Batman es un personaje que ha tenido infinidad de versiones:
se han hecho decenas de ensayos, más o menos felices y
en todos los campos; Batman ha sido historieta, dibujo animado
y también protagonista cinematográfico. En esta
nota se analizan los cuatro últimos intentos de pasar
a Batman al cine.
Batman
Corría el año 1989. Batman cumplía exactamente cincuenta
años de vida, y era llevado nuevamente a la pantalla grande,
en una superproducción de la Warner Brothers a cargo de
los productores Peter Gruber y Jon Peters, responsables de películas
como El Color Púrpura, Las Brujas de Eastwick,
Gorilas en la Niebla o Rain Man. Los productores,
que habían iniciado el proyecto en 1979, encontraron en
Tim Burton al director capaz de plasmar sus
ideas en celuloide.
Burton le dio un giro al personaje, alejándolo de la espantosa
serie de los sesenta y acercándolo a la versión
oscura y actual de los cómics: un Batman gótico
y sombrío, un oscuro vengador de la noche. La película
hizo énfasis en la tortuosa psicología de Batman/Bruce
Wayne, quien a los ocho años vio morir a sus padres y
desde entonces se ha dedicado obsesivamente a la imposible tarea
de erradicar el crimen.
Batman se
volvió serio y adulto sin perder su dimensión de
aventura, y el filme mostró
la locura del Joker y a una Ciudad Gótica en primer plano,
bajo el magistral trabajo del lamentablemente desaparecido Antón
Furst.
Con un acertado elenco -el polémico Michael Keaton como
Batman, el excelente Jack Nicholson como El Joker, la sensual
Kim Basinger como Vicky Vale, y un buen equipo secundario donde
se asomaba el veterano Jack Palance- Batman fue la mejor
versión cinematográfica del personaje homónimo,
gracias también al guión de Sam Hamm, que manejaba
prolijamente la acción, llevaba la trama hacia adelante
y hacia atrás, y culminaba con un brillante desenlace.
La película fue un gran éxito tanto para la crítica
como para el público y, claro está, la secuela
no se hizo esperar.
Batman vuelve
Dado el suceso anterior, pocos cambios fueron implementados por
los estudios para Batman Vuelve: Peters y Gruber repitieron
como productores, Burton como director, Hamm como guionista y
Keaton como Batman.
Aunque esta película fue levemente inferior a su antecesora,
era como ver un nuevo capítulo, y con un alto nivel actoral
otra vez: se lucían Danny de Vito como El Pingüino,
Michelle Pfeiffer como Gatúbela y Christopher Walken como Max Schrek
-un perverso millonario que es el centro de la compleja trama.
Y de nuevo la psicología de los personajes cobraba importancia:
Gatúbela pasaba de tímida secretaria a peligrosa
ladrona, y el deforme y repudiado Pingüino se transformaba
en el posible alcalde de Ciudad Gótica.
Una vez más, el nivel de las recaudaciones fue excelente,
al igual que las críticas, y no tardó en llegar
una tercera parte. Y ahí fue cuando todo empezó
a salir mal.
Batman eternamente
Una medición realizada por la Warner Brothers durante la
exhibición de Batman Vuelve demostró que
la mayoría del público correspondía a una
franja etaria de entre 18 y 35 años. Esos datos, sumados
a la erótica composición
de Michelle Pfeiffer como Gatúbela, motivaron el deseo
de cambiar la versión sombría y dark de las
dos primeras películas por otra más suave, que captara
al tradicional público infantil del estudio. La idea era,
de todas formas, no perder en el proceso a los espectadores mayorcitos.
Lamentablemente, no resultó. Para empezar, se eligió
un nuevo director: el afortunado ganador fue Joel Schumacher -responsable
entre otras de la excelente Un día de Furia, con
Michael Douglas. En Batman Eternamente, Schumacher demostró
cómo un director puede prescindir totalmente del buen gusto
y el enfoque personal para cumplir con las exigencias del estudio,
dejando atrás toda la estética gótica que
Burton había trasladado de los cómics al cine, y creando
una psicodélica imagen del personaje, similar a un delirio
de LSD
en los sesenta: colores chillones, autos que subían por
las paredes y diálogos tontos fueron el resultado.
Por otra parte, Schumacher no llegó a un acuerdo con Keaton,
de modo que éste último no repitió como
Batman, sino que fue suplantado por Val Kilmer, actor que, a
pesar de tener buenos antecedentes, jamás consiguió
dar correctamente con el papel. Schumacher buscaba reformar de
manera total el mito de Batman, así que introdujo a Chris
O´Donnell en el papel de Robin -ignorado por Burton en
sus dos películas-, a Nicole Kidman como la nueva pareja
del encapotado, y a Tommy Lee Jones, quien pudo escapar de la
mediocridad del filme para lograr a un Dos Caras más que
contundente. El mayor error de este filme fue la elección
de quien interpretaría al Acertijo: Jim Carrey. Carrey,
imitador del para nada imitable Jerry Lewis, buscó hacer
de Batman Eternamente su película, conformando
a un Acertijo rayano en la idiotez, con rasgos exagerados de
tal forma que ya no se trataba de Carrey interpretando al Acertijo
sino de Carrey interpretándose a sí mismo, como
lo hace en (casi) todas sus
películas.
Las críticas fueron tolerantes con esta nueva versión
que motivó una moderada afluencia de público. El
resultado entonces fue mejor que el que la película se
merecía.
Batman
y Robin
La cuarta secuela fue también dirigida por Schumacher,
y adoleció de los mismos defectos que la tercera versión
-pero aumentados. Nunca Batman en el cine se vio tan cercano
a la serie de los sesenta interpretada por Adam West, con la
importante diferencia de que esa serie era una comedia y Batman
y Robin buscaba ser una interesante película de aventuras.
Los personajes fueron simplificados hasta el punto de resultar
sosos y atontados. El prolijo actor George Clooney fue el encargado
de personificar a Batman -parece que el estudio no quedó
conforme con Kilmer-, pero no logró tampoco dar con el
papel, tal vez porque poco se podía hacer con ese libreto.
O´Donnell volvió como Robin, y una nueva camada
de personajes se hizo presente: Batichica (interpretada por Alicia Silverstone), Mister Frío
(Arnold Schwarzannegger), y Hiedra Venenosa (Uma Thurman). Éste último
fue el único papel digno de comentario de todo el filme,
dado que fue el único logrado de una manera convincente.
Salpicada constantemente de frases ridículas (del tipo de: "Soy
Batman, Mister Frío, y tú estás congelado"), la película
consistía en una anodina sucesión de hechos que
no interesaban, tomándose la libertad, además, de
convertir a Bane, un importante villano en los cómics, en un vulgar ayudante
cuyos diálogos se reducían a un par de gruñidos.
El esquema se repetía hasta llegar a un supuestamente espectacular
final donde los malos recibían una reprimenda moral y se
arrepentían como es debido de sus pecados, y al final todos
felices.
El filme fue un rotundo fracaso tanto en Estados Unidos como
en los demás países en que fuera exhibido, y las
críticas fueron tan aplastantes que Batman y Robin
compitió con Hasta el Límite por el dudoso
honor de ser la peor película del año.
¿Batman
5?
Los rumores de una nueva secuela de Batman en el cine llegan
al punto de arriesgar los créditos del nuevo filme: se
dice que Schumacher no lo dirigirá, pero no se ha revelado
quién será el director entonces; Clooney tampoco
repetiría como Batman sino que sería suplantado
por David Duchovny (Archivos
X),
John Travolta (¿?) o el más
acertado Kurt Russell; O´Donnell sería nuevamente
Robin; no se sabe si Silverstone interpretaría a Batichica;
se comenta que Harvey Keitel será El Espantapájaros
y que Mira Sorvino encarnará al interesante personaje
de Harley Queen.
Sólo queda esperar (o
temer) este
estreno.
* Publicado
originalmente en Posdata
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