Relación incompleta de asignaturas
pendientes para estudiar a los que enseñan. El drama
inconcluso de Prometeo(1)
Seguid esta
corriente
Una corriente incipiente, nada nueva, recorre el
mundillo de las escuelas de
comunicación(2).
Es una corriente de insurrectos que incluye a
profesores, investigadores y alumnos, es una corriente no
uniforme, no uniformada, que rema contra corriente esquivando
sanciones, despidos, amonestaciones y descalificaciones que
suelen imponer los "patrones" casi por el "simple hecho" de
que sus empleados no sean complacientes, obedientes ni
indiferentes ante las mil y una barbaridades que reinan
en muchos "claustros académicos", públicos y privados, de todo
el mundo.
Más vale no decir quiénes son y dónde están. Por ahora. Hay
peligros y persecuciones de todo tipo, al acecho, tras las
puertas de las aulas, las oficinas, los baños... hay "orejas"
y "espías" voluntariosos atentos a "denunciar" todo lo que
suene a "zurdito", "rojo", "rebelde", "marxista"... cualquier
queja, propuesta, observación, crítica, diagnóstico... que no
coincida con el modelo de perfección patronal, enciende
de inmediato las sospechas y los riesgos. Hay profesores
perseguidos por sus ideas y sus metodologías; hay profesores
perseguidos por exigir rigor científico y exigir salarios
justos, hay profesores marginados por insistir en la
actualización dialéctica de las curriculas, hay profesores
difamados por exigir honestidad y autonomía teórica frente a
los intereses, mercantiles o políticos, de algunas escuelas y
facultades... pero hay, una corriente en pie de lucha contra
eso, con resistencia y con oposición y organización de
importancia mayúscula. Corriente que dignifica la lucha
diaria.
Hay una lista enorme de urgencias diversas que, amontonadas
gracias al olvido, la indiferencia y la corrupción, se vuelve
lastre descomunal en la
educación para la
comunicación. Hay que abrir los libros de los patrones, en
todos los sentidos, mirar qué cuentas manejan en
lo
económico y en lo
académico, ver sus "deudas" y sus "inversiones", sus
sueldos y los de todos, ver las tecnologías y las canonjías.
Hay que ver las postergaciones y sus razones, los silencios y
corrillos, hay que ver los documentos y los emonumentos. Y hay
que ver los contenidos teóricos, las prácticas, los casos
concretos, las investigaciones, la experimentación... las
publicaciones.
¿A
quién sirven, y para qué? Abrir los libros en todos los
sentidos para ver cómo se reparten los puntos y los ascensos,
las vacaciones, las becas, los apoyos didácticos. Cómo se
negocian las investigaciones, las citas mutuas, cuántos puntos
vale, cuánto vale asistir a congresos, cursos, postgrados...
abrir los libros y sacar las cuentas en público y sin
concesiones. Bonito lío. Es una lucha añeja.
Esa corriente que recorre las escuelas de comunicación
crece cuantitativa y cualitativamente a pesar del
neoliberalismo y el posmodernismo, a pesar de los burócratas y
los tecnócratas, a pesar de las vanidades y calamidades. A
pesar de los pesares. Es una corriente fresca y digna que no
se tragará las extorsiones de los amos. Es una corriente
poderosa que avanza, como se debe, mientras consolida su
conciencia de clase, su conciencia transformadora, su
capacidad de organización y de convocatoria.
Es una corriente que entiende el
Trabajo, su
lugar histórico y sus reivindicaciones supremas. Es una
corriente que avanza y arrasa a la hora de debatir y sostener
avances sólo de la mano de la
ciencia. Es una
corriente demoledora y múltiple, de todos y de nadie, de la
razón y la
pasión por la justicia. Es una corriente directa y poética que
abraza el estudio de la comunicación humana con
responsabilidad política y científica, que entiende tal
comunicación como episodio fundamental y fundante en el tejido
de las relaciones sociales y que, por lo tanto, no se limita a
estudiar los "medios" sino que avanza a estudiar los modos de
producción de la comunicación junto con las relaciones de
producción sin olvidar sus condicionantes históricas,
económicas y de clase.
Es una corriente que recorre la comunicación humana desde sus
orígenes, alcances y perspectivas para diagnosticar todos los
males que la deprimen, miserabilizan y alienan. Corriente
científica que declara
(que no esconde)
sus fundamentos teórico-metodológicos, su dialéctica política
y su compromiso por transformar el mundo. Y anda por todas
partes esta corriente, no sin debates internos, ganando fuerza
para los debates definitivos. Anda por todas partes, aquí y
allá, incluso donde menos se lo imagina uno, construyendo
tesis, antítesis y síntesis para que un buen día, de una vez
por todas, al lado de todos los trabajadores del mundo,
transformemos la realidad, para siempre y permanentemente,
esta vez para bien de todos. Anda esta corriente por todas
partes, activa y seductora, ganando adeptos y derrotando
ineptos, no diremos lugares ni nombres, no sea la de malas...
al fin y al cabo ya todos los conocen.
Miseria de la Enseñanza en Comunicación
"¿Acaso es
libre la prensa degradada a industria? Es innegable que el
escritor tiene
que ganar con el trabajo de su pluma para existir y
escribir, pero jamás
existir y escribir
para ganar. La primera libertad de la prensa consiste
precisamente en no ser una
industria...
Al escritor
que prostituye esa libertad de prensa, convirtiéndola en
medio material, le está bien empleada como castigo de esa
esclavitud exterior de la censura; o por mejor decir,
ya su propia existencia es su castigo".
Carl Marx |
Hay que
ver en qué estado está la producción de conocimiento en las
aulas, verificar si ocurre el acto extraordinariamente
complejo de producir, exponer, analizar, enriquecer el
conocimiento en colectivo, guiado por un programa científico,
docentes militantes de la honestidad teórica y estudiantes en
actuación social plena. Verificar la independencia económica y
política de la ciencia, su independencia frente a los devaneos
mercantiles o sectarios, su rigor y su capacidad de
intervención social. Verificar que el acto fundamental de la
producción del conocimiento, de manera colectiva, crítica y
dialéctica tenga por certeza la mayor pasión por la verdad y
la fortaleza de la ciencia al servicio de la libertad humana y
de su comunicación no alienada. Verificar que las aulas y los
talleres no sean burbujas indiferentes a lo que pasa en las
calles, en las fábricas, en las cabezas de los pueblos.
Verificar que no ocurran mentiras ni fraudes, es decir que no
cobren por lo que no hacen o por lo que hacen mal. Verificar
que cuando el trabajo de producir conocimiento en comunicación
se cumpla con calidad y utilidad social, se pague un salario
justo.
Hoy por hoy educación en materia de "comunicación", pública o
privada, es una mercancía más. Determinada por las leyes del
mercado y las necesidades de control burgués sobre las masas,
esas escuelas acomodan la teoría y la práctica académicas no
para resolver problemas sociales nucleares sino para generar
mano de obra útil al modo de producción comunicacional
dominante. Las "ciencias de la comunicación", cuyo rigor suele
ser cuestionado, se producen, se venden y se compran como otro
artículo cualquiera. Sus productores no son ajenos a la
alienación. En las escuelas se reproduce la lucha de clases,
hay profesionales del arribismo, de la mentira y de la
explotación en contubernio con los burócratas.
(Y viceversa)
Hay docentes,
trabajadores, capaces de pelear codo a codo con los
estudiantes por una
educación emancipadora, científica de verdad y útil contra
la alienación. Hay eruditos honestos,
catedráticos serios, investigadores comprometidos y
especialistas críticos muy diversos, en general mal pagados,
maltratados, devaluados... y también hay "catedráticos", con
privilegios, no siempre fáciles de explicar abiertamente,
sabelotodo cínicos y recitadores impunes.
Algunos son directores. "Tengo que decir que la ideología
de la comunicación es una ideología de cínicos. Si usted mira
los tratados de Marketing global, observará que los
publicistas trabajan solamente para el 20% de la población
mundial y que ignoran absolutamente al resto de la humanidad.
Es una ruptura tremenda en relación con la ideología
progresista que se ha olvidado. El progreso técnico, por el
momento y tal como está desarrollándose, sólo aprovechará a
aquellas clases medias que están incluidas en el plan de
beneficios de la globalización. El gran drama es que la
humanidad está aceptando mayoritariamente una ideología que
piensa que integrar al 80% de la población mundial es
imposible. Eso explica, por otro lado, las rebeliones y
estallidos sociales que están surgiendo en muchas partes del
mundo. Mucha gente se da cuenta que con este modelo no se
puede sino ir hacia atrás".(3)
Esto significa que se produce lo vendible, que reina un
clientelismo hipócrita interesado en los puntos, las opiniones
positivas y las colegiaturas antes que en el diagnóstico serio
de los problemas y la ruta de las soluciones desde la ciencia.
Se vende lo rentable, lo que da beneficio a los dueños o
directivos. La industria de la
educación
en comunicación es una fuente de beneficios, no sólo
económicos, directos, cuyo ideal es la "producción masiva de
comunicación", producción rentable para que los llamados "medios
de masas", de "cultura de masas" ganen audiencias, vendan
mucho y se vuelvan caballos de Troya ideológicos en todo lugar
y a cualquier hora.
Esas escuelas que educan para manipular "medios de masas"
sirven en su mayoría para la difusión de la ideología de la
clase dominante mediante el adiestramiento de trabajadores
útiles a los instrumentos alienantes que, a través de los
medios de comunicación, determinan su contenido ideológico.
Para esas "escuelas de comunicación", los
medios de masas que
importan son, casi exclusivamente, los que pertenecen a los
monopolios más grandes y reclaman mano de obra capacitada para
difundir, de forma directa o indirecta, sus objetivos de
clase, su moral mercantil y sus programas.
Son escuelas que venden profesionales sumisos y funcionales a
la reproducción y legitimación del sistema. La mayoría de los
estudiantes camina al desempleo directamente y casi no hay
escuela que se involucre con las preocupaciones laborales de
sus alumnos... aunque pongan "bolsas de trabajo"; aunque hagan
convenios con los "medios" para que los pupilos, con título y
todo, hagan trabajos gratuitos, justamente esos que nadie
quiere hacer. "Es para que aprendas" dicen con cinismo, lo que
no pudieron enseñar ellos.
En esas escuelas se infiltra permanentemente la doctrina de
que la "comunicación" es un instrumento de dominio. Que la
comunicación se reduce a los medios porque en los contenidos
no se debe intervenir. Se educa para alienar conciencias, se
capacita a los productores de los medios para una producción
que les es ajena, se les divorcia el pensamiento de la acción.
Se les vuelve extraños de su propio esfuerzo para que acepten,
por ignorancia o por cualquier razón, resignar su trabajo a la
plusvalía que beneficia al patrón. Alienadores alienados. Se
vende esta moral con la mayor naturalidad y se hace creer a
los alumnos que eso es
educación para su beneficio.
Han hecho de la ciencia una payasada mercantil. Se expende
palabrería sin rigor y opinología al uso para alabar la
ignorancia del jefe en turno. Se ocultan los libros incómodos,
las críticas serias, la verdad objetiva y toda posibilidad de
transformación radical de la sociedad y de sus medios o modos
para producir comunicación no alienada. Se omite la
investigación participativa y consensuada, se omite el
diagnóstico crítico, el análisis dialéctico de las causas
socio-económicas y los efectos superestructurales, se omite la
razón y la pasión por la verdad a cualquier costo. A
cambio se aplaude la mansedumbre, la desorganización gremial,
el efectismo erudito, la saliva hipnótica y culteranista de
los libros propios. Siempre y cuando los alumnos compren. Buen
estudiante es el que paga, apuntes, libros, notas...
Se educa para la concentración y monopolización de la
producción comunicacional; se educa para el control de los
lenguajes de los mass media que deforman la realidad,
la vida, las experiencias y deseos más personales y concretos.
Se educa alienantemente para la alienación, se capacita para
usar la prensa, radio, y la televisión... como "poder", como
un tipo de poder, extensión del poder económico y político del
capital, muy "seductor" y muy capaz de alcanzar esa "tierra
prometida", reino de ejecutivos y de publicistas genios, reino
de "creativos" y de "lideres de opinión", reino de
periodistas
y de la farándula toda: la manipulación de conciencias y
el incremento de las ventas.
En general no se enseña "comunicación", se "enseña", de manera
frecuentemente precaria, la manera mercantil de manejar
algunos medios y modos de influenciar a las masas para que
consuman las mercancías y los valores del capitalismo. Las
escuelas burguesas manejadas "industrialmente", contribuyen a
la acumulación del capital y al aseguramiento de capital
ideológico. Se educa a los "comunicólogos" como lebreles
entrenados para recoger la presa "informativa" o
"publicitaria", se les entrena para traducirlo todo al
lenguaje de sus amos, entrenados incluso en universidades y
claustros de alta alienación, para ahogar la verdad en saliva
mercenaria que exhibe, aunque no lo quiera pero con cinismo
triunfal, la médula ideológica de un muerto que deambula en
las campiñas de la historia: el capitalismo mismo.
Eso sí, un muerto farandulero adornado con escándalos,
corrupción y oscuridad luminosa, como las pantallas de la
tele. Los estudiantes pagan
(colegiaturas,
humillaciones, extorsiones y pleitesías nada baratas)
para que les eduquen
así. (Información exclusiva de última hora: en los pasillos
ciertas universidades deambulan estudiantes victimados por educadores cuya integridad ética no aprueba los exámenes más
laxos. Alguien haga algo… no lo celebren. A diestra y
siniestra se embauca a los estudiantes con el sueño peregrino
de volverlos "comunicadores" famosos. Algunos ensayan en las
aulas, y más allá también. Negocio redondo.)
(sigue)
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