Con Cyberia1, la absolución temporal
que inhibe de un espacio al pensamiento, eclosiona al sujeto
como entidad concreta trasladándolo a un no-lugar: "El
sujeto individual, esa curiosa entidad de la cual nos hemos distanciado
últimamente. Gracias a Dios que es nada más que
una ficción"- rememora Taussig2.
Se acabaron los problemas con el nombre propio. A la disolución
estructuralista y posestructuralista del sujeto (individual o colectivo), se agrega paradójicamente
una impronta mediática desarticulando y produciendo al
fin subjetividades sin sujetos. Por primera vez, Cyberia nos
permite levantar a las multiplicidades como estrategia.
El nombre propio se deshace,
y la pluralidad de imágenes se entrecruzan especularmente.
No más centralidades en búsqueda de un sujeto, no
más lugares, no más huellas: una suerte de rizomática
nomadológica3 compulsiva. Sería tan tentador
establecer un mapa de Cyberia con los calcos de un rizoma: "A diferencia de
los árboles o de sus raíces, el rizoma conecta cualquier
punto con otro punto cualquiera, cada uno de sus rasgos no remite
necesariamente a rasgos de la misma naturaleza; el rizoma pone
en juego regímenes de signos muy distintos e incluso estados
de no-signos"4.
¿No es acaso
Cyberia la concreción de una rizomática nomadológica?
¿No conforma -al igual que el rizoma- "Un sistema
acentrado, no jerárquico y no significante, sin General,
sin memoria organizadora o autómata central, definido
únicamente por una circulación de estados"5?
Las implosiones arborescentes, expresadas en concreciones significantes
sólo posibles cuando la rizomática nomadológica
se vuelve obligatoria -en definitiva, cuando se produce una coacción
y compulsión tendiente a nomadizarnos-; nos alejan de
las libertarias ilusiones rizomáticas puras.
Marc Augé, en su diagnóstico de la sobremodernidad6, ha sabido detectar el curioso efecto
de estas implosiones arborescentes.
La reterritorialización implota en la "individualización
de las cosmologías", en los "los efectos individuales
de totalización"7; requiriendo así de
un gravamen del nombre propio que muestra a las multiplicidades
cerradas en una nueva modulación.
La nomadización en tanto coacción genera identidades
monádicas, que recuperan a las multiplicidades y las conjugan
con el nombre propio no como un ejercicio de apertura, "El
nombre propio no designa a un individuo: al contrario, un individuo
sólo adquiere su verdadero nombre propio cuando se abre
a las multiplicidades que lo atraviesan totalmente, tras el más
severo ejercicio de despersonalización"8; sino en tanto cierre que requiere de
accesibilidad y distribuye a las multiplicidades en claves de
acceso.
Es así que el disciplinamiento asociado al encierro, que
demarcaba en su trajinar a las singularidades identitarias como
efecto de poder ("O
apenas terminamos un proceso y ya empezamos otro, eternos pleitistas
o procesados, familia, escuela, ejército, oficio, la escuela
nos dice, "Ya no estás en familia", el ejército
dice, "Ya no estás en la escuela"9), y que tenía a la firma
que indicaba al individuo y el número para cuantificar
la posición de éste en una masa10;
deja su lugar a las `modulaciones´ de los no-lugares de
Cyberia.
Espacios pues de control, necesariamente ahistóricos y
ajenos a ejercicios identitarios firmes. Un no lugar puede distribuir,
o en todo caso, modular accesibilidades y claves de accesos.
Es un molde autodeformante.
La linealidad de la cifra (contraseña) tal vez juegue con la pluralidad
en el cifrar, con las diferentes claves (password), de accesibilidad y de acceso,
remitiendo, sin embargo, a una nueva construcción céntrica
aún más autocentrada en la medida que no puede
dejar huellas en el mundo ("individualización"
de las cosmologías, "soledad"11;
cuasi miniaturización: del espacio publico al shopping,
del exceso de espacio a su implosión en un contorno individual).
El transitar por las modulaciones de los no-lugares requiere
cifras de acceso y reconocimiento: "En cierto modo, el usuario
del no-lugar siempre está obligado a probar su inocencia".
Se establece así "El control a priori o a posteriori
de la identidad y del contrato". Al no-lugar se accede
"En estado de inocencia. Las palabras casi ya no cuentan.
No hay individualización (derecho al anonimato) sin control
de la identidad".12
El "dividuo"13 que recorre la Cyberia no
es un nómade sin rostro, ni tampoco un individuo en un
encierro: es un cifrar en un molde deformante donde ya no hay
separatividad segmentaria, digamos `lugares´ cargados de
improntas identitarias, dadores de disposiciones identitarias
y de identificación (no
al menos vía "el poder penetra en los cuerpos"
de Foucault, o la versión bourdiana del habitus).
Por otra parte, un no-lugar se caracteriza por dejar únicamente
como reservorio simbólico a la gestualidad inmediata (límite claro a la resignificación).
Amnesia o memoria inmediata que se admite sólo cuando
la velocidad permite las posibilidades de reterritorializaciones
excesivamente centradas y a la vez evanescentes ("dividualizadas"), en la que la hiperbólica
significante y la dromología14
se unen.
La búsqueda de similitudes -última rémora
del pensamiento en estado salvaje15
bien estudiada por Foucault
en Las palabras y las cosas16-
se redescubre ya sin espacio entre las hierbas y las estrellas.
La autosustentabilidad significante (Cyberia), termina con la ya cuestionada
y percudida arbitrariedad del signo, mostrando que la producción
de El Golem es posible.
En Cyberia, las abandonadas similitudes entre las palabras y
las cosas vuelven bajo el riesgo (¿o
promesa?) que siempre
guardaron: la asimilación. Se dislocan así y se
permiten (en cuanto visibles) dos miradas: la postulación
del mundo como un no-lugar generalizado en el cual los terrores
cosmológicos, atávicos, de desaparición
del universo mediante su compresión (el
mismo y su reiteración)
permanecen firmes (Baudrillard,
Virilio); o bien
se le asigna a la virtualización una `porosidad´
(como es el caso de Lévy) en la cual la máquinaria
binaria parecese atascarse (¿será
virtual?, ¿será real?),
dejando atrás la figura del oxímoron (RV)17. Una línea podría
pasarse entre-ideas: no más nombres. Un número
acertado, en todo caso, de jugadas del Nombre:
"Si (como el griego afirma en el Cratilo)
el nombre es arquetipo de la cosa,
en las letras de rosa está la rosa
y todo el Nilo en la palabra Nilo"18.
La reificación del simulacro, la `realidad y su doble´
son fisonomía de pensamiento del tiempo de la interdicción
y por ende de la nominación. Tenemos sólo El
Golem.
El consejo de Augé
se vuelve más necesario que acertado: MANTENGÁMONOS DESPIERTOS19.
NOTAS:
1 - Robo a Arturo Escobar esta
expresión desamparada, casi desértica, que intitula
su tematización sobre el Ciberespacio y la Cibercultura.
Ver: "Welcome to Cyberia: notes on anthropology of ciberculture".
Current Anthropology, Nro.35, The University of Chicago Press,
Chicago, 1994.
2 -Michael Taussig, Un gigante en convulsiones. Gedisa, Barcelona,
1995,pág.13.
3-Gilles Deleuze y Félix Guattari, Rizoma. Pre-textos,
Valencia, 1977,pág.55. En esta traducción de C.Casillas
y V.Navarro aparece la adecuada expresión `rizomática
nomadológica´.
4-Gilles Deleuze y Félix Guattari, Mil mesetas.
Pre-textos, Valencia, 1980, pág. 25
5-Idem, pág.26.
6 Ver: Marc Augé, Los `no-lugares´. Espacios
del anonimato. Gedisa, Barcelona, 1993. Del mismo autor y
acerca de la sobremodernidad ver: Hacia una antropología
de los mundos contemporáneos, Gedisa, Barcelona,1995
y Les sens des autres. Actualité de l´anthropologie,
Librairie Arthème Fayard, París.
7 -Marc Augé, Hacia una antropología de los
mundos contemporáneos. Gedisa, Barcelona,1995,pág.
86 y 130.
8 -Gilles Deleuze y Félix Guattari, Mil Mesetas,
pág. 43
9 -Idem,pág. 214.
10 Gilles Deleuze, "Posdata sobre las sociedades de control".
Revista Ajoblanco, Nro.51,abril 1993.
11 -Sobre la soledad en la sobremodernidad, ver bibliografía
de Marc Augé ya citada.
12-Marc Augé, Los `no lugares´. Espacios del
anonimato.Gedisa, Barcelona, 1993, pág.106.
13-Gilles Deleuze, "Posdata"
14-Paul Virilio, "Dromología:la lógica de
la carrera". Revista Letra, Nº 39, Madrid, jul/agosto.
15-Sobre el pensamiento en estado salvaje, ver: Claude
Lévi-Strauss, El pensamiento salvaje. Fondo de
Cultura Económica, México,1964.
16-Michel Foucault, Les mots et les choses, une arquéologie
des sciences humaines. Gallimard, París,1966.
17- Sobre la superación de la dicotomía virtual
vs. real ver Pierre Lévy, O que é o virtual?.
Ed.34, Río de Janeiro,1996.
18 -Jorge Luis Borges, El Golem. In: Nueva Antología
personal. Brugera,Barcelona, 1980.
19-Marc Augé, La guerra de lo sueños. Gedisa,
Barcelona, 1998.
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