I) Introducción.
Se puede afirmar que el libro Orientalism de Edward
Said, publicado en 1978, inaugura una nueva área de estudios
dentro de la academia norteamericana,
que ha sido denominada análisis del discurso colonial,
o más comúnmente, teoría postcolonial. Orientalism
analiza aquellos textos coloniales en los cuales Europa se representa
a sí misma y a sus Otros haciendo uso de una combinación
del pensamiento postestructuralista foucaultiano y el marxista
gramsciano. El resultado de la investigación de Said es
la célebre y popularizada tesis según la cual el
Otro colonizado
no es sino una proyección de los miedos y deseos de
Europa emboscados tras una aparente descripción objetiva
y científica. El análisis de las tensiones entre
saberes locales y cultura imperial fue emprendido con éxito
por los sucesores de Said desde perspectivas teóricas
diferentes, algunas de las cuales son el psicoanálisis
de Homi Bhabha, la deconstrucción de Gayatri Chakravorty
Spivak, el feminismo de Chandra
Mohanty, y el marxismo de Aijaz Ahmad. El libro de Walter Mignolo,
The Darker Side of Renaissance transciende la noción
de discurso colonial mediante la noción de "semiosis
colonial" y "hermenéutica pluritópica",
incorporando el pensamiento postcolonial producido en latinoamérica,
como es el caso de Enrique Dusell y Rodolfo Kusch. Dicho brevemente,
la teoría postcolonial resulta del análisis de
las luchas, cruces e intersecciones entre cultura imperial dominante
y saberes subalternos locales, proceso que da lugar a un fenómeno
que ha sido descrito en términos de "mestizaje",
"hibridez"o "transculturación".
Dentro de las múltiples teorías con mayor valor
de intercambio que se expenden en el mercado académico
encontramos la teoría postcolonial, el postestructuralismo
y el marxismo. En el presente trabajo pretendo explorar una de
las manifestaciones de pensamiento postcolonial más difundidas
dentro del latinoamericanismo, que es la de Walter Mignolo, con
el propósito de analizar su divergencia y toma de distancia
respecto a las otros dos modos de pensamiento mencionados. En
su libro Local Histories/Global Designs Walter Mignolo
sostiene que el pensamiento postcolonial, en miras de lograr
su objetivo descolonizador, debe apartarse tanto del marxismo
como del postestructuralismo. Dicho distanciamiento estaría
acompasado con una multiplicación de los lugares de enunciación
situados en los bordes del mundo moderno colonial. Dando voz
a aquellos intelectuales situados en
lugares de enunciación no privilegiados por la modernidad,
se hace posible resistir a los embates del imperialismo epistemológico
de la misma. Tanto el marxismo como el postestructuralismo forman
parte de esta agenda moderna que debe ser excluida por el programa
de pensamiento postcolonial.
En este trabajo pretendo demostrar dos ideas. En primer lugar
entiendo que no existe algo así como un "afuera"
del mundo moderno/colonial desde al cual se pueda hacer frente
a la expansión colonial y globalizadora. En segundo lugar afirmo que
la doble articulación de categorías de pensamiento
tales como la noción de "valor" en Marx y la
idea de poder diferencial en Nietzsche (retomada por Foucault y Deleuze) resultan de suma utilidad
a la hora de entender una diferencia colonial que constituya
no un afuera sino un pliegue interno de la propia dinámica
capitalista. Con este propósito me propongo releer la
noción de "border thinking" propuesta por Mignolo
a la luz de esta doble articulación marxista/postestructuralista
que él excluye.
II) ¿Diferencia colonial o poder diferencial?
En su reflexión teórica sobre la diferencia colonial
Walter Mignolo se muestra ambiguo en lo que refiere a la inclusión
o exclusión de herramientas conceptuales marxistas y postestructuralistas
de la agenda de investigación postcolonial. Sin embargo,
como intento mostrar, se trata de una falsa ambigüedad,
ya que de hecho las herramientas conceptuales marxistas y postestructuralistas
no pueden constituir el punto de partida de la crítica
postcolonial, por lo cual deben excluidas o al menos relegadas
a un plano secundario.
Según Mignolo (y
parte de la crítica latinoamericanista) la exigencia de descolonización
del pensamiento obliga al crítico postcolonial
a tomar distancia de formas de pensamiento modernas y eurocéntricas.
El carácter singular de la diferencia colonial hace de
ésta una materia sutil que no se deja apresar por las
mallas de la diferencia sexual, racial o
económica. El pensador postcolonial no puede aplicar irreflexivamente
la noción de diferencia heredada de la deconstrucción
en particular o del postestructuralismo en general cuando intenta
aproximarse a la idea de diferencia colonial. La razón
de esto se encuentra en que la diferencia colonial no es un caso
particular de una generalidad mayor que sería la diferencia
postestructuralista sino consecuencia de contextos de dominación
colonial.
Por
otro lado, la différance, afirma Mignolo, no puede trascender
la diferencia colonial ya que la crítica postestructuralista
es una crítica interna a la modernidad. En otras palabras,
la diferencia colonial no es un objeto de estudio que podamos
iluminar aplicando una noción de pensamiento postestructuralista,
por el contrario, la diferencia postestructuralista debe ser
ampliada y superada por la diferencia colonial. No solo es necesario
entender que la diferencia postestructuralista y la colonial
no son intercambiables sino que la diferencia colonial posee
una condición de posibilidad que la hace irreductible
a la primera.
Dicha condición de posibilidad encuentra su fuerza y su carácter
propio en la perspectiva del subalterno, perspectiva excluida (o al menos ignorada)
por
la diferencia posestructuralista. Un correcto entendimiento de
la diferencia colonial necesita de un descentramiento radical
que solo puede otorgar la perspectiva subalterna, planteándose
de este modo un problema epistemológico fundamental. La
condición de posibilidad de un modelo de enunciación
que pueda entender la diferencia colonial no se halla dada por
la crítica interna del postestructuralismo a la modernidad,
sino en un posicionamiento geopolítico externo (lugar de enunciación)
desde
el cual se produzca un nuevo pensamiento diferencial que Mignolo
llama "border thinking". El "border thinking"
es un modo de funcionar lógico diferente que adopta una
perspectiva subalterna, una verdadera máquina decolonizadora
que opera mediante la apropiación de la diferencia colonial
(Mignolo
Local Histories/Global Designs 45).
El postestructuralismo es una crítica universal a la cual
se le escapa lo singular de la experiencia colonial. Mignolo
juzga que teóricos como Derrida son ciegos a la diferencia
colonial (83). Derrida ofrece
lo que él considera un motivo suficiente para rechazar
la diferencia colonial en el hecho de que todas las culturas
son originalmente coloniales (Derrida
Le monolinguisme de l´autre 68). Derrida ofrece una respuesta
abstracta y universal a un problema histórico, singular
y concreto que es el colonialismo inherente a la modernidad.
Mientras que la crítica postcolonial piensa y escribe desde una
situación diferencial situada en los bordes del mundo
moderno/colonial, Derrida piensa desde la perspectiva de una
crítica al logocentrismo occidental. Pero esta crítica
no deja de ser ella misma una crítica monotópica
(e interna
a la modernidad)
al presuponer que el logocentrismo es una categoría universal
del pensamiento y el colonialismo un fenómeno cultural
universal. La generalidad abstracta desde la cual habla la decontrucción
desatiende los fenómenos singulares históricos
y concretos del sistema moderno/colonial.
No se trata de encontrar en la situación colonial una
experiencia universal. A la universalidad de la ley, Mignolo
opone la experiencia regional, así como también
enfrenta la historicidad (y
locación)
de la enunciación postcolonial al sistema mundial moderno/colonial.
Si bien Mignolo opone lo local a lo global, y la diferencia colonial
a la universalidad de la razón europea, tal oposición
tiende a debilitarse en momentos tales como aquellos en los que
él afirma que no es absolutamente necesario desprenderse
de la deconstrucción ya que "the question is not
to choose between one or the other but to understand the irreducible
difference between both" (Mignolo 84). Se trata, por el contrario
de ver en el "border thinking" el potencial epistemológico
de una máquina decolonizadora y de este modo captar la
diferencia irreductible entre ambas. Y la diferencia entre deconstrucción
y decolonización se haya anclada en la fuerza epistemológica
de la enunciación localizada en los límites internos
y externos del sistema moderno/colonial. Esta tesis toma su sentido
de la siguiente afirmación de Mignolo: tanto Derrida como
Deleuze o Guattari son los guardianes del concepto moderno de
razón (84).
El "border thinking" opera mediante una "double
translation" que le permite encontrar puntos de intersección
incomensurables para la Modernidad. En otras palabras, el "border
thinking" es justamente aquello que la Modernidad ve como
un pensamiento dicotómico (85), cuando no una simple contradicción.
Es sumamente significativo el ejemplo de "border thinking"
que propone Mignolo, el fenómeno Chiapas, que consiste
en una doble traducción de elementos marxistas y amerindios.
Por un lado el marxismo es modificado por los lenguajes amerindios,
y del mismo modo, la cosmología amerindia es modificada
por el marxismo. Este cruce epistemológico posibilita
la reescritura de una historia de quinientos años de opresión
haciendo del movimiento Zapatista un ejemplo acabado de "border
thinking", que es y no es marxista leninista al mismo tiempo
(86).
El modo de pensar diferente ("an
other thinking")
es un cruce de diferentes pensamientos, ideologías, prácticas
y modos de ver el mundo que generan una crítica externa
y subalterna de la modernidad. Mientras que la deconstrucción
se limita a desarticular las dicotomías producidas por
un tipo de pensamiento presuntamente universal, el pensamiento
mediante conceptos dicotómicos forma parte del proceso
mismo de decolonización. Entiendo que Mignolo opera una
verdadera inversión del modo de atacar el pensamiento
que opera por dicotomías y su poder de efectuar modos
de subalternización. Mignolo plantea el problema de los
constructos binarios de modo tal que escapa a la deconstrucción
al tiempo que encuentra un modo de pensar alternativo a la modernidad.
Afirma Mignolo: "This, in other words, is the key configuration
of border thinking: thinking from dichotomous concepts rather
than ordering the world in dichotomies." (85). Desde el punto de vista lógico,
el "border thinking" consiste en un sistema de enunciación
dicotómico que constituye una lógica alternativa
a la crítica interna de la modernidad. Desde el punto
de vista geopolítico, consiste en un sistema de enunciación
situado en los bordes internos/externos del sistema moderno/colonial.
Mignolo afirma que el propósito de esta máquina descolonizadora
es la instauración de una crítica espistémica
de la poder colonial.
(85)
El problema acerca de la inclusión o exclusión
del marxismo y postestructuralismo se presenta de modo confuso
ya que por un lado el punto de partida del "border thinking"
requiere un distanciamiento de la filosofía europea, mientras
que por otro Mignolo afirma que posible establecer alianzas con
la crítica interna de la modernidad, es decir, con pensadores
tales como Nietzsche, Heidegger, Marx, Freud y Derrida. El requisito
que debe cumplir una alianza tal es la de descentrar la filosofía
europea de modo tal que se ejerza una crítica externa
a la modernidad. La crítica externa y subalterna es una
doble crítica de la modernidad que exige pensar desde
otra lógica, mirar desde otra perspectiva, hablar otro
lenguaje conceptual, incluso pensar desde otro lugar de enunciación,
todo lo cual implica una toma de distancia respecto a las herramientas
conceptuales europeas. "The canonical thinkers of the
Western canon can no longer provide a starting point for the
epistemology that the colonial difference requires"
sostiene Mignolo (313).
De este modo, aquellos pasajes en que Mignolo abre la posibilidad
de establecer una alianza con Marx o con el postestructumo coexisten
con advertencias acerca de lo peligroso que puede resultar integrar
piezas teóricas europeas a la crítica postcolonial.
Por ejemplo, Mignolo señala que pensadores tales como
Fanon o Khatibi no rechazan el análisis de la lógica
del capitalismo llevado a cabo por Marx, pero que el marxismo
ha sido dependiente de la metafísica hegeliana. En esto,
Mignolo sigue a Dusell, para quien el marxismo, cuando localiza
al "otro" fuera del sistema, es ontológicamente
incompatible con el pensamiento postcolonial (176-176).
Desde mi perspectiva, es mucho mas productivo intentar pensar
en de qué modo la misma lógica del capital produce
una exclusión del Otro, articulando este programa con
una exploración de los intersticios que aparecen dentro
del sistema. El pensamiento postcolonial no se halla limitado
a la crítica interna de la modernidad, ya que la crítica
interna de la modernidad se limitó a reaccionar ante la
apropiación del Otro por parte de lo Mismo, mientras que
el pensamiento postcolonial intenta ejercer un descentramiento
radical de lo Mismo mediante un posicionamiento en el lugar del
Otro.
Si bien Mignolo se mueve constantemente en un terreno de ambigüedad,
en el que nunca está claro si incluir a Marx y al postestructuralismo
dentro la agenda postcolonial, a efectos prácticos parece
querer decir que la lógica desplegada por el análisis
del capital o el postestructuralismo
resultan inútiles para entender la diferencia colonial,
ya que existe una diferencia irreductible entre la crítica
externa y la crítica interna de la modernidad. Esta es
una afirmación que no puedo compartir. Entiendo que el
subalternismo intenta descentrar el lugar de enunciación
europeo, y de esta perspectiva interpelar, cuestionar y traduce
el pensamiento europeo, y en cierto modo trascenderlo(1). Pero no comparto
la afirmación de que el marxismo como el postestructuralismo
sean ciegos a la diferencia colonial. Entiendo que es imprescindible
una "double consciousness, double critique, an other
tongue, an other thinking, new mestiza consciousness, Creolization,
transculturation, and culture of transcience" para descolonizar
el pensamiento, es decir, para destruir las categorías
que han sometido a aquellas formas de pensar distintas a la metafísica
y ciencia occidental
a un proceso de subalternización (326). Pero también pienso que el camino
abierto por este tipo de pensamiento no debe hacernos desechar
fácilmente otros caminos de descolonización que
aparenten ser, eclipsados por el fulgor del "border thinking",
menos seductores o menos renovadores.
A lo largo de todo su libro Mignolo insiste en que es absolutamente
necesario establecer una crítica externa a la modernidad
para poder iniciar un verdadero proceso de descolonización.
En su labor descolonizadora, Mignolo se haya inspirado en el
movimiento intelectual iniciado por Said, Bhabha y Spivak y Wallerstein,
pero se rehúsa fervientemente a someterse al pensamiento
postestructuralista francés. Otro de los motivos por los
cuales se torna imperativo el distanciarse del marxismo y el
postestructuralismo, es que éstos poseen serios límites
cuando se trata de comprender el proceso de negociación
entre lo local y lo global, por lo cual se hace imprescindible,
según Mignolo, pensar desde los bordes de la diferencia
colonial localizada en los bordes del mundo moderno colonial,
y así reconsiderar el modo en que se reciben los diseños
globales
por parte de los proyectos locales. Por el contrario, yo entiendo
que estamos lejos de haber alcanzado a agotar el arsenal conceptual
presente en la doble articulación marxismo y postestructuralismo.
El peor error del "border thinking" sería el
de reproducir sus condiciones de exclusión, es decir,
invalidar aquellos modos de pensamientos que no han sido producidos
dentro del espacio de enunciación avalado por el mismo.
Si bien el espíritu del "border thinking" es
inclusivo, en estos momentos arriba señalados, se vuelve
exclusivo. A cualquier tipo de propuesta exlusiva o bien "border
thinking" o bien doble articulación marxismo/poestestructuralismo,
opongo la afirmación conjunta de "border thinking"
y doble articulación marxismo/poestestructuralismo.
Entiendo
que es necesario y beneficioso traducir la lógica del
capital al "border thinking". Con este propósito
pretendo demostrar en qué se beneficiaría el "border
thinking" integrando al marxismo y al poestestructuralismo.
Debemos destacar que Mignolo considera este dentro y fuera, centro
y periferia como metáforas duales fundadas en un lugar
de enunciación y no en una ontología del mundo.
Mignolo se encuentra más preocupado en una práctica
discursiva epistémologica que en imponer una fisicalidad
naturalista geográfica por sobre los sistemas de enunciación.
En cierto sentido es posible afirmar que estos términos
no son substancias absolutas y eternas sino términos problemáticos
y relativos con un valor pragmático que consiste en la
capacidad de descolonizar de los mismos.
Este tipo de crítica rechaza la antigua idea de un punto
arquimediano de enunciación europea. En lugar de profetizar
la muerte del sujeto, o el advenimiento de un sujeto universal
proletario, el pensamiento postcolonial multiplica los sujetos,
mediante una descentralización de la racionalidad europea
y una recolocación de la enunciación que permita
transformar la crítica interna de la modernidad en una
crítica externa. No obstante, la crítica postcolonial
se enfrenta al siguiente dilema. Si pretende distanciarse de
la doble articulación marxismo/poestestructuralismo, entonces
debe encontrar un afuera desde el cual ejercer una crítica
radical y externa a la modernidad. Ahora bien, si tal afuera
no existe, es decir, si tal afuera también depende de
la lógica del capital, entonces, la crítica postcolonial
deberá buscar otro modo de descentrar y multiplicar los
lugares de enunciación.
Una vez aceptada la necesidad de una crítica externa que
funcione desde otra lógica, cabe preguntarse por el carácter
de dicho posicionamiento. ¿Qué aportes puede hacer
el marxismo y su análisis de la lógica del capital
a este problema? ¿Es posible encontrar un afuera puro
e incontaminado de modernidad desde el cual se pueda hacer frente
al poder avasallador del capital?(2)
Notas:
(1)Creo
necesario aclarar que cuando uso el termino "trascender"
no estoy pensando ninguna de los conceptos filosóficos
que históricamente se han leído bajo este rótulo,
tales como lo "trascendental" kantiano o aristotélico-tomista.
Con este término me limito a señalar que el pensamiento
postcolonial intenta traspasar los límites gnoseológicos
y epistémicos impuestos por el pensamiento eurocéntrico.
(2)Con esta pregunta
no estoy desechando la necesidad de una crítica externa
del sistema. Entiendo que esta necesidad es fundamental, pero
que el problema no puede ser planteado en términos de
la afirmación de un afuera absoluto e incontaminado, que
funcionaría como un cielo puro de la diferencia incontaminada
por el poder del capital. Lo que intento es encontrar una instancia
en la que anclar el border thinking sin acudir a esta noción
de afuera.
Bibliografía:
Deleuze, Gilles.
Difference and Repetition. New York: Columbia University Press,
1994.
---, Nietzsche and Philosophy. New York: Columbia University
Press, 1983.
Foucault, Michel. Discipline and Punish: The Birth of the Prision.
New York: Vintage
Books, 1995.
---, The History of Sexuality.An Intoruction. New York: Vintage
Books, 1990.
Hardt, Michael, and Antonio Negri. Empire. Cambridge, Massachussetts:
Harvard
University Press, 2000.
---, Labor of Dionysus: A Critique of the State-Form. Minnesota:
University of
Minnesota Press, 1994.
Marx, Karl. Capital. New York: Vintage Books, 1977.
---, Grundrisse. London: Penguin Books, 1973.
Mignolo, Walter. Local Histories/Global Designs. Princeton, New
Jersey: Princeton
University press. 200.
Nietzsche, Friedrich Wilhelm. The Will to Power. Trans. Kauffmann
and Hollingdale,
Random House, 1968.
|
|