Numerosas son las figuras del rock que han sabido conjuntar
verdaderamente ése género con la poesía, hacer que las palabras que
integran una canción, expresen algo valioso desde lo
lírico, sin dejar de lado la actitud, y que la
letra no sea una
pobre acompañante de lo musical, en síntesis: sentarse a
escribir
una canción como un poeta que se sienta a
escribir un poema. Patti
Smith es, sin dudas, una personalidad icónica del
rock, pero también
de las letras, siendo una influyente escritora, poeta sobre
todo, que nunca descuidó ni la
música ni las palabras. Un detalle no
menor para valorar la mente creativa de Patti Smith, es un
libro
de William Blake que recibió como obsequio a los ocho años por parte
de su madre; más tarde se convertiría en una ferviente admiradora de los Simbolistas
así como de los Beatniks. Porque antes de la figura que impuso en el
mainstream rockero, en el que nunca dejó de sentirse incómoda, Patti fue una consumada artista visual y poeta, editando varios
libros antes de su debut como cantante. Su primer
libro de poemas
fue Seventh Heaven, en 1972, quedando claro que Smith no sería una
voz menor en las letras de Estados Unidos. Sus libros, algunos inconseguibles ya
(como Early Morning Dream, 1972),
son piezas de un
valor artístico sin igual, en las que la autora, según sus
propias palabras afirmaba “No considero a la
escritura como un acto
estático y cerrado, lo considero un verdadero acto físico; cuando
estoy en mi hogar, ante la máquina de escribir, me vuelvo loca, lo
siento como algo explícitamente sexual, para mí es como tener un
orgasmo...”.
Su siguiente colección de poemas, Witt, 1973, la
establecería ya como una de las poetas más importantes de su país.
La poesía de Smith varía en su tono y formalidad según cada
obra, con un notable sarcasmo y una crítica inteligente a lo
“políticamente correcto”, y a la maquinaria consumista occidental;
provista de una cierta visión existencialista, de algún modo, su
poesía se emparenta con la de Jim Morrison.
El amor, el
deseo, el abandono, la
muerte, son temas
humanos trascendentes que Smith desgrana de manera
visceral, pero sin apartarse de la
belleza,
mediante elaboradas
metáforas que jamás dejan de tener un pie a tierra, y desde una
posición de intelectual alejada del academicismo
recalcitrante de tantos literatos sin “boliche”. A la par de su
carrera como escritora, lanza su debut discográfico: Horses
de 1975, con frecuentes actuaciones junto a su banda, The Patti Smith Group,
en el famoso club neoyorkino CBGB´s,
(The Ramones, Misfits, Talking
Heads y Blondie entre muchos otros, empezaron ahí). Luego vendrían
Radio Ethiopia, 1976, y el exitoso Easter, de 1978, que
incluye la
canción por la que sería conocida a nivel mundial “Because the
Night”
(co-escrita con Bruce Springsteen.
Seguirían cuatro décadas de
lanzamientos alternados de libros y discos, siendo además pionera
de la escena punk de la “gran manzana”, debido justamente a su calidad como escritora; actitud punk
que también se refleja en parte de su poesía. Para definitivamente consagrar su trayectoria literaria en noviembre de
2010 recibió uno de los premios más importantes de las letras
estadounidenses: el National Book Award, en non-fiction work
(obra de no ficción), por
sus memorias, Just Kids, en las que describe sus vivencias en la Nueva York
de los años 1960. Su influencia en la
cultura pop-occidental es
inmensa, numerosas estrellas del rock,
y también de la cultura
artística en general, reconocen y admiran abiertamente el legado de
Smith como una fuente permanente de consulta. Patti Smith, nació en
Chicago el 30 de diciembre de 1946, con el nombre Patricia Lee
Smith, y tanto su poesía como su música aún tienen mucho por decir.
* Publicado
originalmente en el Portal Óbolo Cultural (Cooltivarte), de
Montevideo, en agosto de 2011.
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