"Te gusta
William
Burroughs,
sale por la televisión, lo grabas y lo tendrás
en casa cuando quieras, siempre. Así pues, sin duda forma
parte de tu sistema nervioso, está a tu alcance, puedes
tocarlo"
David
Cronenberg
La
función de los medios de comunicación en la sociedad
es un tema que ha sido investigado por diversas escuelas teóricas,
desde la mass comunication research hasta los intentos
más formalistas de la Escuela de Frankfurt; sin
embargo, entre aquellas dos escuelas existen las "exploraciones"
del teórico canadiense Marshall McLuhan, quien propone
en sus famosos textos El medio es el masaje (1967) y La comprensión
de los medios (1964) las profundas
modificaciones que los medios han provocado en la humanidad.
Me parece
relevante identificar las teorías de McLuhan con la obra
del cineasta, también de origen canadiense, David
Cronenberg.
Tanto McLuhan como Cronenberg se centran en la relación
entre los medios electrónicos y la condición humana,
y sus tremendos efectos de esta relación en la esfera
psíquica y social.
En
el presente ensayo discutiré las implicaciones de la comprensión
teórica que hace McLuhan de los medios, según
sus preceptos en El medio es el masaje, comparando estas
teorías con la excelente caracterización de una
sociedad mediatizada por la televisión, en el filme
de Cronenberg, Videodrome (1982). Para McLuhan "las
sociedades siempre han sido moldeadas más por la índole
de los medios con que se comunican los hombres,
que por el contenido mismo de la comunicación", para
Cronenberg, los medios de comunicación
(entre
ellos la televisión) son instrumentos no necesariamente negativos
(la crítica
pueril de sus filmes puede hacer parecer lo contrario), "intento
demostrar en una y otra película que hay que
estar muy atentos para que las cosas exteriores no modifiquen
nuestras vidas hacia algo peor", señaló
alguna vez en una entrevista.
El medio es el mensaje
La
proclamación de McLuhan es certera: una correcta comprensión
de los medios es de importancia
extrema en la era electrónica. Esta visión es compartida
en la filmografía de Cronenberg, quien propone en sus
filmes una visión determinista y algunas veces "nefasta":
los medios condicionan,
forman la opinión humana y la experiencia (a veces hacia un nuevo
estado mental y físico), como en Videodrone o Existenz
(1999), una de sus
ultimas fantasías erótico- tecnológicas.
Para McLuhan el advenimiento de los medios electrónicos ha aumentado
el alcance de éstos en la esfera social, y precisamente
esas nociones son el foco central en la investigación
(exploración)
del
profesor canadiense. En El medio es el masaje McLuhan
introdujo radicalmente una nueva perspectiva en el estudio de
los medios, que se concentran
en la experiencia del mundo mediado: la radicalidad de su teoría
se entiende en el concepto "el medio es el mensaje".
Para McLuhan, las consecuencias psíquicas y sociales que
los medios introducen
en asuntos humanos constituyen su mensaje primario. De esta manera
McLuhan se concentra en las cualidades formales de los medios, más
que en el contenido, para evaluarlos en la forma que funcionan
en la sociedad. McLuhan señala "los medios, al modificar
el ambiente, suscitan en nosotros percepciones sensoriales de
proporciones únicas. La prolongación de cualquier
sentido modifica nuestra manera de pensar y de actuar, nuestra
manera de percibir el mundo. Cuando esas proporciones cambian,
los hombres cambian".(1)
Con estas palabras McLuhan nos
dice que los medios son una extensión de nuestros sentidos, y de tal
modo una forma de organizar los patrones de la opinión
sensorial. Los medios son, por lo tanto, "las extensiones
del hombre", pues la función de los medios es
traducir la experiencia humana a formas externas de información.
Un
aspecto crucial de la teoría de McLuhan es su énfasis
en la interacción entre los sentidos y la tecnología
de los medios. Los medios no se describen como una forma externa
del cuerpo, sino, como
una extensión del cuerpo. Estos medios se ligan integralmente
a los humanos, ya sea en formas tan disímiles como la
ropa, los automóviles (Cronenberg
hizo una excelente revisión de esta noción en su
adaptación de la novela homónima de John Ballard,
Crash (2001)),
los libros, e incluso
la computadora como extensión del sistema nervioso central.
En lo referente a la manera en que experimentamos los medios,
McLuhan tipifica dos categorías: calientes y frías.
Un medio caliente se "amplía en alta definición",
es decir, un estado donde el mensaje del medio está bien
definido e implica una baja participación sensorial del
receptor. Alternativamente, un medio frío es bajo en la
definición y sus datos, implicando una participación
sensorial más activa con el medio para terminar su significación.
La televisión, para McLuhan, es un buen ejemplo de un
medio frío, "en la televisión se prolonga
el tacto activo, exploratorio que implica a todos los sentidos
simultáneamente, más que el de la vista por sí
solo. Uno tiene que estar "con" eso".(2)
Como la TV proyecta un mosaico de partículas ligeras sobre
el espectador, lo obliga a inmiscuirse a una experiencia táctil
del medio, de esta forma la participación física
en el proceso de la recepción también es aumentada
por la necesidad para pedir al mosaico que se presente en forma
coherente.
"Videodrome
tiene una filosofía y eso es lo
que lo hace peligroso"
David Cronenberg, tras realizar películas tan notables
como Shivers (1975) y Rabid
(1977), donde conducía
sus exploraciones estéticas hacia el sexo y las mutaciones humanas (una constante en toda
su filmografía), realiza en 1982 la que quizá
pueda considerarse su obra de más profundas lecturas.
En Videodrome, el cineasta construye una sociedad altamente
mediatizada por las profundas transformaciones que en ella ha
producido un medio de tanto impacto como la televisión
y específicamente lo ocurrido con un productor televisivo
de un canal softcore.
En Videodrome la imagen-video producida
en serie es la forma dominante de los medios, la que se encierra
totalmente en la estructura de la sociedad. La pantalla de televisión
funciona como el medio primario de la experiencia, y consecuentemente,
como la distinción entre la realidad y la representación.
En la filmografía de Cronenberg la sociedad se ve "enfrentada"
a operar recíprocamente con la tecnología de los
medios, afectando sus patrones de experiencia humana (en Shivers, a
través de un virus sexual; en Rabid, por medio
de una mutación estética; en Scanner, debido
a la experimentación mental; en La Mosca, a través
de la experiementación biotecnológica; en Crash,
como metáfora sexual de los automóviles
y en Existenz, a través de un videojuego virtual). La constante
de Cronenberg es una exploración de cómo los medios
tecnológicos están constantemente al servicio de
propósitos humanos y de sus transformaciones psíquicas
y fisiológicas. En otras palabras, la tecnología al servicio
del hombre y productor de sus principales cambios, que los conducen
hacia otros estadios. De esta manera, las películas de
Cronenberg literalizan la comprensión que McLuhan le dio
a los medios: primero, como exploración de posibilidades
tecnológicas y segundo, como una profunda crítica
a la sociedad que detenta esos medios.
La
tecnología y la cultura de la televisión
impregnan a la sociedad en Videodrome, y la video-imagen se enreda
totalmente con la constitución de la realidad
social.
En el mundo de Videodrome la representación de la experiencia
en la televisión es auténtica; la video-imagen es autónoma.
Somos informados que cualquier distinción entre la realidad
y la representación está velada en Videodrome
cuando el personaje McLuhanesco por antonomasia (Brian O'blivion) nos indica
que "la televisión es realidad, y la realidad
es menos que la televisión." De esta forma la
televisión se constituye como la experiencia dominante
en el filme que tiene como protagonista a Max Renn (James Woods), un productor
de un canal barato y softcore, que anda en busca de imágenes
viscerales para llevar a la gran masa (el público) "porque eso es lo
que la gente quiere", según expresa en una entrevista
televisiva. Precisamente es Max Renn, quien en su constante búsqueda
de imágenes transgresoras, se encuentra con una frecuencia
pirata de nombre "Videodrome", un canal que se especializa
en mostrar snuff movies (indicio
de que Cronenberg hace mucho tiempo se había interesado
por este "estilo de películas").
El interés de Max Renn se intensifica al verse expuesto
a las imágenes de la señal "Videodrome",
y al descubrir un extraño complot a manos de Brian O'blivion,
un personaje que se comunica solamente a través de cintas
grabadas y por medio de una pantalla de televisor, quien además
parece estar dispuesto a colonizar la mente de los tele-espectadores.
La exposición a los rayos catódicos de la señal
"Videodrome" han comenzado a producir una serie de
alteraciones físicas y psicológicas en Max Renn,
obligándolo a convertirse en un asesino de la señal.
Renn termina enfrentándose a los responsables, que le
ordenan suicidarse.
En
Videodrome la televisión es la dimensión
dominante de la experiencia social y por cierto, la extensión
primaria del hombre tras traducir la información hacia
formas externas. Cronenberg literaliza la teoría de McLuhan
de "el medio es el mensaje" ya que en Videodrome
la sociedad está retratada como una estructura según
el patrón formal de la televisión.
El inicio del filme ya nos entrega algunos indicios sobre la
importancia de la televisión. Videodrome comienza
cuando el título de la película emerge fuera de
una pantalla televisiva sin imágenes (el mosaico apagado,
por decirlo de cierta forma). La siguiente escena nos muestra una
video- imagen en la pantalla,
en la cual un hombre de excesivo peso descansa con una televisión
en su estómago. El anuncio está inscrito con el
subtítulo "T.V- Cívica, la TV que va a
la cama con usted". Esta imagen muestra la completa inmersión
de la televisión en las vidas de los humanos. Luego la
cámara revela (en
las imágenes de la televisión) a la asistente
de Max Renn, quien lo invita a despertarse de su letargo. Después
que la imagen se oscurece
se nos presenta a Max Renn (el
protagonista),
que sólo en este momento aparece como un elemento diegético
o real. Con esta introducción Cronenberg nos mezcla la
realidad diegética y extradiegética. La representación, de alguna
forma, nos ha saturado la realidad.
Para facilitar el tratamiento audiovisual, Cronenberg centra
su filme en Max Renn, un productor exploitation, que siempre
anda en busca de imágenes skockeantes
y pornografía softcore,
para entregar a las audiencias. Pero hay más, la existencia
diegética de Renn en el filme está medida por sus
apariciones en la TV. En casi todas las escenas que nos presentan
a Renn lo podemos descubrir en una estructura de representación, que dificulta
enterarse en qué lado está la realidad y su representación.
Esta situación se intensifica cuando el productor es expuesto
a las imágenes de sadismo extremo que
exhibe Videodrome (que
de inmediato las conecta con algo realmente "fuerte"
para mostrar a las audiencias) y comienza a confundir su realidad con
la representación televisiva.
Una
de las alucinaciones de Max Renn (producida por su exposición a
Videodrome)
lo traslada directamente a una experiencia audiovisual donde
él azota sádicamente a su amante Nicki Brand; sin
embargo, los azotes los está propinando realmente a una
pantalla de televisión. El sentido de la realidad de Max
se ha abrumado por la representación televisiva y la señal
de Videodrome hace ininteligible esa realidad.
Notas:
(1) McLuhan, Marshall y Fiore,
Quentin El medio es el masaje. Un inventario de efectos, Paidós
Studio, 1967.
(2) Ibid.
Bibliografía
esencial:
Curubeto, Diego
Cine Bizarro 100 años de películas de terror, sexo
y violencia. Editorial Sudamericana, Argentina, 1996.
Guillot, Eduardo
Escalofríos 50 películas de terror de culto. Editorial
Midons, España, 1997.
McLuhan, Marshall
y Fiore, Quentin El medio es el masaje. Un inventario de efectos,
Paidós Studio, 1967.
Norden, Eric
Una cándida conversación con el sumo sacerdote
del pop cult y metafísico de los medios. Entrevista a
Marshall McLuhan en revista Playboy, extracto del libro McLuhan:
escritos esenciales, compilado por Eric McLuhan y Frank Zingrone.
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