interior a otro universo interior, a través de algún
medio y modo sensorial expresivo, es Imagen. Esa materia prima
producto y productora del conocimiento, la
comunicación
y la creación es Imagen. Imagen que es producción
material humana concreta, objetiva y subjetiva, basada en datos
sensoriales, para conocer y producir conocimiento, comunicar
y producir comunicación, crear y recrear el universo exterior
en el universo interior de la cabeza (y viceversa). Es, también, falible,
maleable y no pocas veces inefable.
La
Imagen prueba, de entrada y de salida, la unidad material del
universo con su diversidad formal. Esa es su magnificencia, poderío
y misterio.[7] Una parte
en la historia de la Imagen está plagada de ensayos fallidos,
y/o acertados, para descubrir y usufructuar los mecanismos de
la Imagen. Desentrañarla es una pesquisa histórica
guiada por los intereses más contradictorios y extravagantes.
Desde las religiones hasta las rebeliones, desde la perversión
hasta la liberación. Dominar la Imagen hacerla propia,
funcional o rentable ha sido pretensión y sueño
de muchos. ¿Por qué? ¿Qué hay en
la Imagen que suponga poder... poderes? ¿Qué hay
tan seductor en dominar la producción individual y social
de imágenes? ¿Qué debate o guerra se gana con
la fabricación e imposición de imágenes?
La historia tiene en el conjunto de las relaciones humanas, su
modo y realidad, repuestas importantes. Y diversas.
Nuestra
definición provisional sostiene:
Que
la Imagen es materia dinámica determinada por la naturaleza,
la historia, los sentidos y el trabajo; proceso en
sí y parte indisoluble de procesos más complejos
para la representación mental y la producción y
transformación de la realidad objetiva y fantástica.
Que
la Imagen es materia dinámica determinada por la naturaleza,
la historia, la necesidad y los sentidos, proceso en sí
y parte indisoluble de procesos psíquicos más complejos.
Representación mental transformadora de la realidad y
de sí en la satisfacción dialéctica de necesidades
objetivas y subjetivas. Síntesis del conjunto de las relaciones
humanas con el universo y consigo para la producción de
hechos científicos, espirituales y fantásticos
Estas
definiciones provisionales apuntan a estudiar orígenes,
comportamientos y alcances de la Imagen como agente dinámico
constitutivo (como
ya se mencionó) de tres operaciones fundamentales: el
conocimiento, la comunicación y la creación. ¿De
qué medios se vale la inteligencia para ordenar con imágenes
pensamientos combinados, desiguales y evolutivos? ¿Cómo
correlaciona lo sensorial con lo mental, colectiva, particular,
e históricamente? ¿Qué puentes establece
entre lo real y lo fantástico? ¿Qué papel
desempeña (entre
otras funciones) con
las emociones, lo onírico, la síntesis, lo lúdico,
la memoria y la intuición? ¿Cómo opera entre
lo mental y la práctica?
Son
nuestras necesidades y las exigencias del intercambio quienes
suscitan las imágenes. La Imagen cumple un papel fundamental
en la transformación del mono en hombre. La Imagen
ha servido como materia comodín maleable al arbitrio de
la experiencia para construir resoluciones intelectivas en las
que se acumula la memoria toda y una parte de ella que es útil
para lo general como para lo muy particular de cierta Imagen
o grupo de imágenes. La Imagen es portadora augural de
sus propios devenires y es muy probable que la aparición
de las primeras imágenes en el hombre hubiesen creado
estupores inenarrables por lo pasmoso de un encuentro, al tiempo
que resolución de necesidades, potencia viva para la construcción
de la memoria, del conocimiento y de la cultura. Hoy aún
no terminamos de asombrarnos.
A la
relación dialéctica entre la realidad objetiva
y la realidad subjetiva pertenece doblemente un grado de arbitrariedad
para la producción de imágenes y un grado de libertad
y de liberación de ciertas tensiones emocionales consustanciadas
en toda Imagen. Es probablemente el campo interno de la creación.
Y ahí no hay gobierno posible sobre las imágenes.
Su comportamiento es de tipo salvaje. Instintivo. Tales imágenes
pertenecen a la categoría más profunda de la identidad
individual. Orbitan planos de la actividad mental que desbordan
los marcos culturales con una persistencia y consistencia totalmente
únicas.
En
esas latitudes tanto la materia como la forma de la Imagen reordenan
y rearman escenarios obedientes a su propia ley y donde la interpretación
de significados pierde parcialmente jerarquías para exigir
interpretación de sensaciones. Especie de sutilización
de lo semántico que sin dejar se serlo muta su lógica
por una más arbitraria determinada por el accidente y
la variabilidad del juego de imágenes. Una especie de
ruptura peculiar, con todo código, empeñada en
descargar emocionalmente andanadas de conmociones emocionales.
Se mezclan colores, aromas, texturas, sonidos. La materia ingresada
sale de ciertos archivos conscientes y se desplaza a aquellas
zonas rebeldes para reconstruirse como en un baile de máscaras
donde los olores se disfrazan de sabores para convencernos de
que son texturas.
Y ello
genera nichos lúdicos extraordinarios tanto como picos
de angustia inexplicables. La Imagen reina en esos lares como
constructora aparentemente caprichosa que va dejando para la
perspectiva general un paisaje cuya lógica arquitectónica
escasamente es legible por esquemas convencionales. Es un hecho
de creación con su estética. Una recopilación
de repertorios que para el gusto o el disgusto siempre promete
ordenaciones nuevas. Ese plano profundo de la subjetividad que
se mantiene permanentemente tiene sus claves en el exterior.
Por momentos logra exaltarse lo suficiente y expide imágenes
armadas con ingredientes de circunstancia.
Unas
veces más intensa que otras, más tenue o luminosa
según cierto azar propio. La Imagen hace suyo
lo profundo, lejano y extenso para acercarlo a lo inmediato,
cercano y específico. Red de planos y dimensiones obediente
al arbitrio de las necesidades. Red de luz transparente y expansiva.
Retícula sobre la totalidad de las experiencias; síntesis
y proyecto inmensurable. Violencia de espacios
y tiempos fiel a lo accidental, lo histórico y lo social.
Individual, colectiva y viceversa. Tiene por garantía
el vacío. Se expande
sobre él cardinalmente para alimentar diálogos
y debates con el caos. No es deidad, no es curiosidad, no es
fatalidad.
Al
lado de esas intenciones que emplazan el fenómeno de la
Imagen como hecho estrictamente cerebral, hay que presentar hipótesis
más amplias que incluyen la totalidad de los sistemas
sensomotrices con sus funciones de regulación y su carácter
vehicular proveedor de información y estímulos.
Además hay que considerar el papel determinante de las
relaciones sociales, su tipo e historia y el modo en que las
mismas se desarrollan. Es decir el conjunto de las relaciones
también sociales es materia prima de la Imagen. El fenómeno
de la Imagen es irreductible a lo neurofisiológico y tiene
como función primordial generar la praxis en la gestación,
consolidación y evolución del conocimiento, la comunicación
y la creación.
Si
la imagen se comporta como suponemos, es decir como producción
de la tensión dialéctica entre varias líneas
de la experiencia y la necesidad. Si de inmediato ese choque
genera sobrecargas en todas las líneas de la red y, por
tanto, otros choques o chispazos. Si esto sucede, además,
en todas direcciones y dimensiones con una intensidad tal que
logra inquietar el ánimo general de individuos o grupos;
el problema de la investigación es extraordinariamente
complejo y amplio. Compete a la Epistemología, a la Semiótica
y a la Estética entre otras disciplinas. ¿Debe
estudiarse la Imagen también como materia de ciencia física,
natural, y/o social? ¿Qué metodología está
habilitada y/o habilita semejante complejidad?
Más
allá de los imperialismos de la imagen, que la pretenden
propiedad exclusiva para la imposición de modelos ideológicos,
y muy al margen de las prepotencias estético-mercantiles,
la imagen continúa siendo un acontecimiento irreductible
y problematizante. La necedad comunicacionalista de algunas teorías
empeñadas en apropiarse la Imagen, quiso hacernos creer
que la reiteración, saturación, posicionamiento
publicístico son clave de un saber incuestionable. Produjeron
con reduccionismos tantas confusiones y engaños que es
necesario hoy replantear medios y modos para el estudio de la
Imagen.
Hace
un programa de investigación cuya capacidad crítica
puntualice eso que, en lo individual y colectivo, poseemos para
pensar y liberar la riqueza de las imágenes. Nada más
aterrorizante que la idea de direccionar la producción
natural de imágenes a cambio de "mundos felices"
donde todos se someten al "modo de producción"
para imágenes, verticalista, autoritario y domesticador.
Hoy
se llama Imagen a casi cualquier signo icónico, portador
de discursos verticalistas. Se llama "imagen corporativa",
"imagen pública", "imagen política",
"imagen publicitaria", "civilización de
la imagen", etc., en una época en que los signos
se cretinizaron para sustituir las expresiones humanas más
genuinas.
El
estudio de la Imagen no puede prescindir de una ética
que obligue a poner en claro peligros y consecuencias, que sobre
la historia de la cultura, inflige toda alienación humana.
Esta investigación sobre Filosofía de la Imagen
privilegia la creación sobre la erudición sin reñirlas.
Pone énfasis en la importancia de expandir el conocimiento
para obedecer al carácter bacteriológico y creativo
de la Imagen con sus potencias exteriorizantes, liberadoras del
espíritu... sus enigmas y promesas, es decir, la vida
misma.
Notas:
[1] En todo el
mundo, gigantescos
conglomerados
se apoderan de los medios
de comunicación. En Estados
Unidos,
donde las normas contra las concentraciones en el campo audiovisual
se abolieron en febrero de 2002, America Online ha comprado Nestcape,
la revista Time, la Warner Bros y la cadena de
información CNN; General Electric, la empresa mundial
más importante por su capitalización bursátil,
se ha hecho con la NBC; la firma Microsoft de Bill
Gates
reina en el mercado de los programas informáticos y quiere
conquistar el de los videojuegos con su consola X- Box, mientras
que con su agencia Corbis domina el mercado de la fotografía de prensa; la News Corporation
de Rupert Murdoch ha asumido el control de algunos de los periódicos
británicos y estadounidenses de mayor difusión
(The Times, The Sun, The New York Post)
y posee una red de televisión por satélite (BskyB),
una de las cadenas de televisión de Estados Unidos (Fox) y una de las principales
empresas de producción de películas (20th Century
Fox).En Europa, Bertelsmann, la mayor editorial del mundo, ha
adquirido RTL Group y controla actualmente en Francia la cadena
de radio RTL y la cadena de televisión M6; Silvio Berlusconi
posee las tres cadenas privadas de televisión más
importantes de Italia y controla, como Presidente del Consejo,
el conjunto de las cadenas públicas; en España,
el Grupo Prisa controla el diario El País, la Cadena SER,
el canal codificado Canal Plus y un polo de editoriales. En Francia,
la crisis del mercado de la publicidad, la caída en las
ventas de periódicos y la llegada de los diarios gratuitos
han llevado al reagrupamiento de las publicaciones periódicas,
favoreciendo la entrada de industriales en el capital de las
sociedades de prensa que se encuentran en dificultades. En este
contexto, el desmantelamiento de Vivendi Universal Publishing
(VUP) ha provocado un cambio radical. El grupo Dassault, presidido
por Serge Dassault, hombre de derechas que obtuvo la alcaldía
con los votos del Frente Nacional y que ya controla Le Figaro
y numerosos periódicos regionales, ha podido adquirir
de este modo el semanario L'Express, la revista Expansion y catorce
publicaciones más, convirtiéndose, mediante la
empresa Socpresse, en el primer grupo de prensa del país.
Por otra parte, el grupo Lagardère, presidido por Jean-Luc
Lagardère, hombre igualmente de derechas, próximo
a Jacques Chirac, que constituye el principal editor de Francia
(Hachette, Fayard, Grasset, Stock, etc.) y que ya posee diversos
periódicos regionales (Nice-Matin, La Provence), domina
el sector de las revistas (Paris Macht, Elle, Tele 7 Jours, Pariscope,
etc.) y controla la distribución de periódicos
a través de la red de quioscos Relay y de las Nouvelles
Messageries de la Presse Parisienne (MNPP), ha comprado el polo
editorial VUP (Larousse, Robert Laffont, Bordas, etc.), convirtiéndose
en uno de los gigantes europeos de la comunicación y no
oculta sus deseos de absorber bien Canal Plus o bien la cadena
de televisión pública France 2. Estos dos grupos
-Dassault y Lagardère- tiene en común la inquietante
particularidad de haberse constituido en torno a una empresa
central dedicada a la actividad militar (aviones de caza, helicópteros,
mísiles, cohetes, satélites, etc.). El viejo temor
se ha hecho realidad: algunos de los principales medios de comunicación
están ya en manos de los vendedores de cañones.
En este momento en el que se producen las tensiones con Irak,
es de imaginar que estos medios de comunicación no se
opondrán enérgicamente a una intervención
militar contra Bagdad. El apetito voraz de los nuevos señores
de la comunicación ha llevado a otras publicaciones a
buscar una orientación crítica para poder escapar
a su control. El grupo Le Monde (2), por ejemplo, se ha aproximado
recientemente a las Publications de la Vie Catholique (Télérama,
La Vie) adquiriendo el 30% del capital, así como al semanario
Le Nouvel Observateur, y proyecta colocar una parte de su capital
en bolsa.
[2] Se hace referencia
al levantamiento zapatista del 1º de enero de 1994 y en
especial a su capacidad de producción y reproducción
colectiva y mundial de Imágenes e imaginarios apoyada
en medios y modos di-símbolos.
[3] Imagen: "
Es usual llamar imágenes a las representaciones que tenemos
de las cosas. En cierto sentido los términos "imagen"
y " representación" tienen el mismo significado.
Pueden emplearse asimismo "imagen" e "imágenes"
para designar las representaciones "enviadas" por las
cosas a nuestros sentidos. Así Epicuro indica en su carta
a Heródoto que las imágenes sobrepasan en finura
y sutileza a los cuerpos sólidos y poseen también
más movilidad y velocidad que ellos, de tal modo que nada
o muy pocas cosas detienen su emisión. No afectan solamente
al sentido de la vista, sino también a los oídos y el olfato; las sensaciones experimentadas
por estos son causadas asimismo por irradiaciones de imágenes.
El concepto imagen ha sido usado con mucha frecuencia en psicología.
En la mayor parte de las ocasiones se ha entendido como la copia
que un sujeto posee de un objeto externo. Aunque las opiniones
sobre el modo como se produce tal copia, y aun sobre la naturaleza
de la misma, han variado mucho a través de las épocas,
ha habido un supuesto constante en casi todas las teorías
sobre la imagen psicológica: el de que se trata de una
forma de realidad interna que puede ser contrastada con otra
forma de realidad externa. La mencionada doctrina de los epiúreos
acerca de los "simulacros", las tesis escolásticas
sobre la naturaleza de las especies inteligibles, y muchas teorías
psicológicas modernas que han intentado explicar psicofisiológicamente
La aparición de las imágenes no difieren entre
sí considerablemente." Nicola Abbagano. Diccionario
de Filosofía.
[4] " Inconsciente
e imaginería: Una de las ideas fundamentales que supone
el enfoque psicoanalítico del espectador dela imagen consiste
pues, en subrayar la estrecha relación entre inconsciente
e imagen: La imagen "contiene algo de inconsciente, de primario,
que puede analizarse"; inversamente, el inconsciente - contiene
- imágenes, representaciones. A decir verdad, es imposible
precisar de que modo está presente en el inconsciente
esta imaginería, puesto que, casi por definición,
el inconsciente es inaccesible a la investigación directa
y sólo indirectamente es cognoscible a través de
las producciones sintomáticas que lo traicionan. El hecho
de que, en estas producciones sintomáticas, desempeñen
un papel las imágenes, no dice evidentemente nada sobre
su existencia en el inconsciente, y esta cuestión sigue
siendo una de las más especulativas de toda la doctrina
freudiana. No iremos, pues, más lejos, sino para operar
fugasmente un acercamiento entre esta imaginería inconsciente
y otras formas de imaginería "mental". Ya hemos
mencionado el llamado pensamiento visual, pero a lo que se alude
aquí es más bien se llama conscientemente imágenes
mentales. El acercamiento parecerá escandaloso a algunos,
puesto que fue desde una de las ciudadelas del cognitivismo (
del antipsicoanálisis pues), en el MIT (Masachusets Institute
of Technilogy ) donde se realizó hace unos diez años
el estudio de las imágenes mentales. Pero nos ha parecido
posible, e incluso útil, realizarlo en un libro que no pretende tomar
partido entre diversas verdades reveladas y sus profetas, sino
enumerar lo que existe. El debate sobre las imágenes mentales
es más o menos el siguiente: dado que innumerables experiencias
y la introspección usual ponen en evidencia la existencia
de imágenes internas a nuestro pensamiento, ¿ Cómo
concebir éstas imágenes? ¿ Son ( posición
pictorialista) verdaderas imágenes, en el sentido de que,
al menos parcialmente y en cuanto algunas de ellas, representan
la realidad según el modo icónico? ¿ O son
( posición descripcionalista) representaciones mediatas
parecidas a las representaciones del lenguaje? La querella es
más sutil de lo que dejan suponer las palabras "imagen"
y "lenguaje", pues todo el
mundo está muy de acuerdo en que no se trataría
de imágenes en el sentido cotidiano, fenoménico
de la palabra. Acaso una de las maneras más esclarecedoras
de exponerlo es ésta : es "imagen mental" lo
que en nuestros procesos mentales no podría ser imitado
por un ordenador que utilizase información binaria. La
imagen mental no es, pues, una especie de "fotografía" interior de la
realidad, sino una representación codificada de la realidad
(aunque estos códigos no sean los de lo verbal). Pero
por otra parte, se han provocado en los laboratorios de psicología
situaciones en las que los sujetos confunden imaginería
mental y percepción, y que parecen indicar la existencia
de similitud funcional entre las dos. Muchas hipótesis
actuales sobre las imágenes mentales (cuya realidad nunca
se pone en duda), giran al rededor de la posibilidad de una codificación
que no sea ni verbal ni icónica, sino de una naturaleza
de algún modo intermedia. Sin que nunca haya estado sometida
a procedimientos experimentales del mismo orden, es posible,
si no probable, que pueda decirse otro tanto de la imaginería
inconsciente. No es en cambio, posible ir más lejos. Nadie
sabe, ni siquiera el enfoque cognitivista, cómo informan
y "encuentran" las imágenes reales a nuestras
imágenes mentales, a fortiori las imágenes inconscientes."
Jaques Aumont La Imagen pp123, 124
[5] Fantasía:
(del griego fantasía: imagen psíquica, fruto de
la imaginación). Imaginación que se caracteriza
por una especial fuerza, por la brillantez y lo extraordinario
de las representaciones e imágenes creadas. Diccionario
soviético de filosofía Ediciones Pueblos Unidos,
Montevideo. 1965 páginas 169-170
[6] Fetichismo:
(del portugués "feitiço": artificial,
fabricado). Veneración de objetos y fenómenos de
la naturaleza; es una de las formas tempranas de la religión
de la sociedad primitiva. El término "fetichismo"
fue propuesto por el historiador y lingüista francés
Charles de Brosses (1760). Al no conocer la esencia de los objetos
materiales, el hombre les atribuía propiedades sobrenaturales,
creía que dichos objetos (fetiches) daban satisfacción
a sus necesidades. El fetichismo se halla relacionado con el
totemismo y con la magia. Forma parte de muchas religiones modernas
(adoración de iconos, de la cruz) (Fetichismo de la mercancía).
Fetichismo de la mercancía Representación tergiversada,
falsa e ilusoria del hombre acerca de las cosas, mercancías
y relaciones de producción; surge cuando impera el régimen
de la producción de mercancías basado en la propiedad
privada, sobre todo bajo el capitalismo. La aparición
del fetichismo de la mercancía se explica por el hecho
de que los vínculos de producción entre los individuos,
en la sociedad basada en la propiedad privada, no se establecen
de manera directa, sino a través del intercambio de cosas
en el mercado, a través de la compra y venta de mercancías,
adoptan la envoltura de una mercancía (se materializan),
y, como consecuencia, adquieren el carácter de relaciones
entre cosas, se convierten aparentemente en propiedades de las
cosas, de las mercancías. Las cosas, las mercancías
creadas por los hombres empiezan, en apariencia, a dominar sobre
los propios hombres. Esta materialización de las relaciones
de producción entre los hombres, de la dependencia en
que el hombre se encuentra respecto al movimiento espontáneo
de las cosas, de las mercancías, constituye la base objetiva
del fetichismo de la mercancía. En los hombres surge la
idea ilusoria de que las cosas mismas, las mercancías,
por su propia naturaleza, poseen ciertas propiedades misteriosas,
que en realidad no poseen. El fetichismo de la mercancía
oculta la verdadera situación: la subordinación
del trabajo al capital, la explotación de la clase obrera.
En la superficie de los fenómenos, los relaciones entre
los capitalistas y los obreros aparecen como relaciones entre
poseedores iguales de mercancías. Todas las ideas ilusorias
sobre la igualdad y la libertad engendradas por el capitalismo
se apoyan en dicha forma tergiversada, inevitable en la sociedad
capitalista, en que se manifiestan las categorías económicas.
La economía política burguesa, vulgar, utiliza
el fetichismo de la mercancía con el propósito
de encubrir la auténtica naturaleza del capital y ocultar
la causa verdadera de la explotación de la clase obrera.
El primero en develar el secreto del fetichismo de la mercancía,
sus raíces, su base objetiva, fue Marx. El fetichismo
de la mercancía tiene un carácter histórico;
desaparecerá cuando se aniquile el modo capitalista de
producción. Diccionario soviético de filosofía
Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo. 1965 página 172
[7] "Lo
que quiere decir que, fuera de nosotros, independientemente de
nosotros y de nuestra conciencia, existe el movimiento de la
materia, supongamos ondas de éter de una longitud determinada
y de una velocidad determinada, que, obrando sobre la retina,
producen en el hombre la sensación de este o el otro color.
Tal es precisamente el punto de vista de las ciencias naturales.
Las mismas explican las diferentes sensaciones de color por la
diferente longitud de las ondas luminosas, existentes fuera de
la retina humana, fuera del hombre e independientemente de él.
Y esto es precisamente materialismo: la materia, actuando sobre
nuestros órganos de los sentidos, suscita la sensación.
La sensación depende del cerebro, de los nervios de la retina, etc.,
es decir, de la materia organizada de determinada manera. La
existencia de la materia no depende de la sensación. La
materia es lo primario. La sensación, el pensamiento,
la conciencia es el producto supremo de la materia organizada
de un modo especial. Tales son los puntos de vista del materialismo
en general y de Marx y Engels en particular" Lenin: Materialismo
y Empiriocriticismo pp 29
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