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ISSN 1688-1672

 



ARIEL - RODÓ, JOSE ENRIQUE -

El tacto político en Ariel(1)(I)*

Gustavo San Román
"idealidad y orden en la vida; noble inspiración en el pensamiento, desinterés en moral, buen gusto en arte, heroísmo en la acción, delicadeza en las costumbres"


La crítica ha notado con regularidad que en Ariel, la obra más difundida de José Enrique Rodó, hay escasa discusión de las condiciones sociales y políticas concretas de América Latina. El famoso ensayo, que vio la luz hace exactamente un siglo y a poco de la derrota de España frente a Estados Unidos a causa de Cuba y Puerto Rico, se caracteriza más bien por su tono abstracto y filosófico. En este trabajo se estudia el fondo político del ensayo, teniendo en cuenta la actitud de Rodó frente a ciertas figuras históricas y la propia intervención del autor en los turbulentos tiempos en que preparaba Ariel. Se sugiere que ese contexto tuvo un impacto clave en la composición del ensayo, como se nota en particular en las versiones manuscritas que nos han quedado. En fin, Ariel resulta no ser tan apolítico como parecería a simple vista.

Ariel es un largo discurso de despedida por parte de un maestro, apodado Próspero, cuyos alumnos representan la juventud de América Latina a quien el libro está dedicado. Próspero habla ante la mirada de una estatua de Ariel, el símbolo shakespeareano usado por Rodó para transmitir los ideales de belleza y sabiduría del mundo clásico que los discípulos deben tener en cuenta a la hora de enfrentarse a los asuntos del mundo.

El discurso de Próspero está dividido en seis partes. La primera trata sobre la necesidad de canalizar el entusiasmo juvenil bajo la inspiración de altos ideales; en la segunda, el maestro recomienda a sus discípulos que se cuiden de la especialización, pues ella tiende a conllevar el olvido de otras faces esenciales de la personalidad; en su lugar, deberán encontrar siempre espacio para practicar el ocio meditativo de los antiguos, en medio de las vicisitudes de la vida cotidiana. La tercera parte argumenta que la belleza y el bien son fuentes equivalentes de inspiración para el comportamiento de los hombres; esta "estética de la conducta"
(2) lleva a prevenir disparidades indeseadas como las que se notan en el arte frívolo o en el adusto ascetismo, en que una de las dos dimensiones predomina sobre la otra. La cuarta parte es una crítica de la escuela del utilitarismo, según la cual toda acción humana debe apuntar primordialmente a la obtención de resultados prácticos.

En este contexto Próspero evalúa la propuesta sugerida por algunos intelectuales de la época, entre los que se destaca Ernest Renán, en el sentido de que la democracia implica mediocridad generalizada; la postura de Próspero es defender la democracia, pero al mismo tiempo propone que la organización social debe ser tal que los individuos puedan realizar plenamente sus aptitudes. En tal caso aquellos mejor dotados por la naturaleza llegarían a asumir posiciones de liderazgo. La quinta parte se concentra en los Estados Unidos, donde al ver de Próspero las metas utilitarias parecen dominar en perjuicio de las actividades desinteresadas del arte y la moral; este aspecto es especialmente relevante ya que se nota un preocupante auge de la nordomanía entre los latinoamericanos.

Luego de reseñar los aspectos más positivos, y sobre todo las limitaciones del sistema del norte, Próspero sugiere que los latinoamericanos deben buscar su inspiración en otra fuente: sus raíces en una tradición clásica que puede rastrearse a Roma y Grecia.

En la última parte su atención se vuelca hacia el estado contemporáneo del subcontinente, cuya frágil identidad debe confrontar los dramáticos cambios que están llegando con la inmigración en masa y la modernización económica.
(En esta última sección, como también en el ensayo en general, es patente la perspectiva rioplatense de Rodó)

Las últimas palabras del maestro retornan a Ariel, figura que Próspero desea se imprima en las mentes de las generaciones futuras y sirva de inspiración de "idealidad y orden en la vida; noble inspiración en el pensamiento, desinterés en moral, buen gusto en arte, heroísmo en la acción, delicadeza en las costumbres".


Ariel: ¿texto poco político?

La reticencia de Ariel en cuanto a las condiciones reales de América Latina ha sido notada por críticos angloparlantes como Gordon Brotherston, quien en su ejemplar edición crítica del ensayo afirma que "Sentimos una falta de compromiso concreto y nos preguntamos por qué un latinoamericano de la época de Rodó parece aislarse de los problemas sociales y políticos del día".

Más recientemente, Gerard Aching llega a una conclusión parecida. Aching propone que "pocos en Hispanoamérica podían o pueden hoy en día evitar la completa inmersión en las actividades de la vida económica
[...]. Rodó propone un pasatiempo clásico y aristocrático [el otium] como modelo de una identidad cultural hispanoamericana", y esto sucede a pesar de que Ariel fue objeto de una "recepción crítica como libro de acción".(3)

Aún cuando sea discutible la sugerencia de que la meditación es de por sí inaccesible para los pobres de América Latina, la ausencia de afirmaciones abiertamente políticas en un ensayo que se convertiría en el primer gran manifiesto anti-yanqui y en la inspiración de una corriente de pan-hispanismo en el subcontinente, no deja de ser un hecho enigmático.

Es cierto que en Ariel se pueden detectar sutiles indicaciones de hechos históricos concretos en las referencias a la reciente tendencia del vecino del norte a intervenir por la fuerza en los asuntos latinoamericanos. Este es el caso de la mención de "la impresión de la victoria" que ha causado cierta fascinación en las masas de América Latina, o de las frases "las violencias recientes de su historia" y "su historia es, toda ella, el arrebato de una actividad viril". Un efecto similar surge de la predicción de que "el crecimiento de su grandeza y de su fuerza será objeto de perdurables asombros para el porvenir", o el juicio de que su sentimiento de superioridad frente a Europa los ha hecho creer en las consecuencias de "la dura ley de los misterios antiguos en que el iniciado daba muerte al iniciador". Pero se trata de indicios un tanto frugales de una postura política.


Rodó y la política

Por otro lado, y como los dos críticos citados indudablemente saben, y como cualquier lector de los escritos de Rodó en la estupenda edición de sus Obras completas hecha por Emir Rodríguez Monegal pronto descubre, Rodó estuvo bastante implicado en la política local de Uruguay como periodista y (a partir de 1902) como diputado durante tres períodos parlamentarios por parte del partido del gobierno, los Colorados.(4)

De hecho, la preocupación de Rodó por la política estuvo presente desde una edad temprana. Uno de sus biógrafos cuenta que desde los nueve años Rodó solía componer sus propios diarios caseros: "El anhelo periodístico, estimulado por el repudio de la mal disimulada tiranía, es el despertar de la vocación literaria del niño. Sus juegos preferidos serán, desde ahora, componer pequeños diarios manuscritos de oposición, divididos en secciones, con su editorial, su gacetilla, su revista de la prensa, su correspondencia, sus crónicas y variedades, todo dividido en columnas, y sin olvidar los anuncios, que a veces son ilustrados".
(5)

Otra prueba de este interés en la política local es un documento que se encuentra en el Archivo Rodó de la Biblioteca Nacional. En una serie de hojas dobladas en forma de cuaderno que contiene comentarios autobiográficos y apuntes de sus estudios de francés hay también otros dos tipos de anotaciones. Las primeras tienen que ver con el amor, y comienzan con la siguiente declaración: "La época de los sueños de color de rosa y los idilios del amor-de ese fluido divino-de ese sentimiento inexplicable que constituye la verdadera misión de la mujer sobre la tierra. Amor, amor sin tasa!"

Estas ideas cohabitan con el siguiente mensajo más mundano
(y como veremos, significativo) de tipo político, escrito en el reverso del papel: "Nómbrase una comisión compuesta de los Sres. Dr Domingo Aramburú, Dr Pablo de María, D. Miguel Herrera y Obes, Dr Aureliano Rodríguez Larreta y Dr Juan Ramón Gómez -para realizar cerca de los partidos tradicionales, la propuesta de conciliación resuelta por la directiva." El documento no lleva fecha, pero debe ser anterior a 1895.(6)

A la luz de estos datos resulta apropiado considerar la composición de Ariel en su contexto local, como primer paso de un estudio de su dimensión política. Esta ruta sería consistente con un anuncio en el diario montevideano El Día del 23 de enero de 1900 en el que, luego de restar importancia a una nota anterior de otro periódico sobre la centralidad de la crítica a los Estados Unidos en Ariel, se resalta la importancia del "carácter principalmente histórico y de propaganda" del ensayo.

Parece justo sugerir que la actitud de Rodó hacia la política durante la preparación de Ariel fue de militancia forzada: mientras que en circunstancias más pacíficas y estables habría optado por moverse principalmente en el mundo de la actividad intelectual, era consciente de que los tiempos que le tocó vivir requerían su participación. Esta actitud surge a menudo en su correspondencia, de la que el siguiente ejemplo encontrado en el Archivo puede ser típico. Es una carta del 10 de junio de 1898 y está dirigida al poeta argentino Leopoldo Díaz, a la sazón en Ginebra. Luego de las cortesías usuales, Rodó declara:

Tiene Vd. razón: la política, tal como se entiende o tal como la imponen las circunstancias en estos escenarios pequeños, no tiene halagos para los hombres de aficiones intelectuales, y su inevitable cortejo lo forman el hastío, la fatiga y la decepción. [...]. Hay, a pesar de todo, imposiciones del deber o de la necesidad, que no permiten en ciertos momentos sustraerse a la vorágine, sobre todo cuando en ella van comprometidos intereses patrióticos que sería egoísta y vituperable desatender. Pero pasada la anormalidad de las circunstancias, vueltas las cosas a su cauce, cesa la atracción transitoria de la política para los espíritus un poco saturados de ideal.(7)

1 El presente artículo es traducción algo recortada de "Political Tact in José Enrique Rodó's Ariel", Forum for Modern Language Studies, Vol. 36, No. 3, Julio 2000, pp. 279-95. Este volumen especial, coordinado por Gustavo San Román, está dedicado a Assertive Hispanisms: Tensions and Affirmations in Cultural Identity, y fue inspirado precisamente por Ariel. El autor agradece a la revista y a la editorial Oxford University Press el permiso para publicarlo aquí.

2 Las citas de Ariel remiten a la edición de Gordon Brotherston (Cambridge: Cambridge University Press, 1967).

3 Gerard Aching, "The Politics of Spanish American "Modernismo". By Exquisite Design (Cambridge: Cambridge University Press, 1997), 113.

4 Rodó, Obras completas, ed. de Emir Rodriguez Monegal (2a. ed., Madrid: Aguilar). Todas las citas a obras publicadas de Rodó distintas de Ariel son a esta fuente indispensable.

5 Eugenio Petit Muñoz, Infancia y juventud de José E. Rodó (Montevideo: Universidad de la República, 1974), 94.

6 Archivo Rodó, Biblioteca Nacional, Montevideo, Carpeta 4 A 5, doc. 23753. Agradezco al Carnegie Trust for the Universities of Scotland los fondos para un viaje de investigación a este importante archivo, al Director del Departamento de Investigaciones de la Biblioteca Nacional, y especialmente a Virginia Friedmann por su amable asistencia. Otros documentos del Archivo serán mencionados más adelante.

7 Se trata de un borrador de carta. Rodó expresó su aprecio por la poesía de Díaz en tres de sus reseñas literarias (ver 545-46, 819-22 & 855-62).



* Publicado originalmente en Insomnia

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