Dificultad
en el creador; facilidad en el literato
La poesía es un arte hermético porque es divina.
El arte de entrar y salir por el ojo de la lluvia.
José
Bergamín
Situado en estos ejemplos vastos de Rafael y Mantegna los conceptos
de "literatura" y arte, de lo falso y
lo puro, llegamos a afirmar que el arte es expresión
cósmica y que la "literatura" es palabra sin
planos, -descripción, narración-, cuyo encanto,
-no perfección-, es cuando más el estilo por el estilo,
tan encanto liviano que podemos desvanecerlo de inmediato si sustituímos
la palabra suntuosa por cualquier otra palabra, sin correr ningún
riesgo y sin esperar que le infundamos un alma errante y fresca
a ese cuerpo dormido bajo el peso sin sueños. Y en el estilo
por el estilo, al sustituir la palabra suntuosa por cualquier
otra palabra, nunca podrá quedar una forma cálida sino una fosa vieja,
porque el espíritu no puede desprenderse de sus formas y porque el espíritu
no hace agujeros!
Por eso ha dicho Eugenio D'Ors que en Mantegna se recuerda la
prosa de Tucídides, porque aún cuando a la prosa
de Tucídides la moliéramos como granos olorosos,
siempre nos quedaría la evocación, pues, de otra
manera, no se podría explicar cómo Eugenio D'Ors
asegura que Mantegna, que pinta, recuerda a Tucídides que
labra prosa, anticipándonos ya que dos formas puras de
arte contienen una misma
verdad.
Para ser fácilmente claros, el procedimiento es, también,
fácil. Basta con tomar el signo convencional y
mantenerlo y la única posibilidad de no ser bastante fácilmente
claros se manifestaría cuando lo desfigurásemos
torturando sus límites como hace el que
no sabe lo que dice o el que cree que la palabra es lo eucarístico
y la deja pasar...
Entonces, los que son fácilmente claros no lo son por ellos
mismos como los que se van aclarando en la oscuridad verdadera;
lo son porque el signo convencional es ya fácilmente claro
y ellos lo toman sin proposición, sin preocuparse, lo toman
como término, no como principio, sin más alcance
que la superficie, sin más conquista que la copia, en el abatimiento,
nunca en la edificación.
Sólo teniendo una mente demasiado torpe, hundida en la
opacidad vegetativa, podría oscurecerse la claridad fácil
en su repetición de un mundo silencioso.
Y si la claridad difícil no puede brotar del signo convencional
tan fácilmente claro que nadie deja de entenderlo, debe
brotar entonces de la misma potencia creadora de la expresión
del arte; luego, se trata
de una claridad difícil o de una claridad sin fin que continúa
en una oscuridad palpitante que está en el mismo plano
de la claridad pura ya lograda, porque la expresión del
arte se devuelve en
luz y en intención de luz, en valor total o en aspiración
de plenitud y la intención de luz no puede ser sombra torpe
y la aspiración de plenitud no puede ser mentira sorda!
La oscuridad palpitante de la claridad difícil es el aire
de la libertad espiritual donde gira la creación pura y
es más inmensa que el horizonte del mar y la claridad fácil
que tiene un agotamiento peor que la muerte, es un cauce bajo
donde no se puede arrojar la sonda para levantarla mojada de sombras que viven...
El sentido lírico
Si la
expresión del arte no es reproducción
de palabras sino la forma recóndita de lo indecible, si
lo indecible ha de ser, elementalmente, el estado de espíritu,
será preciso que transformemos la palabra, porque está
probado que el signo convencional tomado en la sujección
literaria, no saldrá nunca de su limitación y de
su falsedad; será preciso que le hagamos recobrar una significación
pura que había perdido bajo la helada campana de vidrio
que rodea el ambiente yerto de los objetos, ya que el signo convencional
no puede darnos más que lo ya dicho y con LO
YA DICHO NO SE PODRA JAMÁS EXPRESAR LO INDECIBLE.
(*) Extraído
de LA EXPRESIÓN HEROICA - Vicente Basso Maglio - Biblioteca
Alfar - Montevideo, 1928.
* Tomado
de Insomnia
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