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Amir Hamed
ISSN 1688-1672

 



POSESTRUCTURALISMO - CRÍTICA - CRÍTICA INTERNA/EXTERNA DE LA MODERNIDAD - SAID, EDWARD - MIGNOLO, WALTER - LOCAL HISTORIES/GLOBAL DESIGNS - "BORDER THINKING" -

El pensamiento desde los bordes: del postestructuralismo a la diferencia colonial y viceversa (I)

Orlando Bentancor
La teoría postcolonial resulta del análisis de las luchas, cruces e intersecciones entre cultura imperial dominante y saberes subalternos locales, proceso que da lugar a un fenómeno que ha sido descrito en términos de "mestizaje", "hibridez"o "transculturación"


I) Introducción.


Se puede afirmar que el
libro Orientalism de Edward Said, publicado en 1978, inaugura una nueva área de estudios dentro de la academia norteamericana, que ha sido denominada análisis del discurso colonial, o más comúnmente, teoría postcolonial. Orientalism analiza aquellos textos coloniales en los cuales Europa se representa a sí misma y a sus Otros haciendo uso de una combinación del pensamiento postestructuralista foucaultiano y el marxista gramsciano. El resultado de la investigación de Said es la célebre y popularizada tesis según la cual el Otro colonizado no es sino una proyección de los miedos y deseos de Europa emboscados tras una aparente descripción objetiva y científica. El análisis de las tensiones entre saberes locales y cultura imperial fue emprendido con éxito por los sucesores de Said desde perspectivas teóricas diferentes, algunas de las cuales son el psicoanálisis de Homi Bhabha, la deconstrucción de Gayatri Chakravorty Spivak, el feminismo de Chandra Mohanty, y el marxismo de Aijaz Ahmad. El libro de Walter Mignolo, The Darker Side of Renaissance transciende la noción de discurso colonial mediante la noción de "semiosis colonial" y "hermenéutica pluritópica", incorporando el pensamiento postcolonial producido en latinoamérica, como es el caso de Enrique Dusell y Rodolfo Kusch. Dicho brevemente, la teoría postcolonial resulta del análisis de las luchas, cruces e intersecciones entre cultura imperial dominante y saberes subalternos locales, proceso que da lugar a un fenómeno que ha sido descrito en términos de "mestizaje", "hibridez"o "transculturación".

Dentro de las múltiples teorías con mayor valor de intercambio que se expenden en el mercado académico encontramos la teoría postcolonial, el postestructuralismo y el marxismo. En el presente trabajo pretendo explorar una de las manifestaciones de pensamiento postcolonial más difundidas dentro del latinoamericanismo, que es la de Walter Mignolo, con el propósito de analizar su divergencia y toma de distancia respecto a las otros dos modos de pensamiento mencionados. En su libro Local Histories/Global Designs Walter Mignolo sostiene que el pensamiento postcolonial, en miras de lograr su objetivo descolonizador, debe apartarse tanto del marxismo como del postestructuralismo. Dicho distanciamiento estaría acompasado con una multiplicación de los lugares de enunciación situados en los bordes del mundo moderno colonial. Dando voz a aquellos
intelectuales situados en lugares de enunciación no privilegiados por la modernidad, se hace posible resistir a los embates del imperialismo epistemológico de la misma. Tanto el marxismo como el postestructuralismo forman parte de esta agenda moderna que debe ser excluida por el programa de pensamiento postcolonial.

En este trabajo pretendo demostrar dos ideas. En primer lugar entiendo que no existe algo así como un "afuera" del mundo moderno/colonial desde al cual se pueda hacer frente a la expansión colonial y
globalizadora. En segundo lugar afirmo que la doble articulación de categorías de pensamiento tales como la noción de "valor" en Marx y la idea de poder diferencial en Nietzsche (retomada por Foucault y Deleuze) resultan de suma utilidad a la hora de entender una diferencia colonial que constituya no un afuera sino un pliegue interno de la propia dinámica capitalista. Con este propósito me propongo releer la noción de "border thinking" propuesta por Mignolo a la luz de esta doble articulación marxista/postestructuralista que él excluye.


II) ¿Diferencia colonial o poder diferencial?


En su reflexión teórica sobre la diferencia colonial Walter Mignolo se muestra ambiguo en lo que refiere a la inclusión o exclusión de herramientas conceptuales marxistas y postestructuralistas de la agenda de investigación postcolonial. Sin embargo, como intento mostrar, se trata de una falsa ambigüedad, ya que de hecho las herramientas conceptuales marxistas y postestructuralistas no pueden constituir el punto de partida de la crítica postcolonial, por lo cual deben excluidas o al menos relegadas a un plano secundario.

Según Mignolo
(y parte de la crítica latinoamericanista) la exigencia de descolonización del pensamiento obliga al crítico postcolonial a tomar distancia de formas de pensamiento modernas y eurocéntricas. El carácter singular de la diferencia colonial hace de ésta una materia sutil que no se deja apresar por las mallas de la diferencia sexual, racial o económica. El pensador postcolonial no puede aplicar irreflexivamente la noción de diferencia heredada de la deconstrucción en particular o del postestructuralismo en general cuando intenta aproximarse a la idea de diferencia colonial. La razón de esto se encuentra en que la diferencia colonial no es un caso particular de una generalidad mayor que sería la diferencia postestructuralista sino consecuencia de contextos de dominación colonial.

Por otro lado, la différance, afirma Mignolo, no puede trascender la diferencia colonial ya que la crítica postestructuralista es una crítica interna a la modernidad. En otras palabras, la diferencia colonial no es un objeto de estudio que podamos iluminar aplicando una noción de pensamiento postestructuralista, por el contrario, la diferencia postestructuralista debe ser ampliada y superada por la diferencia colonial. No solo es necesario entender que la diferencia postestructuralista y la colonial no son intercambiables sino que la diferencia colonial posee una condición de posibilidad que la hace irreductible a la primera.
Dicha condición de posibilidad encuentra su
fuerza y su carácter propio en la perspectiva del subalterno, perspectiva excluida (o al menos ignorada) por la diferencia posestructuralista. Un correcto entendimiento de la diferencia colonial necesita de un descentramiento radical que solo puede otorgar la perspectiva subalterna, planteándose de este modo un problema epistemológico fundamental. La condición de posibilidad de un modelo de enunciación que pueda entender la diferencia colonial no se halla dada por la crítica interna del postestructuralismo a la modernidad, sino en un posicionamiento geopolítico externo (lugar de enunciación) desde el cual se produzca un nuevo pensamiento diferencial que Mignolo llama "border thinking". El "border thinking" es un modo de funcionar lógico diferente que adopta una perspectiva subalterna, una verdadera máquina decolonizadora que opera mediante la apropiación de la diferencia colonial (Mignolo Local Histories/Global Designs 45).

El postestructuralismo es una crítica universal a la cual se le escapa lo singular de la experiencia colonial. Mignolo juzga que teóricos como Derrida son ciegos a la diferencia colonial
(83). Derrida ofrece lo que él considera un motivo suficiente para rechazar la diferencia colonial en el hecho de que todas las culturas son originalmente coloniales (Derrida Le monolinguisme de l´autre 68). Derrida ofrece una respuesta abstracta y universal a un problema histórico, singular y concreto que es el colonialismo inherente a la modernidad.

Mientras que la crítica postcolonial piensa y
escribe desde una situación diferencial situada en los bordes del mundo moderno/colonial, Derrida piensa desde la perspectiva de una crítica al logocentrismo occidental. Pero esta crítica no deja de ser ella misma una crítica monotópica (e interna a la modernidad) al presuponer que el logocentrismo es una categoría universal del pensamiento y el colonialismo un fenómeno cultural universal. La generalidad abstracta desde la cual habla la decontrucción desatiende los fenómenos singulares históricos y concretos del sistema moderno/colonial.

No se trata de encontrar en la situación colonial una experiencia universal. A la universalidad de la ley, Mignolo opone la experiencia regional, así como también enfrenta la historicidad
(y locación) de la enunciación postcolonial al sistema mundial moderno/colonial. Si bien Mignolo opone lo local a lo global, y la diferencia colonial a la universalidad de la razón europea, tal oposición tiende a debilitarse en momentos tales como aquellos en los que él afirma que no es absolutamente necesario desprenderse de la deconstrucción ya que "the question is not to choose between one or the other but to understand the irreducible difference between both" (Mignolo 84). Se trata, por el contrario de ver en el "border thinking" el potencial epistemológico de una máquina decolonizadora y de este modo captar la diferencia irreductible entre ambas. Y la diferencia entre deconstrucción y decolonización se haya anclada en la fuerza epistemológica de la enunciación localizada en los límites internos y externos del sistema moderno/colonial. Esta tesis toma su sentido de la siguiente afirmación de Mignolo: tanto Derrida como Deleuze o Guattari son los guardianes del concepto moderno de razón (84).

El "border thinking" opera mediante una "double translation" que le permite encontrar puntos de intersección incomensurables para la Modernidad. En otras palabras, el "border thinking" es justamente aquello que la Modernidad ve como un pensamiento dicotómico
(85), cuando no una simple contradicción. Es sumamente significativo el ejemplo de "border thinking" que propone Mignolo, el fenómeno Chiapas, que consiste en una doble traducción de elementos marxistas y amerindios. Por un lado el marxismo es modificado por los lenguajes amerindios, y del mismo modo, la cosmología amerindia es modificada por el marxismo. Este cruce epistemológico posibilita la reescritura de una historia de quinientos años de opresión haciendo del movimiento Zapatista un ejemplo acabado de "border thinking", que es y no es marxista leninista al mismo tiempo (86).

El modo de pensar diferente
("an other thinking") es un cruce de diferentes pensamientos, ideologías, prácticas y modos de ver el mundo que generan una crítica externa y subalterna de la modernidad. Mientras que la deconstrucción se limita a desarticular las dicotomías producidas por un tipo de pensamiento presuntamente universal, el pensamiento mediante conceptos dicotómicos forma parte del proceso mismo de decolonización. Entiendo que Mignolo opera una verdadera inversión del modo de atacar el pensamiento que opera por dicotomías y su poder de efectuar modos de subalternización. Mignolo plantea el problema de los constructos binarios de modo tal que escapa a la deconstrucción al tiempo que encuentra un modo de pensar alternativo a la modernidad.

Afirma Mignolo: "This, in other words, is the key configuration of border thinking: thinking from dichotomous concepts rather than ordering the world in dichotomies."
(85). Desde el punto de vista lógico, el "border thinking" consiste en un sistema de enunciación dicotómico que constituye una lógica alternativa a la crítica interna de la modernidad. Desde el punto de vista geopolítico, consiste en un sistema de enunciación situado en los bordes internos/externos del sistema moderno/colonial. Mignolo afirma que el propósito de esta máquina descolonizadora es la instauración de una crítica espistémica de la poder colonial. (85)

El problema acerca de la inclusión o exclusión del marxismo y postestructuralismo se presenta de modo confuso ya que por un lado el punto de partida del "border thinking" requiere un distanciamiento de la filosofía europea, mientras que por otro Mignolo afirma que posible establecer alianzas con la crítica interna de la modernidad, es decir, con pensadores tales como Nietzsche, Heidegger, Marx, Freud y Derrida. El requisito que debe cumplir una alianza tal es la de descentrar la filosofía europea de modo tal que se ejerza una crítica externa a la modernidad. La crítica externa y subalterna es una doble crítica de la modernidad que exige pensar desde otra lógica, mirar desde otra perspectiva, hablar otro lenguaje conceptual, incluso pensar desde otro lugar de enunciación, todo lo cual implica una toma de distancia respecto a las herramientas conceptuales europeas. "The canonical thinkers of the Western canon can no longer provide a starting point for the epistemology that the colonial difference requires" sostiene Mignolo
(313).

De este modo, aquellos pasajes en que Mignolo abre la posibilidad de establecer una alianza con Marx o con el postestructumo coexisten con advertencias acerca de lo peligroso que puede resultar integrar piezas teóricas europeas a la crítica postcolonial. Por ejemplo, Mignolo señala que pensadores tales como Fanon o Khatibi no rechazan el análisis de la lógica del capitalismo llevado a cabo por Marx, pero que el marxismo ha sido dependiente de la metafísica hegeliana. En esto, Mignolo sigue a Dusell, para quien el marxismo, cuando localiza al "otro" fuera del sistema, es ontológicamente incompatible con el pensamiento postcolonial
(176-176).

Desde mi perspectiva, es mucho mas productivo intentar pensar en de qué modo la misma lógica del capital produce una exclusión del Otro, articulando este programa con una exploración de los intersticios que aparecen dentro del sistema. El pensamiento postcolonial no se halla limitado a la crítica interna de la modernidad, ya que la crítica interna de la modernidad se limitó a reaccionar ante la apropiación del Otro por parte de lo Mismo, mientras que el pensamiento postcolonial intenta ejercer un descentramiento radical de lo Mismo mediante un posicionamiento en el lugar del Otro.

Si bien Mignolo se mueve constantemente en un terreno de ambigüedad, en el que nunca está claro si incluir a Marx y al postestructuralismo dentro la agenda postcolonial, a efectos prácticos parece querer decir que la lógica desplegada por el análisis del
capital o el postestructuralismo resultan inútiles para entender la diferencia colonial, ya que existe una diferencia irreductible entre la crítica externa y la crítica interna de la modernidad. Esta es una afirmación que no puedo compartir. Entiendo que el subalternismo intenta descentrar el lugar de enunciación europeo, y de esta perspectiva interpelar, cuestionar y traduce el pensamiento europeo, y en cierto modo trascenderlo(1). Pero no comparto la afirmación de que el marxismo como el postestructuralismo sean ciegos a la diferencia colonial. Entiendo que es imprescindible una "double consciousness, double critique, an other tongue, an other thinking, new mestiza consciousness, Creolization, transculturation, and culture of transcience" para descolonizar el pensamiento, es decir, para destruir las categorías que han sometido a aquellas formas de pensar distintas a la metafísica y ciencia occidental a un proceso de subalternización (326). Pero también pienso que el camino abierto por este tipo de pensamiento no debe hacernos desechar fácilmente otros caminos de descolonización que aparenten ser, eclipsados por el fulgor del "border thinking", menos seductores o menos renovadores.

A lo largo de todo su libro Mignolo insiste en que es absolutamente necesario establecer una crítica externa a la modernidad para poder iniciar un verdadero proceso de descolonización. En su labor descolonizadora, Mignolo se haya inspirado en el movimiento intelectual iniciado por Said, Bhabha y Spivak y Wallerstein, pero se rehúsa fervientemente a someterse al pensamiento postestructuralista francés. Otro de los motivos por los cuales se torna imperativo el distanciarse del marxismo y el postestructuralismo, es que éstos poseen serios límites cuando se trata de comprender el proceso de negociación entre lo local y lo global, por lo cual se hace imprescindible, según Mignolo, pensar desde los bordes de la diferencia colonial localizada en los bordes del mundo moderno colonial, y así reconsiderar el modo en que se reciben los
diseños globales por parte de los proyectos locales. Por el contrario, yo entiendo que estamos lejos de haber alcanzado a agotar el arsenal conceptual presente en la doble articulación marxismo y postestructuralismo.

El peor error del "border thinking" sería el de reproducir sus condiciones de exclusión, es decir, invalidar aquellos modos de pensamientos que no han sido producidos dentro del espacio de enunciación avalado por el mismo. Si bien el espíritu del "border thinking" es inclusivo, en estos momentos arriba señalados, se vuelve exclusivo. A cualquier tipo de propuesta exlusiva o bien "border thinking" o bien doble articulación marxismo/poestestructuralismo, opongo la afirmación conjunta de "border thinking" y doble articulación marxismo/poestestructuralismo.

Entiendo que es necesario y beneficioso traducir la lógica del capital al "border thinking". Con este propósito pretendo demostrar en qué se beneficiaría el "border thinking" integrando al marxismo y al poestestructuralismo. Debemos destacar que Mignolo considera este dentro y fuera, centro y periferia como metáforas duales fundadas en un lugar de enunciación y no en una ontología del mundo. Mignolo se encuentra más preocupado en una práctica discursiva epistémologica que en imponer una fisicalidad naturalista geográfica por sobre los sistemas de enunciación. En cierto sentido es posible afirmar que estos términos no son substancias absolutas y eternas sino términos problemáticos y relativos con un valor pragmático que consiste en la capacidad de descolonizar de los mismos.

Este tipo de crítica rechaza la antigua idea de un punto arquimediano de enunciación europea. En lugar de profetizar la muerte del sujeto, o el advenimiento de un sujeto universal proletario, el pensamiento postcolonial multiplica los sujetos, mediante una descentralización de la racionalidad europea y una recolocación de la enunciación que permita transformar la crítica interna de la modernidad en una crítica externa. No obstante, la crítica postcolonial se enfrenta al siguiente dilema. Si pretende distanciarse de la doble articulación marxismo/poestestructuralismo, entonces debe encontrar un afuera desde el cual ejercer una crítica radical y externa a la modernidad. Ahora bien, si tal afuera no existe, es decir, si tal afuera también depende de la lógica del capital, entonces, la crítica postcolonial deberá buscar otro modo de descentrar y multiplicar los lugares de enunciación.

Una vez aceptada la necesidad de una crítica externa que funcione desde otra lógica, cabe preguntarse por el carácter de dicho posicionamiento. ¿Qué aportes puede hacer el marxismo y su análisis de la lógica del capital a este problema? ¿Es posible encontrar un afuera puro e incontaminado de modernidad desde el cual se pueda hacer frente al poder avasallador del capital?
(2)

Notas:

(1)Creo necesario aclarar que cuando uso el termino "trascender" no estoy pensando ninguna de los conceptos filosóficos que históricamente se han leído bajo este rótulo, tales como lo "trascendental" kantiano o aristotélico-tomista. Con este término me limito a señalar que el pensamiento postcolonial intenta traspasar los límites gnoseológicos y epistémicos impuestos por el pensamiento eurocéntrico.

(2)Con esta pregunta no estoy desechando la necesidad de una crítica externa del sistema. Entiendo que esta necesidad es fundamental, pero que el problema no puede ser planteado en términos de la afirmación de un afuera absoluto e incontaminado, que funcionaría como un cielo puro de la diferencia incontaminada por el poder del capital. Lo que intento es encontrar una instancia en la que anclar el border thinking sin acudir a esta noción de afuera.

Bibliografía:

Deleuze, Gilles. Difference and Repetition. New York: Columbia University Press, 1994.
---, Nietzsche and Philosophy. New York: Columbia University Press, 1983.
Foucault, Michel. Discipline and Punish: The Birth of the Prision. New York: Vintage
Books, 1995.
---, The History of Sexuality.An Intoruction. New York: Vintage Books, 1990.
Hardt, Michael, and Antonio Negri. Empire. Cambridge, Massachussetts: Harvard
University Press, 2000.
---, Labor of Dionysus: A Critique of the State-Form. Minnesota: University of
Minnesota Press, 1994.
Marx, Karl. Capital. New York: Vintage Books, 1977.
---, Grundrisse. London: Penguin Books, 1973.
Mignolo, Walter. Local Histories/Global Designs. Princeton, New Jersey: Princeton
University press. 200.
Nietzsche, Friedrich Wilhelm. The Will to Power. Trans. Kauffmann and Hollingdale,
Random House, 1968.

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