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ISSN 1688-1672

 



PESSOA, FERNANDO - LIBRO DEL DESASOSIEGO -

El Libro del desasosiego
(algunas impresiones)(VIII)*

Carlos Rehermann
"Todo placer es un vicio -porque buscar el placer es lo que todos hacen en la vida, y el único vicio negro es hacer lo que hace toda la gente"


En general, el hombre vive poco, y cuando se queja, es su literatura
[§ 365] Poco, para Bernardo Soares, no habla de tiempo, sino de espesor de la vida. ¿Por qué se llama del desasosiego un libro tan sereno? Cultivo el odio a la acción como una flor de invernadero. Me alabo conmigo mismo de mi clarividencia de la vida [§ 82]. ¿Budista, poeta? Haragán ¡compañero! La vida, para la mayoría de los hombres, es un fastidio pasado sin darse cuenta de él, una cosa triste compuesta con intervalos alegres [...] Dijo Heine que, después de las grandes tragedias, acabamos siempre por sonarnos la nariz [§ 360]. De ahí los múltiples usos del pañuelo. Como sea, lo peor es que no me dejan leer tranquilo. Se meten constantemente entre Pessoa y yo, lo califican, lo catalogan, y, de veras, es dudoso que lo lean. Se hacen simposios con su nombre. Con una falta tal de literatura como la que hay hoy, ¿qué puede hacer un hombre de genio sino convertirse, él solo, en literatura? [Aspectos].

Los simposios, como se sabe, tienen por finalidad la realización de los rituales nupciales de las especies dedicadas a la ingurgitación de artistas talentosos y la regurgitación de sus trozos, bañados por los jugos gástricos de la crítica, en comunicaciones, tesis y postulaciones a cargos de la
UNESCO.

Todo placer es un vicio -porque buscar el placer es lo que todos hacen en la vida, y el único vicio negro es hacer lo que hace toda la gente
[§ 395]. En fin, no sé leer poesía, según me ha explicado un prologuista famoso, ya que yo insisto en percibir este libro de esa forma, y casi el resto de la poesía como prosa con erratas. Hay una erudición del conocimiento, que es propiamente lo que se llama erudición, y hay una erudición del entendimiento, que es lo que se llama cultura. Pero hay también una erudición de la sensibilidad. La erudición de la sensibilidad nada tiene que ver con la experiencia de la vida. La experiencia de la vida nada enseña, lo mismo que la historia nada informa. La verdadera experiencia de la vida consiste en restringir el contacto con la realidad y aumentar el análisis de ese contacto [§ 349].

Antes me sentaba en posición de loto y hacía zazen. Pero es mejor sentarse en cualquier posición y no hacer nada, o, si uno quiere hacer aún menos, leer este libro. La ladera lleva al molino, pero el esfuerzo no lleva a nada
[§ 397]. ¿Tan pocas generaciones han pasado, o Fernando y yo somos de la misma? Pertenezco a una generación -o más bien a una parte de generación- que ha perdido todo el respeto por el pasado y toda certeza o esperanza en el futuro [Apéndice § 26].

No somos bondadosos ni caritativos -no porque seamos lo contrario, sino porque no somos ni una cosa ni la otra. La bondad es la delicadeza de las almas groseras. Tiene para nosotros el interés de un episodio sucedido en otras almas, y con otras formas de pensar. Observamos, y no aprobamos ni dejamos de aprobar. Nuestro oficio es no ser nada
[Apéndice § 33].


* Publicado originalmente en Insomnia, Nº 137

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