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Amir Hamed
ISSN 1688-1672

 



MODERNIDAD - POSTMODERNISMO - VANGUARDIAS - JAMESON, FREDRIC - CULTURA - RENACIMIENTO - REHACINAMIENTO - RETRO - ESTADOS UNIDOS - SIMULACIÓN -

Adiós al pos-modernismo (II)*

Heriberto Yepéz

Estados Unidos no va hacia el futuro. Marcha hacia cada uno de sus pasados. Está escapando de su presente. Van hacia el Regreso. Estados Unidos se quedará atrapado en alguno de sus loops, como si supiera que de seguir avanzando en el siglo XXI pronto conocerían su destrucción o desmembramiento


2. Hi! Ya somos Post-Occidente (Retro All the Way Down!)


"
La posmodernidad como conjunto preciso de prácticas artísticas, por no decir como dominante cultural, era en gran medida ficción. Prácticamente todos los rasgos o recursos estéticos que se atribuyen a la posmodernidad, sea el bricolaje con la tradición, el juego con lo popular, la reflexividad, el híbrido, el pastiche, las florituras o el descentramiento del sujeto, se hallaban también en el arte moderno. Tampoco aquí cabía discernir ninguna ruptura crítica… La posmodernidad… se había de entender como producto de la derrota política de la generación radical de finales de los años setenta". Perry Anderson,
Los orígenes de la posmodernidad

 

El posmodernismo es la despolitización de la Modernidad; no una ruptura sino su fall out. No un nuevo paradigma sino la disociación de la política revolucionaria de cierto modernismo y las prácticas y artefactos característicos de la vanguardia y la axiología moderna. Los posmodernistas son vanguardistas desilusionados, pseudo-modernos. pseudo-posts. El post del post-modernismo, en realidad, es el prefijo pseudo.

El postmodernismo debe comprenderse como una movida discursiva y como lógica cultural histórica de las sociedades capitalistas avanzadas -como lo ha visto
Fredric Jameson-, una continuación de la confusión, imperialismo y negación de éste por parte de grupos y prácticas dominantes de "Occidente" o lo que queda de éste, después del cada vez más evidente aislamiento y separación estadounidense de lo que Donald Rumsfeld llamó, en decisivo momento, "la Vieja Europa".

Rumsfeld, el secretario de Defensa estadounidense, aludió al envejecimiento de Europa cuando países como Alemania y Francia mostraron su rechazo hacia la frenética
política bélica de Estados Unidos, en su afán de apoderarse de Irak con la excusa del 9-11. Un sector importante de las sociedades europeas, más progresistas que la estadounidense y con cierta lección aprendida de las guerras mundiales, decidieron no apoyar (frontalmente) la invasión al Medio Oriente por parte de Estados Unidos, los supuestos herederos de la Civilización Occidental. La desconfianza, sin embargo, no deja de tener tintes claramente "occidentales".

Para Europa,
Estados Unidos es una nación vulgar. Al no apoyar al régimen bárbaro de Bush-II y despreciar la cultura estadounidense, Europa salvaguarda su propia imagen de lo que debe ser "Occidente", además de que la sociedad europea progresista desaprueba el neo-imperialismo estadounidense, entre otras razones, porque la propia empresa imperialista europea ya fue prácticamente cerrada y sus beneficios alcanzados. Y, además, la fragmentación promovida por Europa durante los siglos anteriores, ahora venía impulsada, acelerada, por Estados Unidos y esta avalancha de deconstrucción alocada, amenaza ya seriamente la integridad cultural, lingüística, de las naciones europeas, conscientes -especialmente Francia- de que sus idiomas también están siendo fragmentados y recibiendo el debris, fall-out, del global English y de los signos mediáticos generales de la cultura estadounidense. Europa es ya también parte del remix mundial, ingredientes sueltos de ReOrden.

El posmodernismo explotó como fiesta o preocupación cuando la experiencia de descontextualización llegó al centro mismo de las sociedades colonialistas y comenzó una situación en que los fragmentos provenientes de otras culturas o re-producidos a partir de éstas tomaron el control de su intercambio semiótico. Los signos y artefactos culturales, desde el "
Renacimiento" -o, como prefiero llamarlo: el (Re)hacinamiento- fueron perdiendo sus centros referenciales, desterritorializándose, diseminándose, deconstruyéndose, remezclándose, autosimulándose, abarrocándose, en vistas de la preeminencia del consumo, el monopolio, la acumulación, la enajenación objetual, convirtiéndose en fetiches (Freud), en mercancías (Marx), en banalidades (Baudrillard).

Las "capitales" del 'post-modernismo' en su afán de consumo de fragmentos de otras culturas recrudecieron sus estrategias de consumo -y la contracultura aparece aquí como otra más de sus avanzadas de consumir todo lo que fuera de otros, de apropiárselo, pedazo a pedazo- y llegaron a la fase de autofagia, en que las sociedades capitalistas mismas, sus culturas, se vuelven fragmentos para sí mismas y posibilidades de consumo, incluso, retrospectivo. ¿No es lo
retro, justamente, la conversión de la historia cultural occidental en un repertorio de consumos posibles, formas de hacer que el pasado pueda volver (cada cierto tiempo, cierto pasado) para volver a consumirlo? El funcionamiento de la lógica cultural postmodernista no es, ni siquiera, "progresista" (¡El Progreso Moderno!) sino lastimosamente Retro.

La cultura capitalista fragmentándose a sí misma, autocatalogándose como una serie de ocasiones de re-consumo interminable.
Estados Unidos marcha hacia una etapa en que consumirá incesamentemente todo lo que su cultura fabricó en su primera fase expansiva. Volverá a los setentas y luego a los cincuentas. Y luego a los veintes. Y luego a los sesentas y luego a los cuarentas y luego… Estados Unidos no va hacia el futuro. Marcha hacia cada uno de sus pasados. Está escapando de su presente. Van hacia el Regreso. Lo que queda confirmado por la reElección de Bush II. Estados Unidos se quedará atrapado en alguno de sus loops, como si supiera que de seguir avanzando en el siglo XXI pronto conocerían su destrucción o desmembramiento.

No sería imposible que Ronald Reagan fuese clonado post mortem y volviese a ser presidente de Estados Unidos.
Otra prueba de que las sociedades capitalistas están escapando de su futuro es la esencia misma de su tecnología, convertida ahora en la
simulación de una tecnología más avanzada. Los efectos especiales son la punta de su tecnología. Una tecnología "de punta" inventada para simular que dicha sociedad posee un grado tecnológico más avanzado del que posee en realidad. A través de los efectos especiales -que ya rebasan la mera industria del entretenimiento para entrar al centro mismo de la manufacturación, diseño, discurso y objetualidad de la tecnología capitalista general, desde la industrial hasta la más doméstica- la tecnología más avanzada de Occidente, sin embargo, se autoconcibe como una etapa retrasada, como una simulación, los efectos especiales que simulan la verdadera tecnología avanzada.

El futuro estadounidense ya tiene todas sus imágenes. Sabemos cómo va a ser el futuro. Es parte de nuestro presente. El futuro como tal, por ende, ha desaparecido.


* Publicado originalmente en la revista Replicante, Nª 3, Mayo 2005.

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