espero que me mejore un poco para tomar el poderoso yajé
y mí espiritu yra a verlo por aya/ me sentía un
fantasma separado de todo
Un médico yajecero, cuyo nombre prefiero omitir así
como el de su inolvidable esposa, perteneciente a la comunidad
siona de una vereda del Bajo Putumayo, a unas pocas horas en
lancha de Puerto Asís, donde el río altera constantemente
las márgenes de la frontera colombo-ecuatoriana, vía
Adpostal me hace llegar un sobre a la oficina pues, no obstante
el remite de mis envíos, ignora la dirección del
hogar que ha visitado en más de una ocasión.
No le acompañó
en la buena suerte mi última carta: justamente hasta recibirla
se encontraba en buen estado de salud, precisa el Taita, quien,
como suele decirse, "de viva voz" o "de cuerpo
presente" resulta (pero
¿no se ha venido escribiendo que hay algo de cuerpo en
la escritura ? ¿no es
siempre algo de cuerpo este cuerpo ? ¿no se abstrae acaso
la carne ? ¿tan
extraordinarios serían los statements o understatements
del señor Valdemar, el que desdice : ". Sí,
-no, -estuve dormido, -y ahora, -ahora, estoy muerto" ?)
muy jovial y amante de los juegos de palabras (por
ejemplo, detener su propio discurso después de una frase
cualquiera para preguntar de repente : - "¿Sí
o no ?" - y contestarse a renglón seguido: - "¡Siona
!"- haciendo coincidir así el énfasis de la
pertenencia étnica y el aut aut irresoluble, sigue
siendo no tanto una de sus chanzas reincidentes cuanto una de
las fórmulas de su idiolecto).
Que las dos cartas
inmediatamente anteriores no le hayan llegado todavía
es un percance que me alivia: si hubiese acusado el recibo en
el umbral de otros aprietos, digamos al filo de los estragos
de la crecida del Putumayo, quizás mayores motivos habría
tenido para prometerme la visita de su espíritu.
"... 5 junio de 1990
Señor
Bruno
Lo saludamos con el cariño mas grande a usted y a
toda su familia que al recivo de esta carta se encuentre
sin novedad.
S. Bruno nosotros por aca asta que llego Jaime y me entrego su
carta estuve bien de salud la carta me la entrego en Puerto Asís
hay nos encontramos y a la vajada me paso un acsidente que al
arrimar a dejar un pasa -ero me descuide y me y se ma chucar un
dedo de la isquierda y me saco una uña y estoy malo; y
de lo que me dise de las dos cartas no e recivido nada y yo no
le escrito porque no tengo su direccion a sí es que me
ase el favor de mandar me la direccion para yo escrivirle, y yo
como siempre tomando mí yajé y viendo mas cono si
miento, y le cuento a hora estamos al frente en colombia
la casa en que llegaron ustedes me la llevo el río a sí
es que se yamava la casa, ora estamos con Jaime espero que me
mejore un poco para tomar el poderoso yajé y mí
espiritu yra a verlo por aya, S. Bruno favor si me escribe me
la manda a direccion de bien estar familiar a si sí me
llega las cartas; con esto los saludamos todos que muy pronto
nos veamos. y salude de la señora..."
Casi en el empate con el último renglón de la carta
de uno de los más alegres hombres de plegaria y valientes
visionarios a los que pude acercarme en el Putumayo, transcribo
de mi cuaderno las notas fechadas el 7 y el 8 de mayo de 1988
a partir del relato de Bashevis Singer intitulado "Solo"(6),
cuyo narrador es el huésped de un hotel de Miami Beach,
poco empeñado en no contar con alguna reacción de
saber inesperada, removiendo las letras
a espaldas de la ambición del hallazgo, apenitas en el
im-proyecto de lo todavía inhabitable, entre una lectura
tomada y otra por tomar, una hantise y la siguiente, eso
sí, en la proximidad de otra advertencia de los Grimorios:
que al querer evitar los vigilantes espectrales, siempre al tanto
de los pensamientos de los buscadores de maravillas justamente
por consistir la guarda fantasmal en pensamientos demasiado al
tanto de sí, de hecho el buen deseoso no ha de pretender
lograrlo, mejor dicho ni entretenga ni tenga la intención
de rehuirlos, ni la intención ni la intención de
no-intención de esquivarlos, ellos y sus miasmas, que son
lo mismo, densa mismidad del propósito considerado, pues
"es preciso escarbar la tierra, no para encontrar un tesoro
sino para que el lugar sea nuevamente apto para ser habitado"(7).
"'El enlucido de las
paredes se estaba descascarando' - 'Vi un mar amarillo en el
que las olas, bajas y perezosas, apenas se movían' - 'Sentí
que no había separación alguna entre lo orgánico
y lo inorgánico' - 'Me sentía un fantasma separado
de todo' - 'Todo parecía haberse inmovilizado' - 'Subí
a un bus y me dejé llevar sin rumbo' - 'Yo iba mirando
por la ventana abierta del autobús. Todo cuanto veía
era nuevo, pero me parecía viejo y aburrido'.
De regreso al hotel vacío mientras se desata una tempestad,
sueña los funerales colectivos de una tribu aniquilada
-
'De repente los ataúdes empezaron a transformarse velozmente
y a tomar formas de filacterias negras y brillantes, con nudos
y correas. Luego fueron dividiéndose en varios compartimientos
: ataúdes para mellizos, trillizos, cuadrillizos, quintillizos...'.
La recepcionista, una jorobada que le temería a los rayos,
se refugia en su cuarto, después en su lecho.
'Me escupió, se bajó de la cama y salió
dando un portazo. Me limpié inmediatamente, pero su saliva
me quemaba como si estuviera caliente. Sentí que la frente
se me empezaba a hinchar en la oscuridad y que la piel me escocía
con una sensación de tirantez, como si unas cuantas sanguijuelas
me chuparan la sangre'"
Indispensable superfluidad del que se percibe como persistente
velamen de imágenes
(en portugués "pantalla"
es tela), tensa
superficie y a la vez proyección intencional, aire
membranoso, soporte soportado dicho "fantasma".
La teleréplica espectral no va sin quedarse. Inexperiencia
del trip en cuanto consabido y requerido, "viaje inmóvil"
maldito y bendito, detto e ridetto, dicho y redicho. Plegable
turístico de consistencia lítica y fumosa al tiempo,
pixelada garantía fósil. A ditto is a ditto
device.
El apantallado no va para poder ir y recíprocamente :
la congelación alucinatoria impulsa, la parada del suplemento
de interioridad en que consiste el aturdirse de la estupefacción
es puesta en marcha, marcha en puesta, marcha postiza.
El cuerpo, uña
requetegolpeada, vive cayéndose. Fracción por fracción,
la margen del adentro se desmorona. Trip-tease.
Va y viene la carne, bicoca indigna del nombre de casa. La cara
se hincha, se dilata como ventanilla de bus o rostro acribillado
por esquirlas de mina antipersonal. Vas a verte, te escribes
en la frente, escupes tinta al espejo de hojaldre, te chupas,
te separas de ti por exceso de proximidad y gracia de escudo
explosivo.
Que la separación ética del santo dispuesto a morir
con tal de no matar no sea del todo ajena a la fobia de contacto
del que se aterra del menor desperfecto hospitalario, es lo que
ignora el aprendiz de yajecero que en la noche del 22 de julio
de 1995, aquí en Pasto,
no lejos del lugar en que escribo, creyéndose poderoso,
pontifica : - "En esta casa no entra un mosco si no lo
quiero yo".
Giges de ti mismo, te ves espíritu, es decir no te ves
viéndote a conveniente distancia, lastimado telemismo,
autosecuestrado, malo, vacante, supervacáneo, pertenencia
arrastrada a vuelta de orilla, corchete de identidad
abolido en el trance de alguien que pasa por encima del costado
de una embarcación, en un abrir de carta y un cerrar de
ojos.
Ojos por encima de todo, pues el conocimiento está por
ver. Se trata de ver más y de ir a ver si miente o cimienta
el cono, el embudo de tu conocer. Extensión de visibilidad
sin horizonte ni presa: hundirse en ella con los dedos más
o menos unidos, por suponer de haber recobrado el poder del envío
de uno mismo.
Hay que guardarse de bucear así, en la relativa unidad
digital, en medio de altibajos de intensidades episte-lumínico-existenciales,
en el puro medio, entre bajo y alto, sin bajo ni alto, en uno
de los tantos valles del mar de la proliferación de lo
igual, playa y sala de velación sin cortapicos que valga.
La surge suppressor, literalmente "eliminadora de
oleaje", achata a condición de no valer, canosa sirena
de ancla a cuestas.
La estadística musical registra número y constitución
de los dispositivos profilácticos pertinentes, alarmas
electrónicas antiautoparásitas, telecircuitos extrainternos.
no tengo
fantasmas
"Piensa ahora
La historia tiene
muchos y mañosos pasadizos, urdidos corredores
Y salidas, engaña con susurrantes ambiciones,
Nos guía con vanidades"(8)
dice Eliot, muy al tanto de
las pedagogías burocráticas de la sección
de comercio exterior del Lloyd Bank Ltd., por no hablar del magisterio
militarista, donde no anda "la palabra entre una palabra,
incapaz de decir una palabra, /fajada en tinieblas"(9)
, detenida palabra, "swaddled", bandée,
arrecha, amarrada al mástil del sentido en pañales
que no sabemos y no queremos saber, no por pretender identificársele
si no por no poder infinitamente(10) .
Igual que la pareja de habladores trabados "al lado de
muchachas del mar enguirnaldadas de algas rojas y brunas/ hasta
que voces humanas nos despiertan, y nos ahogamos"(11) , la pertinacia senil del reportaje que
es el relatum, lo "vuelto a llevar", demasiado
pret à porter por haber ya sido portado y reportado,
asiste al relato.
Lazarillos o guiones de sí mismos, lo histórico
y lo pasado se definen como temas de los que se puede hablar
-precisamente porque ya no hablan- no acaba de decir Lévinas.
Que lo conocido se desconozca, es lo que niega el fan-club del
verbo pleno o inasistido en siesta
evidencial de oficinas historicistas. Sus hipnóticos refranes
niegan la perspicacia del recomenzar a hablar en el rejuvenecido
fin del habla que acompaña la exapropiación de la
palabra, pretenden arrestar su poco heroico ser intenible, su
rendición neblinosa, su no ser fantasmal.
Por eso el viejo alberga a su buena legión en el preciso
momento en que asegura estar limpio: - "No tengo fantasmas",
garantiza el fantasma de Gerontion. La fantasmofobia es fantasmagórica.
santo
insectiforme
Iglesia de San Miguel,
Mocoa, 16.06.94
Hay que admitirlo, el Gestell ("dispositivo"
técnico con-sideratum, descendido de las alturas
siderales bajo las especies de una esponja aurática), mejor dicho la Gestellung o "presentación"
de la cámara
fotográfica en manos de Fernando Urbina, es impresionante:
se imprime a sí mismo el artilugio metálico y se
distribuye por millones de copias sin mover un párpado.
El párroco está fascinado. No es el mismo de hace
siete años, éste es más joven y dinámico.
Fernando y Clara Luz Zúñiga, quienes conforman conmigo
el Jurado de Selección del Escudo del Departamento del
Putumayo, quisieron acompañarme al enterarse de la idea
de pedir la autorización necesaria para colocar al pie
del mural de Franco Chaves un exvoto, una placa prometida por
la madre de cierto estudiante amigo mío, milagrosamente
alejado del vicio gracias a la intercesión del Angel. Vamos
a contemplar la obra.
El sacerdote nunca antes se había fijado en el cigarrillo.
Nos invita a la casa cural, nos presenta a su mamá, saca
jugo de fruta de la nevera, ofrece café con leche y almojábanas.
No un exvoto sino todos los que la devoción inspire a los
creyentes.
Proyecta la distribución de la imagen formato-cartera con
una oración al respaldo. Pide a Fernando que le envíe
el negativo. Grabo sus palabras gracias al aparato que mantengo
en un bolsillo de la chaqueta, aunque en últimas no me
preocuparé por guardar la cinta. Al regreso no tomaré
ningún apunte. Lo que recordaré es el dije que me
obliga a detener la mirada:
no es un ataúd a la medida de un santo insectiforme lo
que cuelga sobre el pecho del sacerdote, sino un lingote de oro
en miniatura.
Pasto
- 29.03.00
Lectura parcial
acompañada por una video-instalación de José
Alejandro Restrepo durante el simposio Drogas y fantasmas de
la ciudad y de la selva (coord.es Sergio Ramírez L. y
B. M.) al interior del IXº Congreso de Antropología
en Colombia (Popayán, 19-22. 07. 00).
Notas:
(6) Isaac Bashevis Singer, Una
boda en Brownsville, trad. Juan del Solar y Patricia Cruzalegui,
Bruguera, Barcelona, 1981 (Short Friday, 1961), pp. 55-67.
(7) Grimoires de Paracelse, op.
cit., p. 101.
(8) "Think now / History
has many cunning passages, contrived corridors / And issues,
deceives with whispering ambitions, / Guides us by vanities."
- T. S. Eliot, "Gerontion", op. cit., pp. 29-31, p.
30.
(9) "The word within a word,
unable to speak a word, / Swaddled with darkness." - Ib.,
p. 29.
(10) A la par que James Newball, el diminuto Jamesy del fox-trot
caribeño, quien, por más flamante que fuera la
de su apellido, no habría (sido) alcanzado (por) redondez
alguna, mucho menos (por) la de un proyectil del presunto submarino
enemigo que en 1943 habría hundido la goleta Resolute
en aguas del archipiélago de San Andrés y Providencia,
si se me concede mencionar a mi vecino Willi B. Archbold de la
Isla de Providencia, violinista y cantante:
"Jamesy
era tan pequeño, se escondió detrás del
mástil
Jamesy era tan pequeño, ninguna bala le alcanzó
Alban voló a Colón en un hridroavión americano
Puedes oír esa máquina rodar en el aire Alban voló
a Colón en un hidroavión americano |
Jamesy
was so small, he hide behind the mast
Jamesy was so small, he never get a ball
You can hear that engine rollin'in the air
Alban fly' to Colon in American hydroplane
Alban fly' to Colon in American hydroplane." |
(Coral Group. Seg. 12 -
DM-MA- TCOLOO2-CD96- Grabación y edición musical
de Egberto Bermúdez, montaje de Jean Chopin Thermes -
Cfr. plegable adjunto pp. 13. 25-26 - Agradezco a Vanessa Villegas
y Víctor Albarracín el haberme señalado
y comentado esta grabación)
(11)"By sea-girls wreathed
with seaweed red and brown / Till human voices wake us, and we
drown." - T. S. E., "The Love Song of J. Alfred Prufrock",
op. cit., pp. 3-7, p. 7.
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