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EDITORIALES DE CÓMICS - POLÍTICA EDITORIAL DE CÓMICS - COLECCIONES DE CÓMICS - MARVEL/DC/NORMA - CÓMICS DE AUTOR -


Breve manual para entender esos mundos paralelos*

Rodolfo Santullo

De todas formas, a veces ficción y realidad se entrecruzan: un ejemplo notable es que desde hace dos años, la ciudad de Montevideo ya no figura en el mundo DC, ya que fue destruida en la colección Liga de la Justicia


Batman no es hijo de Superman, a pesar de que tienen un sobrino en común que se hace llamar el Hombre Araña pero es en realidad Luisa Lane.
Las historietas, lejos de constituir un mundo alocado en el que todo puede suceder, se rigen por férreas reglas en base a las cuales existen universos paralelos al real. Si uno es lector de cómics, sabe que Ciudad Gótica existe pero ha sido parcialmente destruida, y es por eso que Batman ya no es el que era. Si uno no es lector de cómics, probablemente no vea más que un caos de dibujitos que van para atrás y para adelante sin mayor sentido. Para los segundos es que está dirigida esta nota, en la esperanza de que puedan descubrir esos otros mundos que coexisten con éste.

Los cómics son creados y publicados por
compañías editoriales que tienen distintas formas de funcionamiento, estrategias y métodos. Si en Europa lo que se da más comúnmente es el cómic de autor, en el que los creadores pueden cambiar de editorial a su antojo, en Estados Unidos las historietas se apoyan en las compañías, y los guionistas o dibujantes son las piezas móviles de éstas. Por otra parte, las compañías estadounidenses más grandes crean verdaderos universos en los cuales los personajes se cruzan y entrecruzan, mientras que las editoriales independientes y las europeas prefieren las series autoconclusivas, las que no están conectadas entre sí, o los números especiales únicos. Veamos estas diferentes formas.

Los pesos pesados: DC y Marvel

En EUA se acostumbra utilizar "universos", es decir, ubicar dentro de una misma estructura al medio centenar de colecciones que mes a mes salen a la calle. Esta es la política de las dos grandes, Marvel y DC, y es una forma de vender. Veamos un caso: uno compra un número de Batman, y en determinado momento se habla de algo ocurrido en otra colección -Superman, por ejemplo. De modo que, para entender cabalmente la historieta que uno está leyendo, debe comprar sin remedio la otra colección.

Por otra parte, estas compañías cuentan en sus filas con algunos de los personajes más reconocidos del panorama del cómic norteamericano. Y los explotan lo más posible. Es así como DC saca a la calle cinco colecciones diferentes de Batman -Detective Cómics, Batman, Batman Chronichles, Shadow of the Bat y Batman Legends- además de contar con otra serie de colecciones de personajes extremadamente ligados al encapotado -Robin, Catwoman, Nightwing-, y diversas miniseries o especiales acerca del mismo personaje. Como se ve, se hace un uso exhaustivo del rentable hombre murciélago.

Agreguemos que hace otro tanto con Superman, conformando con sus dos personajes principales una docena de sus casi sesenta series mensuales. Y Marvel no se queda atrás: por ejemplo el Hombre Araña cuenta con tres colecciones -The Amazing Spiderman, Spiderman y The Web of Spiderman-, además de ser personaje invitado en la mayoría del resto de las colecciones.

Cabe aclarar, para evitar confusiones, que el universo DC y el universo Marvel nada tienen que ver entre sí. Son independientes, y también son independientes de la realidad: si bien la mayoría de los acontecimientos reales importantes son registrados en los
cómics, éstos cuentan con su propia Historia -es así que existe un contacto con razas alienígenas, la conquista del espacio ya no es ninguna novedad, la magia existe y es aplicada con continuidad, etcétera. De todas formas, a veces ficción y realidad se entrecruzan: un ejemplo notable es que desde hace dos años, la ciudad de Montevideo ya no figura en el mundo DC, ya que fue destruida en la colección Liga de la Justicia.

Comprender estos universos es algo realmente complicado, en ocasiones imposible, y mantenerse al tanto de lo ocurrido en la colección de Damage -personaje ignoto si los hay- sólo para entender por qué a Flash lo ataca un horrible
monstruo verde -nacido en aquella colección- se termina volviendo cansador. Pero es así como funciona, y depende de uno mismo si acepta o no seguir las reglas del juego.

Una pequeña joya: Vértigo

La sacrosanta continuidad del universo DC no sólo molestaba a gran parte de los lectores, sino que también un grupo de autores comenzaba a cansarse. Ya era imposible realizar cambios en los personajes, puesto que cualquier modificación que se hiciera debía perpetuarse en el futuro. Además, por coexistir todo bajo unas mismas reglas, terminaba volviéndose ridículo que Swamp Thing, una colección de ambiente terrorífico donde elementos místicos y mágicos son moneda corriente, fuera parte del mismo mundo que Question, serie extremadamente realista con ribetes policiales.

Fue así que, por sí mismas, algunas colecciones comenzaron a marcar una senda diferente al resto y empezaron a crear su propio universo. Sandman, Animal Man, la ya mencionada Swamp Thing, y otras más, fueron un punto y aparte en DC, y por eso mismo la compañía decidió crear una nueva línea de publicaciones, enmarcadas como "adultas"
(o "para lectores maduros", como se indica en la portada).

Esa nueva línea se llamó Vértigo. A las ya mencionadas se sumaron Hellblazer, Preacher, Doom Patrol, Sandman Mystery Theatre y muchas más, pero se evitó tener una realidad conjunta: cada colección tiene sus propias reglas y en cada una los sucesos son independientes, no se afectan para nada entre sí. Además, ninguna ingresa bajo el rubro de interminables, sino que cuentan con un final concreto -por ejemplo, Sandman terminó en el número 71, Preacher en el 66, etc.

Otra característica de las publicaciones Vértigo es su carácter de
cómics de autor: cada serie, de principio a fin, es realizada por los mismos autores, o al menos por el mismo guionista, de modo que se mantiene una coherencia que difícilmente alcanzan personajes como Batman, realizado por cinco guionistas diferentes.

Fuerte e independiente: Dark Horse

Cuando la editorial independiente Dark Horse consiguió a mediados de los 80 los derechos de adaptación al cómic de las películas Alien, Depredador y Terminator, consiguió lo que sería el negocio de su existencia. Las adaptaciones fueron un gran éxito y dieron origen a sagas con los mismos patrones que se utilizaban en los filmes, y desde entonces Dark Horse se afianzó como la editorial norteamericana independiente de más fuerza.

Una vez que tuvieron peso y público, comenzaron a publicar material ajeno a cualquier película, pero eligiendo cuidadosamente a los autores, ofreciéndoles la mejor opción editorial y dándoles libertad total. Fue así que enrolaron a creadores de la talla de Dave Gibbons, Geof Darrow,
Frank Miller, Mike Mignola y Arthur Adams, entre otros, y lanzaron a la calle material de alto nivel -Sin City, Hellboy, Hard Boiled, etc.

Sin jamás descuidar su fuerte en la entrada de ingresos -Alien, Depredador- han ofrecido al público algunas de las mejores obras de los últimos años, confirmando que hoy en día son competencia de editoriales tan pesadas como Marvel o DC.

De tal palo, tal astilla: Image

Cansado del maltrato editorial y de la poca libertad a la hora de interpretar a los personajes, a comienzos de los años 90 un puñado de autores se separó de la Marvel Cómics para fundar Image, dejando a Marvel hundida en un pozo artístico del que aún hoy sigue intentando salir.

Jim Lee, Rob Liefeld, Todd McFarlane y Erik Larsen fueron algunos de los que conformaron esta nueva compañía. Image, fiel a los preceptos Marvel de espectacularidad, planteó una docena de series orientadas a un público infantil-
adolescente, con impresionantes dibujos y muy sencillos guiones -todas ellas bajo la estructura de un mismo universo. Algunas colecciones fueron un éxito instantáneo: Spawn, de Todd McFarlane, es el mejor ejemplo, hoy día con casi un centenar de números en su haber, una película y una serie de dibujos animados.

Luego de lo que se llamó "el boom Image", durante el cual las ventas se dispararon hasta límites insospechados, todo volvió a la normalidad, y actualmente la compañía es dueña de un pequeño grupo de fieles seguidores.

El viejo continente: opciones editoriales

En Europa las cosas se hacen de otra manera: no se trata de una desmedida competencia, sino de un puñado de autores con historietas propias. Es así que uno no lee el cómic por el personaje, lo lee por el autor, y éstos se pasean entre las diferentes opciones editoriales. En estos cómics de autor, cada personaje está atado a quien lo realiza.

Editorial Norma es una de las más fuertes: con una oferta de seis o siete títulos mensuales -cabe aclarar que son tomos unitarios-, tiene a varios de los más importantes creadores a nivel europeo: Hugo Pratt, Luis Royo, Enki Bilal, Moebius.
Otra editorial pesada es Tótem Cómics, sin olvidar a Grijalbo/Dargaud -editorial francesa-española que publica títulos tan importantes como Lucky Luke o Asterix-, o a Juventud, que publica a Hergé y su creación, el popular Tintin
(originalmente en la editorial francesa Casterman).

De todas formas, a pesar de que el cómic de autor es más fácil de seguir y comprender, es mínimo en proporción al consumo que en EUA se da con los cómics de DC o Marvel, quizás gracias al fenómeno
superhéroes. Lo cierto es que cada uno puede elegir qué sistema, qué serie, qué compañía, qué autor o qué personaje prefiere para internarse en el mundo del cómic.

* Publicado originalmente en Posdata

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