Robin Wood es uno
de los guionistas más destacados del mundo. Aunque paraguayo
de origen, su carrera se inició en la Argentina con su
primer y ya emblemático personaje, Nippur de Lagash; ahora,
con más de treinta años de carrera y una multitud
de personajes publicados en una veintena de lenguas. Wood sigue
escribiendo y cosechando méritos, como el Yellow Kid (1) a toda la obra, el segundo obtenido
en la Argentina, y especial reconocimiento a su calidad de trabajo
y preocupación de humanista.
Preámbulo
Frecuentemente se ha atacado una obra basándose en elementos
externos a esta: se puede condenar por razones políticas,
sociales o bien, y en el peor de los casos, por tener demasiado
éxito y por consiguiente dinero.
Borges hablando de Kipling
(2) hacía notar
que Wells y Shaw habían
"incurrido en el error de juzgar a ese hombre
genial
por sus opiniones políticas"; es decir, todo se sujeta
a un elemento externo sin tomarse el trabajo de leer la obra y
ver sus méritos o deméritos. Leemos a Shakespeare
sin saber si fue rico o no, que posición política
tenía o cuál era su opinión de la humanidad
para así colocarlo en algún bando; mientras que
Puig fue condenado por tener demasiado éxito y sólo
después de muerto fue reconocido como un innovador. Algo
parecido sucedió con Osvaldo Soriano, acusado, como él
decía, de escribir "novelitas", "novelitas
de acción"; es decir, lo que aplicamos en escritores
muertos o clásicos lo olvidamos en otros escritores por ceguera o egoísmo.
Todo esto sirve de base e introducción para este artículo:
a pesar que la mayoría de los guionistas importantes del
género en la Argentina han sido estudiados y se han escrito
una gran variedad de ensayos sobre, para citar algunos, Trillo,
Oesterheld, Altuna y Sampayo, el olvido ha caído sobre
Robin Wood, citado a menudo, demasiado a menudo, como "el
guionista estrella de Editorial Columba", una especie de
manta que parece cubrir sus muchos méritos.
Historia y polémica
Hagamos un poco de historia: Robin Wood hace su aparición
en la historieta en 1967 con "Nippur
de Lagash" dibujado por Lucho Olivera; seguido después,
y en rápida sucesión, (otra de las "culpas"
de Wood)
por "Mi novia y Yo" con dibujos de Vogt, "Jackaroe"
con Dalfiume, y "Dennis Martin" con Lito Fernandez.
En estas obras primerizas ya se ve en Wood un continuador de la
obra de Oesterheld, o mejor dicho del estilo de Oesterheld;
pero también de algo que haría su erupción
en el futuro, una lectura propia de otro grande: Ray Collins,
autor importante del
género, también
marginado de los ensayos.
Wood lentamente va haciendo crecer su estilo y Nippur toma vida
propia volviéndose ese caminante filosófico, divertido
y sabio que recorrerá miles de páginas con observaciones
certeras de la condición humana. Como hacía notar
Olivera en una entrevista: nunca se sabe si en el próximo
capitulo se llorara o reirá, si Nippur se verá
en un enredo extraño y disparatado o deberá luchar
contra fuerzas que lo superan en búsqueda de sus ideales.
Esa mixtura hace que Wood gane su propio estilo bebiendo de las
dos fuentes antes citadas: la importancia por la humanidad puesta
de manifiesto por Oesterheld, junto con su compromiso por ideales
y la lucha contra la visión blanco/negro, buenos/malos,
que guiaban la historieta; pero también la otra: la poesía
que Collins introdujo en muchas de sus historias, esos textos
refinados donde brilla una prosa fina que realza la obra, haciendo notar
que se podía ser literario en un género hasta entonces
menor.
Ese tratamiento se irá decantando hacia el futuro, cuando
más experimentado, Robin Wood empiece obras como "Savarese"
con Mandrafina y ponga de manifiesto que ha aprendido su lección
y la ha aprendido bien: un texto duro donde la historia se basa
en un hombre que tiene que luchar contra sus propios fantasmas y los externos,
sin más que su propia fuerza que flaquea una y otra vez
a medida que los traumas se juntan: Savarese es tildado por sus
padres de "retardado", luego de la muerte de estos es
explotado por sus tíos y estafado por su "primer amigo";
luego deberá enfrentarse a su falta de altura, su físico
breve y sus desengaños amorosos; y a medida que su lista
de logros como policía crece, su vida personal cae en picada.
¿Y todo esto es bueno?
Si. ¿Por qué? Wood puso su impronta al canalizar
un humor que impide caer
en el "no hay futuro" mientras nos hace reír
y ver que nada es definitivo. Un toque tan personal que volverá
una y otra vez y que impedirá que obras que hablan sobre
temas "duros" como "Gilgamesh" o "Morten"
sean negros totales, inundados por esa mirada dura pero también
humorista que inunda toda su obra.
Y es que en Wood vuelve una y otra vez a obsesiones que son muy
parecidas a las de Oesterheld, a pesar que los críticos nieguen sus méritos;
¿por qué?, nos preguntamos sorprendidos. Las respuestas
son variadas pero generalmente se sintetizan en:
*Tiene éxito.
*El volumen de su obra.
Ambas razones
son ciertas pero no limitantes: Oesterheld tuvo éxito y
su obra también
es inmensa, Trillo tiene éxito y su obra es inmensa.
Creación de emoción por intermedio del dialogo
y la descripción.
El tercer punto de la cuestión es tal vez el principal
motivo de la controversia:
*Son historietas comunes, hechas en molde, no son vanguardistas,
no son literarias.
Yo diría que todo lo contrario: que Wood entendió
y aplicó la lección de Chandler: ¿Por qué?
Bien empecemos por el último para llegar al primero: "Mi
tesis era que los lectores solo creían que no les interesaba
ninguna otra cosa más que la acción; que lo que
realmente les interesaba a pesar de que no se dieran cuenta,
y lo que a mí me interesaba, era la creación de
emoción por intermedio del diálogo y la descripción."(3)
Notas:
1) El
Yellow Kid es el premio más importante de la historieta.
Algo así como el Oscar para el cine. El primer Yellow
Kid a toda la obra argentina fue, si no estoy equivocado, para
Alberto Breccia, que se hizo famoso primero por sus colaboraciones
con H. G. Oesterheld y luego por sus inovaciones formales al
combinar diversas técnicas en sus historietas. Un muy
buen ejemplo son sus trabajos con Trillo y su fabuloso Perramus
con Sasturain.
2) Biblioteca Personal. Jorge Luis Borges. Alianza Editorial.
3) Cartas y escritos inéditos. Raymond Chandler. Ediciones
De la Flor.
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