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Amir Hamed
ISSN 1688-1672

 



WOOD, ROBIN - CÓMIC -

Robin Wood y el error de tener éxito (II)

Iván de la Torre
"Todos marchan. Todos aquellos que no tienen lugar en el Tercer Reich que durará mil años. Judíos, eslavos, gitanos, opositores, sacerdotes, criminales de crímenes caprichosos pero todos con un sólo castigo: la muerte"


La obra de Wood se asienta básicamente en 4 puntos:

El primero es su estilo: Wood tiene un estilo altamente metafórico, que brilla en obras como "Savarese", "Morten", "El Angel" y "Martin Hel". Para plantear una escena, al igual que Chandler u otros grandes estilistas, Wood hace uso de frases como:

"Toledo se va muriendo en su noche de hielo... Calles de tinieblas donde se astilla una luna de cementerio... Toledo, ciudad de soledades y murallas amargas..." (El ángel), o "Don Fabio asintió. Era gordo, pero de una gordura sana y sin blanduras, con las duras manos de un labrador y la economía de movimientos de quien sólo se dedica a cosas de importancia" (Savarese): la descripción perfecta, trasmite la situación y realza el dibujo a través de imágenes que nos llegan como una bocanada de viento y nos hace sentir el momento y el lugar como si estuviéramos allí, detalles concretos y poesía al servicio del texto.

Y sin embargo Wood se permite variaciones: textos donde la poesía es reemplazada por imágenes breves y sutiles, donde todo se conjuga para armar escenas que se deslizan como un reloj, llenas de humor:

"Recuerdo perfectamente el día que conocía a Texas, lo cual no tiene nada de extraño. También recuerdo el terremoto de Osaka si vamos al caso. Pero seamos justos, muchas cosas pasaron aquel día y no todas fueron su culpa" / "Dee Dee Lucifer dio uno de sus demenciales conciertos de rock en un basural donde se congregaron cien mil adolescentes chillando como locas..." / "y luego se volvieron locas de verdad y se arrojaron sobre él. No se encontró ni un botón del pobre Dee Dee" / "También fue el día en que el Empire State se derrumbó. No murió nadie porque ya nadie vivía en él excepto un billón de ratas" o, en el mismo capítulo: "La chica hizo un gesto como si hubiera mordido un limón y un segundo después el mundo pareció explotar" (Morgan).

El segundo punto son sus puestas en escena: cada cuadro en sus historietas parece una obra de teatro donde el tiempo ha sido planeado cuidadosamente, donde todo cumple su función como una máquina perfectamente aceitada ayudada por esa precisión de relojería. En "Gilgamesh", tal vez una de sus obras más oscuras, donde el dibujo de Lucho Olivera se vuelve preciso hasta la exquisitez relata:

"Gritos. maldiciones. Culatazos y el histérico ladrar de los enormes perros de pelaje erizado y fauces babeantes. La marcha desesperada de los prisioneros convierte la pureza de la nieve en un barrial inmundo..." / "Y siempre las voces ensordecedoras, incansables, ignorantes de piedad o humanidad. ¿Adónde han ido Goethe y Schiller? ¿Dónde esta la música de Beethoven?" / "Nada de eso hay aquí. Solo capotes de cuero, culatas de fusil, la crueldad y la miseria y la escuálida muerte y los gritos incansables... ¡Rápido! ¡Rápido!"/ "Todos marchan. Todos aquellos que no tienen lugar en el Tercer Reich que durará mil años. Judíos, eslavos, gitanos, opositores, sacerdotes, criminales de crímenes caprichosos pero todos con un sólo castigo: la muerte".

El tercer punto son sus diálogos: como un aprendiz avanzado de Shaw y Chandler los diálogos se vuelven esgrima verbal y parte central de la historia; que en algunos casos se pudiera representar teatralmente debido a esa facilidad para el armado de juegos verbales donde la ironía y el humor nunca faltan: "-Cuidado, verdugo. No te permitas gestos de grandeza. Debes recordar con quien hablas. -Lo recuerdo. Es por eso que lo hago." (El ángel)

El cuarto es su tema principal que haya su perfecta definición en un (4) fragmento de una entrevista a Philip K. Dick, autor con quién Wood tiene muchos puntos de contacto: "Sólo sé una cosa sobre mis novelas. En todas ellas, una y otra vez, un hombre se autoafirma por medio de su atolondrada y fatigosa lucha." Y también puede agregarse (pues calza como un guante a Wood) las opiniones de Roger Zelazny sobre la obra de Dick:

"Estos personajes son a menudo hombres y mujeres manipulados. Es dudoso que el mundo haya perdido una pizca de maldad cuando lo hayan abandonado pero la respuesta es impredecible: ellos no ceden en su esfuerzo (...) A pesar de todo la lucha continúa, el combate prosigue, ¿contra quién? En último extremo contra los Poderes, las Jerarquías y las tiranías, que casi siempre, se hospedan en hombres y mujeres que son víctimas, prisioneros, seres manipulados. Todo esto suena a frivrolidad tétricamente seria. Se equivocan (...) Posee un sentido del humor para el cual no se encuentran adjetivos adecuados".

¿Entienden los que les decía en cuánto a muchos puntos de contacto? Lo mismo, todo eso mismo, puede aplicarse en Wood sin perder una palabra: humor, ternura, algo de cinismo, preocupación por el ser humano y una lucha fatigosa...

La pregunta entonces es: ¿a que se considera vanguardismo? O, más bien, ¿es importante que una historieta sea vanguardista para ser bien considerada? Un amigo mío considera que solo hay dos clases de historietas: buenas y malas, nada más... y yo estoy empezando a apoyar esa idea: ¿o acaso una historieta es buena solo por tener un montón de dibujos y palabras inentendibles? ¿Eso la hace mejor? ¿O el apoyo de un grupo selecto de críticos vale más que a uno le guste o no? Creo que lo definitivo lo dijo Borges hace años, cuando esa especie de fiebre de lectores convertidos en críticos indiferentes al placer de la lectura lo hacía rechinar los dientes:
(5) "son indiferentes a la propia emoción: buscan tecniquerías que le informaran si lo escrito tiene derecho o no a agradarles". ¿Queda algo más por decir entonces sobre este punto?"


Final... ¿solitario y triste?

Este artículo nació de la necesidad de dar una visión resumida pero fundamentada sobre una obra que a pesar de ser una de las más importantes en la Argentina (Wood es paraguayo, pero si vamos al caso Breccia era uruguayo) continuamente es acusada de mil y un delitos nacidos del "es un éxito", "lo lee mucha gente", que llevan al aun más clásico: "algo tendrá atrás"; tal vez luego de la obtención del "Yellow Kid" por toda su obra Wood merecería más respeto pero al parecer hasta aquí las buenas nuevas no han llegado.

Esperemos que lleguen pronto y obliguen a críticos y lectores indolentes a prestar más atención, pues
(6) "los géneros literarios dependen menos de los textos que del modo en que estos son leídos" sobretodo cuando los buenos textos escasean.

Notas:

4) Aquí Yace el Wub. Philip K. Dick. Ediciones Martínez Roca.
5) Discusión. Jorge Luis Borges. Alianza Editorial.
6) Borges Oral. Jorge Luis Borges. Alianza Editorial.

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