Estimaciones Subjetivas
Los conceptos acerca de lo que la historieta
es, o lo que debería ser se han multiplicado enormemente
en las últimas dos décadas, por lo que se ha demostrado
que las posibilidades del género son ilimitadas y que están
apenas exploradas. Dentro de todas esas visiones entra la de Federici,
que, gestada en la llamada Edad De Oro, se propone mantenerse
en esa línea, y de hecho lo ha logrado.
"Yo creo que historieta, por el
propio nombre, proviene
de historia, pequeña
historia, es un apéndice o una parte de la narrativa. No
es una parte de la plástica.
Es una narrativa hecha con dibujos, donde lo fundamental es la
narración. Tampoco lo
digo yo solo, lo dicen grandes autores del cómic.
Lo fundamental es la narración,
lo secundario es el dibujo. Sin embargo puede subsistir una historieta
con argumento muy bueno y dibujo pobre; no una con argumento pobre
y dibujos muy buenos".
"Por otro lado está la otra faz, el argumentista
debe tener determinada humildad, porque no se luce. El que se
luce es el dibujante, por más que el otro firme, que sea
el caso de Alan Moore que hace tremendos
guiones. En general
el que más se luce es el dibujante, por eso todo el mundo
quiere ser dibujante, y pocos quieren ser autores".
En la actualidad la historieta
es más aceptada y valorada que en los años ´40
y ´50, vista tanto como carrera, arte
y medio de comunicación. Y a pesar de que hay una mayor
apertura por parte de las editoriales
para la recepción de artistas
extranjeros, Federici mantiene sus ideas y su amor
por la historieta con la que se crió,
y que ahora ha desaparecido.
"Si, es más socialmente aceptada. Y además
da cierto prestigio, y no quisiera entrar en ese tema que es bastante
espinoso, sobre todo para los que somos de distintas generaciones.
En ese momento la
historieta era un medio
masivo, una cosa barata, accesible, bien hecha y profesional,
pero sin "berretines". Sin ribetes de seudo-arte.
Ahora se hace una historieta que se la quiere dignificar, a veces
es cierto, a veces no tanto. De modo que los lectores
son muchos menos, con mayor poder adquisitivo, pero no como antes
que la historieta era mantenida por la gran masa, venía
a ser una cosa de poco precio, pero que se pagara por el gran
tiraje, y por la gran difusión. Actualmente el tiraje es
muy chico. Eso pasa inclusive en Estados
Unidos, que es la meca. Y eso es un síntoma de que
no hay tantos lectores".
"Pero lo que hay si, es una mayor apertura. Lo que es
una paradoja si se quiere, ya que en aquél momento que
parecía más floreciente, se abría menos.
Es decir en aquél
momento era impensable que un uruguayo como mi amigo Barreto entrara
a formar parte de los dibujantes norteamericanos y a dibujar Superman
o Batman. Pero uno no se
daba cuenta, por que lo que se quería era hacer algo acá
en el Uruguay parecida
a esa, con la inconciencia propia de la edad. Y después
está el fenómeno actual de las comunicaciones; la
fluidez para ir de un país a otro e incluso de un continente
a otro, lo que da más posibilidades en ese sentido. Pero
se requiere igual una cuota de trabajo impresionante, que Barreto
es uno de los pocos que en ese sentido lo pudo lograr".
Exponerse para deshacer
ideas
Otro capítulo en la actividad de Federici como historietista
fue el de las exposiciones. La primera de la que participó
fue en 1972, el Salón de la historieta, en donde
compartió paneles con los más destacados dibujantes
de entonces; esta fue la primera vez en Montevideo
que se realizaba una exposición de este tipo. Luego, en
1977 participó de otra exposición colectiva; las
tres que le siguieron en 1981, 1982 y 1985 fueron muestras individuales
que utilizó para ilustrar sus conceptos personales acerca
de la naturaleza, esencia y expresión del género.
"La historieta es para publicarse, para el consumo masivo,
para la duplicación y multiplicación en prensa,
no el estatismo que tiene en las galerías".
"Pero, a veces, es conveniente que se expongan los originales,
a los efectos de que el público vea el trabajo que hay
detrás de la página impresa. La historieta
es un medio que tiene una desventaja comparado con otros, y que
es que no luce el trabajo y el sudor que va mezclado con la tinta.
Cosa que impreso no se nota, por la disminución de tamaño
y la gran cantidad de material que hay desperdigado hace olvidar
esa parte. A veces, los originales expuestos hacen ver un poco
más de cerca el trabajo que lleva cada página, que
es más grande de lo que la gente piensa. Es decir, una
página bien hecha no se hace de un día para el otro;
y si se hace de un día para el otro, requiere jornadas
muy largas, pero en general no se hacen en diez minutos como cree
la gente".
Televisión y Folletín
La actividad de Federici como escritor
no sólo ha pasado por la narrativa de ficción y
la historieta, sino que también se ha acercado a otros
géneros, quizás con menos éxito, pero de
forma igualmente nostálgica en su temática.
"Dentro de todo,
me gustan mucho los guiones. Pero no he tenido oportunidad de
verlos realizados, escribí algunos. Y reconozco que es
una de las emociones más grandes la oportunidad de ver
lo que uno escribió, representado en cine".
"En teatro no,
es un medio que no comparto, pero el cine
sí, y la televisión también. Eso me queda,
como dicen ahora, como asignatura pendiente(4)".
"Y con respecto a otros géneros, tuve la suerte
de revitalizar uno que se había perdido hace mucho tiempo,
que fue el folletín. La novela ilustrada por entregas.
Que en el año ´76 la revitalicé, después
de cómo 20 años de que no se hacía. Saqué
una de mis novelas adaptadas, La orilla roja, con dibujos
míos e ilustrando cada capítulo. Y después,
años mas tarde, El Umbral de las Tinieblas, que
después fue publicada como libro,
pero que en ese momento debutó como folletín".
"Es un género que a mí me gusta, el folletín.
Es una ilustración diferente a la de historieta, con otro
criterio, porque está ilustrando y no está narrando.
A veces puede ayudar en algún detalle a la narración
del argumento".
Secreto Revelado
Las formas de trabajo de las historias varían según
cada escritor. Y si bien existen ciertos patrones y mecanismos
universales, por lo que ya se dijo, todo escritor tiene métodos
propios que los hace particularmente interesantes.
"En general las historias suelen salir, para una persona
que tiene una vida bastante restringida por las obligaciones o
por las costumbres, de otras lecturas,
más que de experiencias propias. Entonces, uno va leyendo
determinado tipo de argumentos, y se le van ocurriendo otros que
tienen puntos de contacto con eso".
"La estructura de mis historietas fue muy desprolija,
en general las hacía directamente, no hacía guión.
Lo que hacía era ir dibujando, y luego, ir concibiendo
como era el guión, después le escribía los
diálogos muy detallados para el letrista. No era exactamente
lo que se hace en la Marvel
Comics en donde primero se hace el dibujo, y luego arbitrariamente
se escriben los diálogos. En mi caso no los escribía
detalladamente hasta último momento, pero no lo hacía
caprichosamente".
De aquí en
Más
Hablando de sus nuevos proyectos, Federici se muestra reservado,
mitad a causa de su humildad y mitad a causa de la seguridad
o inseguridad de que vean la luz a corto plazo.
"De historietas no. Y de narrativa, estoy en una cantidad
de proyectos, de los que alguno saldrá y otros no. Tengo
dos libros pendientes de
publicación. De los cuales uno viene pendiente de hace
dos años. Uno de ellos es policial
y el otro se puede decir que es de ciencia
ficción. Pero están muy prematuros como para
hablar de eso".
"Siempre he seguido con mucho entusiasmo todo lo que sea
cómic. Me gustan mucho los libros que hablan sobre la historia
del género. El que estoy leyendo ahora es sobre los "Cuentos
de la Cripta", que se han hecho famosos por la serie de televisión,
que aclaro que no me gusta, me parece de mal gusto. Pero la revitalización
que le trajeron a los cómics
originales me parece muy interesante".
Notas:
(4) El Umbral de las Tinieblasuna
de sus más populares novelas de terror pasó por
diferentes etapas, en un momento para radio y luego para la televisión,
cuando la producción ya había comenzado, el proyecto
se canceló por motivos económicos. Sobre la obra,
que en sus orígenes iba a ser historieta, comentaba: "Lo
que yo quise hacer en esa novela -no se si se consiguió
o no- era, en un solo argumento, reunir todos los elementos típicos
del género, que se ven en distintas películas".
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