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Amir Hamed
ISSN 1688-1672

 



JUEGO DE SUMA CERO - MIMESIS - DESEO - EDUACACIÓN - BENJAMIN, WALTER - BHABBA, HOMI - GIRARD, RENÉ - LABORIT, HENRI - GANS, ERIC - CHOMSKY, NOAM - BERNIER, IVAN -

La creencia en el juego de suma cero y las relaciones interculturales (II)

Patrick Imbert
Los ricos viven en el mundo de las cifras, de la producción y del enriquecimiento, los otros viven del lado de las emociones y estas emociones se transforman en negativas y auto-destructivas. En otras palabras, los ricos se hallan cada vez más en lo pragmático y en la satisfacción de la vida, mientras que los pobres permanecen en el desaliento


3) Industrialización, copia y creación de riquezas

Frente a esta situación, había que transformar, lo más rápidamente posible, a los agricultores en obreros para producir bienes multiplicables. Bienes que no dependieran de una superficie geográfica sino de una producción. Ésta no debía ser artesanal, sino que debía ser del orden de la reproducción, de la copia, de una mimesis que hace que cada objeto es reproducido en miles de ejemplares para hacerlo repartible. La industrialización, que no se produjo en todas las regiones de las Américas, es lo que permitió democratizar el acceso a los objetos y a la expansión que al producir excedentes, permite domesticar los antagonismos.

Esta lógica de la reproducción, criticada ardientemente por muchos intelectuales de izquierda, sobre todo europeos, como por ejemplo Walter Benjamin, es adoptada en Estados Unidos, desde el siglo XIX, en la voluntad de no imitar a los europeos. El desafío es organizar un mundo industrial basado sobre un crecimiento económico y cultural independiente. Sus riquezas se distribuyen en parte por leyes sociales organizando la sociedad desde los problemas creados por la crisis económica de 1929. En Estados Unidos, desde el siglo XIX, se intentará mejorar, por todos los medios, los productos procedentes de Inglaterra por ejemplo, con el fin de transformar a Estados Unidos en líder y así, por medio de la competencia, lograr escapar a un régimen de colonización económica.

La competencia representa el puente a la posibilidad de asentar el mismo gesto que el modelo con respecto del objeto deseable y de determinar cuál es el objeto deseable
(5). Esto permite escapar del 'not quite' criticado por Bhabha(6) con respecto de las relaciones de dominación colonial. En este caso, los objetos que se imponen son los que son fabricados en el lugar y que se perfeccionan gracias a una ideología que apunta a lo práctico más que a lo teórico. Lo mejor es lo más deseable, lo mejor puede ser un producto manufacturado, pero también un lugar de acumulación del conocimiento (Harvard o Cambridge). A esto se le agrega la voluntad de difundir el objeto y el conocimiento a todos, lo que va a hacerse, a nivel industrial, por medio de la producción en masa de objetos idénticos y, a nivel del conocimiento, por la transformación de los niños en ciudadanos educados (y por esta razón, en ciudadanos productivos y competitivos en un mundo complejo). Esto se logra gracias al sistema escolar gratuito, público y obligatorio creado por Horace Mann en Massachussets, cuyo modelo fue importado a Argentina por Sarmiento e imitado en Ontario (Canadá) por Egerton Ryerson(7). Así, Estados Unidos escapa al proceso colonial que impone, como modelo a imitar e inimitable, la madre patria, quien practica de golpe una penuria, una lógica de la rareza, como lo explica Homi Bhabha a nivel cultural y como lo practica en los colegios clásicos a través de la imitación de la antigüedad clásica.

En este contexto, en el siglo XIX, Canadá se encuentra mal ubicado puesto que las leyes inglesas le prohíben durante mucho tiempo desarrollarse industrialmente. Por lo tanto, no puede producir objetos deseables que podrían ser difundidos al conjunto de la población. El deseo sigue estando orientado hacia Inglaterra, como en gran parte de América Latina, que dependen o bien de Inglaterra, tanto económicamente como en el desarrollo tecnológico,
(Argentina, Chile y Venezuela) o bien de Francia en el ámbito de la estética (Argentina, Brasil).

Por lo tanto, hay que subrayar el hecho de que lo que permite escapar de una conducta de dominación, la de un modelo colonizador que bloquea la expansión del colonizado, es la decisión de reproducir objetos masivamente, mejorándolos, y de comunicar conocimientos a millones de personas. La reproducción, pero mejorada, de objetos o de conocimientos, es lo que multiplica el gesto tendido hacia el objeto deseable, lo que democratiza la mimesis de apropiación, tal como la entiende Girard, y cuestiona la dominancia
(8) de un modelo lejano.

Desde ese momento, el colonizador quiere imponer la creencia de que la vida es un juego de suma cero, porque piensa que la producción en las Américas restringirá la envergadura de su mercado. Por el contrario, en América del Norte, se entrevé que la expansión puede ser multiplicada y que hay lugar para muchos. Es posible crear riquezas que van a agregarse a otras. En otras palabras, la actitud de los colonizadores corresponde a un estereotipo omnipresente, en el que incluso los ricos creen, es la creencia en que la vida es un juego de suma cero. Así, dentro de un territorio dado, hay que impedir que la gente manifieste veleidades de superación, porque los ricos piensan que esto le restaría a su propia riqueza. En una sociedad tal, en la que ricos y pobres comparten el mismo estereotipo, a menudo se manifiestan tendencias a rechazar el acceso a la educación gratuita u obligatoria
(Québec 1942), o a decir que la educación no sirve para nada, o que vamos a ser demasiado especializados.

En efecto, la educación es lo que puede modificar las relaciones de poder, permitiendo inventar una clase media que se desliza dentro de relaciones de dominancia expresadas por la creencia compartida por todos en el juego de suma cero. En la era postmoderna y postcolonial, ésta tiene como meta capitalizar y manipular eficazmente el conocimiento con el fin de administrar relaciones de competitividad económico-culturales, evitando el conflicto guerrero característico de las lógicas territoriales basadas en la creencia en la vida como juego de suma cero.

4) Lo exterior, la dominancia y la mimesis de apropiación de Girard

De esta forma, la creencia en la vida como juego de suma cero está relacionada con una forma particular de dualismo, que divide radicalmente a los humanos en dos grupos. Están los dominantes y los dominados, según la Vulgata marxista. Ésta nos lleva a una concepción antropológica de las conductas de dominancia, tal y como las evoca Henri Laborit. Si un macho domina, los otros machos comerán lo que queda y controlarán solamente a las hembras que sobren, si sobran. Como comerán únicamente lo que sobra, sólo podrán debilitarse puesto que la comida más rica irá siempre al dominante. Es este también el punto de vista de Chomsky, como lo subraya el pensador Eric Gans, aplicando las reflexiones de René Girard al mundo económico. Gans afirma que Chomsky "believes world affairs to be a zero-sum game in which American prosperity can come only at the expense of other people's sufferings"
(9) (Cree que los negocios del mundo son un juego de suma cero, en el cual la prosperidad de Estados Unidos puede producirse solamente a expensas del sufrimiento de otros pueblos). Esta visión chomskiana es por supuesto totalmente apresurada, puesto que la prosperidad de Estados Unidos, ciertamente, no ha impedido el desarrollo económico de Japón, Alemania(10), Corea del Sur, ni Brasil, países cuya economía y finanzas se encontraban sin embargo muy depreciadas hace sólo medio siglo.

5) Poner en duda la creencia en la vida como un juego de suma cero

Este estereotipo del juego de suma cero es evocado regularmente en cierto número de periódicos y revistas, como por ejemplo en La Presse de Montreal
(11): "Una de las afirmaciones más corrientemente transmitidas, sobre todo en los medios anti-mundialización, pretende que los países ricos son cada vez más ricos, mientras que los países pobres son cada vez más pobres... la realidad es que subsisten separaciones espantosas entre países ricos y países pobres. Pero estas separaciones, en lugar de aumentar, tienden a reducirse". Y nos demuestra, con la ayuda de un cuadro, que esto debe ser cuestionado. "Esto significa que en 1990, cada vez que un estado-unidense medio ganaba $ 1000, el argentino medio ganaba $ 103. El año pasado, siempre por el equivalente de los $ 1000 del ciudadano estado-unidense, el ingreso del argentino pasaba a $ 322. A pesar de una crisis político-financiera mayor, los argentinos han recuperado, desde 1992, una parte de su retraso sobre Estados Unidos"(12).

Serge Moscovici se consagra al paso de la ciencia al sentido común. Retiene cierta cantidad de rasgos que gobiernan las representaciones características del sentido común. A menudo, éstas logran interpretar la causalidad a partir de la observación y a retrotraerla a esquemas simples, basados en el dualismo. Moscovici y Hewstone dan el ejemplo de los dos hemisferios del cerebro de los cuales el izquierdo parece controlar más los conocimientos verbales y analíticos mientras que el derecho, abordaría los conocimientos perceptivos y globales. Sin embargo, como los autores lo destacan, se trata de un todo. Insisten en el hecho de que esta teoría conoció una fama importante que desembocó en una "neurociencia de lo común" en la que "las dos mitades del cerebro (o de la inteligencia) se convirtieron en dos cerebros (o inteligencias) que corresponden a dos modos separados de pensamiento... "
(13).

Moscovici y Hewstone citan a una periodista científica, Marilyn Ferguson que en The Aquarian Conspiracy, hace funcionar a fondo esta dicotomía desembocando en una esencialización. Ésta da lugar a una serie de grillas de calificaciones positivas que permiten, siguiendo ciertas prácticas de la frenología del siglo XIX
(14), categorizar a los individuos y por lo tanto concluir en una eficacia social simple que converge en determinaciones profesionales. Sus extrapolaciones económico-sociales resultan sumamente interesantes: "En razón de la ventaja o de la desventaja inicial, que proviene del sistema nervioso diferente, parece que a primera vista, los ricos son cada vez más ricos y que los pobres se encuentren desanimados"(15). Hay una serie de elementos de base que se encuentran aquí. La referencia a la desventaja inicial cuestiona no solamente la igualdad de oportunidades, sino la igualdad de oportunidades desde el comienzo.

La diferencia inscrita en la estructuración física, incluso genética, podría conducir, siguiendo encadenamientos causales, a que ciertos lectores puedan elegir tanto teorías racistas excluyentes, como teorías que apuntan a un reequilibrio por la aplicación de reglas institucionalizadas. Y por supuesto, destacamos una frase que hace pensar en el estereotipo de la vida como juego de suma cero, según una modificación que aplica la teoría de los dos cerebros: los ricos viven en el mundo de las cifras, de la producción y del enriquecimiento, los otros viven del lado de las emociones y dado el resultado obtenido por los otros, estas emociones se transforman en negativas y auto-destructivas. En otras palabras, los ricos se hallan cada vez más en lo pragmático y en la satisfacción de la vida, mientras que los pobres permanecen en el desaliento.

6) Canadá, México y el TLCAN

De alguna manera esto es lo que parecen experimentar ciertos canadienses frente a México en la dinámica de la competencia dentro del TLCAN
(Tratado de Libre Comercio de América del Norte). Los Canadienses mayoritarmente creen que van a perder y que México va a ganar. Los argumentos hacen furor, ya que es necesario probar que hay pérdida para intentar negociar condiciones ventajosas, o para hacerse de un capital político o de otro tipo. A partir de allí, la danza de los argumentos y cifras tiende a probar que el TLCAN tuvo sobre todo impactos negativos y que la gente o los países más débiles perdieron. Yannick Patelli constata: "la guerra de las cifras no dice tampoco cuáles son las exportaciones canadienses que van a Estados Unidos y las que llegan hasta México, aunque Canadá y México se auto-proclaman, tanto el uno como el otro, en déficit comercial. Ciertamente, mientras más a la izquierda está uno, o más se siente uno amenazado por Estados Unidos, más piensa que todo está mal".

Estos propósitos fueron también expresados por Osvaldo Martínez, Presidente de la Comisión económica de la Asamblea Nacional Cubana, durante una mesa redonda televisada en 2001. Hablando sobre la futura ZLEA: Zone de libre-échange des Amériques
(en español, Área de Libre Comercio de las Américas - ALCA; en inglés, Trade Area of the Americas, FTAA), afirma "que se trata ni más ni menos que de un proyecto de integración entre el tiburón y las sardinas". Prosigue afirmando que el futuro completo de América Latina corre el riesgo de ser hipotecado y siguen luego las comparaciones con los efectos del TLCAN, en donde se nos dice que la canasta familiar mexicana ha aumentado en un 560% y el salario real solamente un 135%. En el texto se hila toda una metáfora del devorar(16). Esta metáfora desemboca, para los más débiles, en no poder alimentarse, mientras que los propietarios del capital devoran todo y sacan provecho de la modernización. Hay que convencer de que los acuerdos con Estados Unidos son juegos de suma cero en los que pierden siempre los mismos. No negaremos ciertamente que ciertos grupos sociales o ciertos productores agrícolas, como los productores de maíz, han sufrido un impacto negativo, pero no siempre es tan evidente, incluso si pensamos en regiones fronterizas con Estados Unidos y en las obreras de las maquiladoras. En efecto, hace treinta años, esta región abandonada por el gobierno central, estaba al borde del hambre y vivía un subdesarrollo feroz. Ya no es este el caso y esto se puede constatar por el aumento fenomenal de la población en esta región.

De todas formas, el punto es evaluar el peso del argumento de la vida como juego de suma cero, argumento que impacta intensamente en América Latina porque pertenece al orden de las evidencias casi incuestionables. Esto está lejos de ser tan nítido en Canadá, incluso si muchos artículos, que aparecieron justo antes de la firma del acuerdo, anunciaban catástrofes. Retengamos el sondeo del 21 de junio de 1993: "los canadienses se perciben como los grandes perdedores del acuerdo... Además, 59% esperan que el país pierda empleos en lugar de crear nuevos, a largo plazo... y más de la mitad cree que la economía mexicana conocerá un período de crecimiento
(17)". Retenemos también diversos comentarios provenientes de diferentes medios tradicionales o de izquierda: "No digo que se perderán 371000 empleos por culpa del TLCAN, sino que creo que hemos medido bien la vulnerabilidad potencial de este sector", explicó Andrew Jackson, economista de vasta experiencia en el Congreso Canadiense del Trabajo(18). Y los profetas de infortunios continúan así "NAFTA is similar (to FTA: Bilateral free trade agreements): it serves no purpose for the Canadian people; businesses will again close and/or relocate with Mexico reaping the rewards at the expense of Canada(19)". Incluso se cita a comentadores mexicanos, de los que casi nunca se habla: "Canadian and U.S. workers will lose jobs to Mexicans under the North American free trade agreement and that's a good thing, a Mexican trade-union leader says"(20).

De esta forma, los intereses de los trabajadores se encuentran en las antípodas. Evidentemente, se agregan otras razones: 'Canadians shouldn't blame free trade for the loss of manufacturing jobs but should look at their taxes and inter-provincial trade barriers, says a senior Mexican trade negociator'
(21). ¡Y la lista podría continuar llenándose! Ciertamente, hay posiciones distintas que se manifiestan también(22), pero la mayoría prevé que Canadá va a perder con el cambio y que México o Estados Unidos van a ganar. Casi nadie afirma que todos los países van a ganar a corto plazo, incluso si algunos piensan que esto es posible a largo plazo. Todas las previsiones se organizan en función de la creencia o de la no-creencia en el juego de suma cero. Y es la creencia en este último la que resulta mayoritaria.

Por el contrario, en el año 2003 es posible, como lo hace Ivan Bernier
(23), mantener afirmaciones más matizadas y reflexionar no solamente sobre las cuestiones del empleo, sino también de ver cómo la cultura ha podido ser influenciada por este cambio. El autor afirma que es difícil medir de qué manera las identidades nacionales han sido afectadas por la liberalización de los intercambios. Si este verbo no es necesariamente negativo, el siguiente lo es: "En realidad, toda cultura nacional, si debe seguir estando viva, está condenada a adaptarse en el tiempo a una variedad de cambios, a la vez internos y externos". Esto es interesante porque el verbo "condenar" manifiesta una visión negativa del cambio que hace surgir el estereotipo del juego de suma cero. ¡Cambiar es perder algo! Dicho de otro modo, el juego de suma cero está relacionado al miedo frente al cambio y al deseo de proteger un territorio.

Sin embargo, Ivan Bernier matiza su relación con el cambio. Destaca que no se trata de saber si el TLCAN amenaza los valores, "sino más bien de si deja lugar, más allá de la simple relación productor-consumidor, a la expresión democrática de la elección de los ciudadanos". Este comentario es muy distinto de los argumentos provenientes de los pensadores de América Latina, que esgrimen casi todos la amenaza de los valores o del bienestar económico, pero que no plantean la pregunta de un cambio que podría abrir a la expresión de la elección de los ciudadanos
(24), y por lo tanto a un funcionamiento democrático renovado. Por otro lado, Ivan Bernier nota que la conferencia de 1978 de Bogotá desea una forma regional de integración que "respetando las particularidades de cada pueblo, comprometía a América Latina en un destino común". Aquí el autor ha captado la lógica territorial que domina y que habla de pueblos como entidad homogénea territorializada bajo el control del Estado-nación, sin hablar de Derechos individuales.

Se nota también que este respeto de las "particularidades de cada pueblo"
(olvidando regularmente las diferencias entre autóctonos y no autóctonos) manifiesta un reflejo de defensa que podría minar los esfuerzos abiertos hacia un destino común. Esta preocupación de los Derechos democráticos individuales es caricaturizada en el discurso de Osvaldo Martínez, quien se burla de la ley 301 de comercio americano, que puede excluir de las ventajas comerciales americanas a los países que no respetan las normas en materia de Derechos humanos y de la democracia. En otras palabras, el juego de suma cero es contextualizado en culturas muy distintas que lo utilizan como eje para conservar lo adquirido o para obtener ventajas. Controlar la creencia en la vida como juego de suma cero es manifestar un poder casi tutelar, porque es afirmar su poder sobre una lógica del territorio nacional que rechaza el cambio.

Sin embargo, retengamos que en Canadá las empresas amenazan a sus trabajadores con mudarse a México si aquellos no aceptan bajas en el salario
(25). Dicho de otro modo: si ustedes no negocian, perderán todo y serán los trabajadores mexicanos los que ganarán. Las empresas juegan también con la creencia de la vida como juego de suma cero, pero para estabilizar las relaciones y poder obtener ganancias que se supone deben ser de provecho para los consumidores o para el país por medio de una capacidad de sostener la competencia. En este caso, se afirma claramente que hay alguien que puede ganar, los mexicanos, mientras que los obreros canadienses van a perder. Este discurso de la amenaza por medio del juego de suma cero, ha sido impuesto por todos los grupos que se opusieron al TLCAN, sobre todo por la izquierda. Los sindicatos y los diversos grupos nacionalistas. Después del TLCAN, este argumento fue retomado por los dirigentes empresariales.

Esto prueba que aunque esta creencia es una evidencia de base que circula estratégicamente en función de las ganancias político-económicas que aporta a los grupos que tienen los medios de utilizar su impacto en provecho propio. Sin embargo, los empresarios juegan también con esto en el marco de una competencia establecida en función de territorios nacionales. Retoman la lógica del estado-nación burocrático opuesto al cambio para sacar provecho. El cambio no es entonces escapar a la lógica territorial, sino ponerlo en competencia para poder franquear las fronteras.

En efecto, la lógica liberal y la cultura empresarial en Canadá y Estados Unidos, como se ve en las publicaciones de George Gilder, sobre todo en Richesse et pauvreté
(26) , que vulgariza a la vez los pensamientos de von Neuman y de Hayek, es afirmar la creencia en la vida como juego de suma no-cero, gracias a la cual la sociedad se arriesga a cambiar y a enriquecerse tanto material como financieramente y a nivel del conocimiento. En este caso, la lógica territorial da lugar a una lógica basada sobre la produción/consumo proveniente de la riqueza del conocimiento y de sus redes globales.

La creencia en la vida como juego de suma cero, como numerosas evidencias lo indican, no está relacionada ni a un grupo ni a una clase social. Se desplaza en función de las relaciones de poder para inscribirlas en discursos que permitirán construir una cultura utilizada por tal o tal grupo para dirigir a la población. En Cuba, es el partido, en el Canadá anterior al TLCAN, son la izquierda y los nacionalistas y, después del TLCAN, las empresas, mientras que en América Latina, todavía fuertemente edificada alrededor de una lógica territorial basada en un autoritarismo burocrático que rechaza el cambio, es un consenso nacionalista que se construye por oposición a Estados Unidos.

Notas:

(5) Ver René Girard, Des choses cachées depuis la fondation du monde, Paris, Livre de poche 1978.

(6) Homi Bhabha, "Of Mimicry and Man: The Ambivalence of Colonial Discourse", October, no 28, 1984, p. 125-133.

(7) Ver Patrick Imbert: "L'influence des États-Unis sur l'élaboration des systèmes d'éducation au Canada au dix-neuvième siècle et sa mise en perspective avec l'Argentine. Contribution à l'invention des nations en Amérique", Québec Studies, 23, Spring 1997, (con Marie Couillard) p. 82-94.

(8) Ver Henri Laborit, Éloge de la fuite, Paris, Gallimard, 1976.

(9) Eric Gans, "Scapegoating after September 11", Chronicles of Love and Resentment, n*251, November 24, 2001, p. 2, <www.anthropoetics.ucla.edu/views/vw251.htm>

(10) Incluso se puede afirmar lo contrario si se piensa en las consecuencias benéficas del plan Marshall para la Europa desvastada por la guerra.

(11) 'Une des affirmations les plus couramment véhiculées, notamment dans les milieux antimondialisation, veut que les pays riches sont de plus en plus riches, tandis que les pays pauvres sont de plus en plus pauvres... La réalité, c'est qu'il subsiste des écarts épouvantables entre pays riches et pays pauvres. Mais ces écarts, au lieu de s'agrandir, ont tendance à se rétrécir.'

(12) La Presse, Montréal, sábado 11 de octubre de 2003, p. A 5. Artículo de Claude Picher. 'Cela signifie qu'en 1990, chaque fois qu'un Américain moyen gagnait 1000 $, l'Argentin moyen en gagnait 103 $. L'an dernier, toujours pour l'équivalent des 1000 $ du citoyen américain, le revenu de l'Argentin passait à 322 $. Malgré une crise politico-financière majeure, les Argentins ont donc rattrapé, depuis 1992, une partie de leur retard sur les États-Unis.'

(13) Serge Moscovici et Miles Hewstone, "De la science au sens commun" en Psychologie sociale (dir. Serge Moscovici), Paris, PUF, 1992, p. 557. 'les deux moitiés du cerveau (ou de l'esprit) sont devenues deux cerveaux (ou esprits) correspondant à deux modes séparés de pensée…'

(14) Ver Flaubert, Bouvard et Pécuchet, ver también Patrick Imbert, 'Le processus d'attribution' en Les discours du nouveau monde au XIXe siècle au Canada français et en Amérique latine/Los discursos del Nuevo Mundo en el siglo XIX en el Canada frances y en América latina,(ed. M. Couillard et P. Imbert) Ottawa, Legas, février 1995, 285 p.

(15) Marilyn Ferguson, p. 88. 'À cause de l'avantage ou du désavantage initial tenant au système nerveux différent, il semble à première vue que les riches deviennent plus riches, et que les pauvres soient découragés.'

(16) Esta metáfora se conecta completamente con las metáforas zoológicas de Germinal por ejemplo.

(17) La Presse, lunes 21 de junio de 1993, p. B1.

(18) Le Devoir, miércoles 28 de julio de 1993, p. A2.

(19) The Gazette, Montreal, 25 de noviembre de 1993, p. B2. "NAFTA es similar (a FTA): no responde a ningún interés de los canadienses; los negocios se cerrarán y/o volverán a ponerse otra vez en México, que cosecha las recompensas a expensas de Canadá".

(20) Edmonton Journal, 27 de setiembre de 1993, p. A1. "Dice un líder mexicano del sindicato que según los términos del acuerdo norteamericano de libre cambio, los canadienses y los trabajadores de los Estados Unidos perderán trabajos a favor de los mexicanos y que eso es algo bueno".

(21) The Whig Standard (Kingston), 15 de mayo de 1992, p. 18. "Los canadienses no deben culpar al libre cambio por la pérdida de trabajos en la manufactura, sino que deben considerar sus impuestos y las barreras comerciales interprovinciales, dice un gran negociador de comercio mexicano".

(22) La Presse, lundi 16 août 1993, p. B2, Le Devoir sábado 2 de octobre de 1993, p. B3.

(23) 'L'ouvertue des marchés et la protection des cultures : une équation difficile, Forces, 2003.

(24) Néstor García Canclini, por le contrario, es más consciente de este desafío. Voir Consumidores y ciudadanos (México, Grijalba, 1995) et La globalización imaginada (Buenos Aires, Paidos, 1999).

(25) Ver para Estados Unidos: <www.world-psi.org>
Acuerdos relativos al comercio internacional y los sindicatos: el sector público. Debates actuales y análisis. Internacional de servicios públicos, 1997, p.9.

(26) Paris, Albin Michel, 1981.

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