Los buenos y los malos. En el cómic, la línea divisoria
entre el bien y el mal es un trazo grueso
que divide aguas: como si todo fuera en blanco y negro, los caracteres se
manejan con claras motivaciones e inequívocas acciones.
Sin embargo, existen algunos personajes que se mueven en una ambigua
zona gris que resulta por lo menos interesante; esta nota explora
algunos de esos matices.
Al margen de la existencia de una obra como Watchmen, que
a fines de los 80 mostró a superhéroes tridimensionales, personas debajo
de las máscaras, con defectos y virtudes como cualquier
hijo de vecino, el bien y el mal han estado claramente definidos
en el cómic
de superhéroes. En Watchmen, una de las obras maestras
del cómic mundial -creada por Alan
Moore
y Dave Gibbons-, no existía el blanco y negro, sino que
todo era un continuo gris: ni buenos ni malos, los personajes
eran simplemente personas y así funcionaban, acertando,
equivocándose, dudando, decidiendo. Pero eso era Watchmen.
Lo más común son los personajes tan claros y definidos
como Superman o el Capitán América, para quienes
el bien y el mal no es en absoluto un problema; aún cuando
dudan, todos sabemos que sus acciones finales serán las
más nobles y correctas. Ellos caminan del lado de los ángeles,
y con ellos la mayoría de los protagonistas: aunque Batman contenga zonas
oscuras, o Spiderman tenga crisis existenciales, sus resoluciones
serán tan adecuadas como todos esperamos.
Pero entre estos personajes y sus contrapartidas -sujetos tan
malvados como Lex Luthor o el Joker, cuyas acciones sabemos que
siempre serán lo más incorrectas posible- existe
un área gris poblada de diversos caracteres, a quienes
su manera de ser o su entorno los confinan a una existencia diferente.
Ni malos ni buenos, son la variante "dura" de los universos
de superhéroes: son marginales o antihéroes.
Marginales
Si marginal
es aquel que está más allá del margen u orilla
(definición
del pequeño Larousse ilustrado), en el mundo superheroico un marginal
es aquel que no juega con las reglas que la sociedad le impone,
o aquel al cual su propia forma de ser lo aísla del resto.
No son muchos los personajes que así les tocó vivir,
y aunque originalmente grupos como The Doom Patrol o los
X-Men eran marginales por definición (el primero formado por superpoderosos
fenómenos dignos de un circo y el segundo por mutantes), desde que fueron creados en los
60 hasta nuestros días han sufrido tantas interpretaciones
diferentes que su calidad de marginales es sólo un recuerdo
difuso.
Sin embargo, los personajes marginales existen: uno de ellos,
probablemente quien sea el marginal por definición, era
visto en la TV, protagonizado por Bill Bixby o
Lou Ferrigno alternativamente: el increíble Hulk. Sufrida
es la vida del doctor Bruce Banner: luego de un accidente quedó
afectado por rayos gamma y ahora cada vez que estalla en
furia da paso a un monstruo verde de más de tres metros
que destruye todo a su paso (para peor, cuanto más se enoja más
poderoso es).
Impotente a la hora de anular el proceso, Banner se convierte
en un paria que viaja incesantemente, en busca de la cura que
él mismo no puede encontrar, y ante arrebatos de ira se
transforma en Hulk y nada queda en pie. Perseguido constantemente
por el ejército, y distintos grupos de héroes, el gigante esmeralda
sólo quiere que lo dejen en paz, cosa que rara vez sucede.
Los conceptos de bien y mal con Hulk no son aplicables, puesto
que actúa básicamente por instinto de supervivencia
ante las amenazas que lo rodean, y para Banner sólo queda
contemplar las catástrofes que se suceden.
Otro ejemplo
es Spawn, alguna vez conocido como Al Simmons, un mercenario al
servicio del gobierno de EEUU que es traicionado por sus patrones
y asesinado por su compañero. En el infierno realiza un
pacto: a cambio de ver una vez más a su mujer, guiará
a las tropas infernales contra el cielo en la batalla final. Vuelve
a la vida convertido en un horror abominable y sobrevive, apartado
del mundo, buscando engañar de alguna forma al demonio y vengarse de quienes
lo traicionaron.
En teoría esto suena bárbaro, pero Todd McFarlane,
creador y artista del personaje,
parece no saber qué hacer con él y lo introduce
en batallas superpoderosas para luego darle un tratamiento realista
que no cuadra con lo hecho anteriormente. Pero en origen Spawn
es un marginal: está jugando un juego más importante
que el de detener al crimen, y sus acciones así lo demuestran:
mata a quien se cruce en su camino (por supuesto que inocentes nunca) y su fin le importa
definitivamente más que los medios.
Un tercer
personaje que es marginal pero de una manera sustancialmente diferente
es Question. Vic Sage es un periodista de Hub City que alterna
sus noches de reportero con una máscara y una lucha contra
el crimen. Nada original en teoría, pero las reglas de
Hub City son otras, la ciudad es un caos de crimen y miseria
que ningún hombre puede detener, y Question, en el ojo
del huracán, sólo puede ser un espectador o testigo
de cómo la ciudad progresivamente se destruye a sí
misma. Como cualquier otro, puesto que Question no es más
que otra persona del montón. Es su calidad de humano la
que lo vuelve un marginal; Question es uno de los personajes más
realistas que el cómic ha dado a luz.
Ni bueno ni malo, simplemente un hombre más, Vic Sage es
el mejor ejemplo de la dualidad de un personaje en el cómic.
Los marginales son aquellos cuya propia condición los
aparta de los juicios de bien y mal. Pero están aquellos
que en cierta manera impulsan el bien, aunque sus métodos
puedan ser equiparados a los mismos actos que intentan detener.
Se trata de los antihéroes.
Antihéroes
A menudo
tan odiados por los otros héroes como por los criminales,
los antihéroes marcan un sendero distinto a la hora de
realizar sus "buenas" acciones. Para esta clase de personajes
las cosas se hacen a fuego y plomo, y quienes los desafían
saben que los enfrentar la muerte encarnada; una
calavera en el pecho o unas filosas garras son lo último
que ven.
Uno de los antihéroes más mencionados es Wolverine
-mutante miembro de los
X-Men- cuya definición ha variado tantas veces ya
que es imposible clasificarlo. Cuando Wolverine encuentra un objetivo
sólo muerte y sangre queda entre el blanco y él. Claro está
que se trata siempre de criminales, pero la diferencia la marca
en cuanto a su manera de deshacerse de ellos: si Batman los golpea y los
deja hechos un prolijo paquete para la policía, Wolverine
los destripa -literalmente. Se ignora qué idea tiene este
personaje acerca del bien o el mal; al parecer carece de reflexiones
internas sobre estos temas. Él mata, y punto.
Personaje
que tiene muy claro qué hacer con los criminales es Punisher (literalmente
'Castigador').
Desde que su familia fuera asesinada por la mafia, Frank Castle,
un ex marine, se ha dedicado a la tarea de eliminar a cuanto delincuente
se cruce en su camino, sin tregua ni pausa, y sin demostrar la
menor compasión (mata a quienes se rinden inclusive). Le ha declarado
la guerra al bajo mundo,
y no toma prisioneros.
La lista de antihéroes es bastante larga -cuando estuvieron
de moda, todo el tiempo surgía uno nuevo más cruel
que los anteriores. Se puede incluir a Ghost Raider (el demonio de la venganza,
duro e implacable),
Vigilante (uno
de los mejores),
Lobo (un asesino inter galáctico, para
resumirlo en pocas palabras), y hoy día hasta Aquaman.
Pero los nuevos tiempos sólo han generado otro antihéroe
digno de mención: Hitman.
Hitman
es un asesino a sueldo con la
particularidad de contar entre sus habilidades la telepatía
y una visión de rayos X, además de tener una gran
cantidad de balas y un código moral: no mata inocentes.
Cargado de un grueso humor negro, este antihéroe se pasea
masacrando todo a su paso, con una única idea: esto es
como sacar la basura o cepillarse los dientes. No siente
culpa jamás.
Ocurre algo peculiar: tanto marginales como antihéroes
están del lado del bien puesto que ningún marginal
es criminal (salvo
quizás Magneto, de los X-Men), ni existen anti villanos. Parece
ser que la condición de zona gris sólo está
permitida para los chicos buenos, y todos, no importa su grado
de oscuridad y en distintas formas, hacen el bien. Triunfan. Quizás
sea demasiado complejo un acercamiento a la zona gris viniendo
desde el negro. Tal vez en los cómics no exista redención
para tipos como Lex Luthor o El Joker. Pero qué demonios,
a todos nos gusta ver ganar a los buenos, sin importar en qué
parte del espectro blanco-negro se paseen.
* Publicado
originalmente en Posdata
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