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ISSN 1688-1672

 



CÓMIC - CÓMIC ARGENTINO - CÓMICS DE AVENTURAS - OESTERHELD, HÉCTOR GERMÁN - HISTORIETA RIOPLATENSE - HISTORIETA ARGENTINA - BULL ROCKET - SARGENTO KIRK -


Aventura con mayúscula: grandes Autores: H. G. Oesterheld*

Rodolfo Santullo

Fuera de la ficción, también vivió la aventura más grande de todas: el ser un hombre y vivir fiel a sus convicciones. Héctor Germán Oesterheld fue secuestrado y desaparecido durante la dictadura militar, en 1977. Fue militante revolucionario, guionista, escritor; fue, en pocas palabras, un gran hombre


La combinación es tan extraña como llamativa: un geólogo, experto en ciencias naturales, que al mismo tiempo era escritor de cuentos infantiles. Hadas, princesas y gnomos se daban cita con notas de divulgación científica de la mano de Héctor Germán Oesterheld, quien fue además y sobre todas las cosas, uno de los mejores representantes del cómic de Argentina y del mundo.

A los treinta años de edad, Oesterheld recibía una solicitud: escribir historietas. Sin jamás haber leído una en su vida, encara el pedido de manera magistral. Realizando trabajos de género por encargo -de cow-boys, de ciencia ficción, etc.- reinventa los tipos de historieta cada vez que realiza una.
El
género aventura siempre ha sido menospreciado, tanto en literatura como en filmes, y los cómics de aventuras no son una excepción. Pero Oesterheld elige ignorar esto y crea una selección de la mejor historieta rioplatense jamás realizada. Marcando nuevas fórmulas de realización -héroe individual, grupo de héroes, héroe colectivo- sus obras son siempre éxito, y el realizador se convierte en un clásico.

I Editorial Abril (1952-1957)

Se ve que Césare Civita sabía lo que hacía cuando desde su puesto de editor responsable de Abril decide encargarle a Oesterheld las historietas de la editorial. Sin lugar a dudas este hombre tenía un ojo de oro, ya que así vio la luz el gran guionista.

Los primeros trabajos son para la revista Cinemisterio, un semanario que combinaba fotonovelas de aventuras con historietas y folletines. En total fueron tres obras: junto a Eugenio Zoppi crea a los agentes ingleses Alan y Crazy; junto a Paul Campani una de espías titulada Lord Commando, y junto al gran dibujante Hugo Pratt Ray Kitt, que versaba sobre las hazañas de un agente de la Sureté.

Estos trabajos, que no rompían ninguna de las normas ya establecidas en las historietas de aventuras, le sirven a Oesterheld para ganar oficio. Y así, a fines de 1952 crea su primer personaje importante, Bull Rocket, también junto a Campani, para la revista
Misterix. El editor Civita había pedido un cómic acerca de un piloto de pruebas. Pero al autor le pareció que eso daba pocas posibilidades y entonces Bull se volvió un científico, un investigador y, claro está, un piloto de pruebas. Científicos locos, espionaje industrial y sabotajes eran enfrentados por Bull Rocket y su equipo: Bob Gordon, un periodista que era una suerte de Doctor Watson pero joven e inteligente, y el mágico mecánico Pig. Así es como nace un grupo de protagonistas que vienen a suplantar al tradicional héroe en solitario.

Bajo el mismo concepto y también junto a Hugo Pratt, llegaría otro de los personajes clásicos de Oesterheld: el Sargento Kirk, un hombre que, cansado de la sangre y de la guerra, se recluye en el peligroso lejano oeste. Paulatinamente se le irán reuniendo otros individuos segregados por la sociedad: un ex bandido apodado el Corto Lea, Maha, uno de los pocos sobrevivientes de la tribu Tchatoga, y el Doctor Forbes, quien será el narrador. Lo que distingue a este grupo es su calidad de marginal; fuera del concepto malos contra buenos, indios contra vaqueros, Kirk y los suyos constituyen una mirada distante, un código diferente.

Finalmente, el guionista crea para Abril El indio Suárez, la historia del ascenso y la caída de un boxeador -dibujada por Carlos Freixas. Esta es una de sus pocas creaciones en las que se utiliza el narrador en primera persona.
El éxito que tiene Oesterheld con todos estos personajes lo lleva a decidir conformar una
editorial propia, y la ruptura se produce de una manera amistosa. En palabras del autor: "Nos encontramos con Civita en la calle. Vamos a tomar un café y le cuento que quiero sacar mi revista. Negociamos los personajes. Abril se quedó con "Bull Rocket" y yo con "Sargento Kirk". Nos repartimos las figuritas". (Extraído del "Libro de Fierro, especial Oesterheld" ediciones de la Urraca 1985).


II Frontera (1957-1962)

Es notable la capacidad de Oesterheld para crear personajes y desarrollar historias. A partir de 1957, él se encarga de los guiones de sus dos revistas mensuales Frontera y Hora Cero, a las que se suman Hora Cero Semanal, Hora Cero Extra y El Eternauta, entre otras. Los personajes se suceden uno tras de otro, sin descanso. Durante los primeros tres años, se conforma lo que sería en aquel entonces lo mejor de la historieta argentina.

Un ejemplo de esto es Sherlock Time, una historieta de ciencia ficción dibujada por el uruguayo Alberto Breccia, en la que el narrador, el jubilado Luna, se une inevitablemente a ese ente superior y en ocasiones deshumanizado que es Sherlock Time para detener invasiones alienígenas, crisis temporales o conspiraciones ancestrales.

Otro es Ernie Pike, un cómic
anti belicista en el cual un hastiado soldado se convierte en cronista de guerra sólo para contar historias que inevitablemente encuentran un final terrible. La guerra, despiadada e inútil, es criticada con dureza bajo la mirada impotente de Ernie Pike y de Oesterheld, quien, nuevamente junto a Pratt, hace una de las mejores series de guerra jamás logradas.

Y en esta etapa nace El Eternauta, la obra maestra de Oesterheld. Una invasión alienígena ha diezmado a la población, y para Juan Salvo y los suyos, las únicas opciones serán primero la supervivencia y luego la guerra. En esta
obra Oesterheld -junto al dibujante Solano López- lleva adelante lo que sería su mejor concepto de grupo. Salvo, Favalli, Lucas y los demás personajes que enfrentan la amenaza extraterrestre encarnan una de las ideas claves del guionista: la del individuo común y corriente que se ve arrastrado irremediablemente por los acontecimientos y no halla otra solución que la aventura.

En esta historia se entremezclan la ficción y la realidad: la invasión es imparable y es imposible esperar ayuda del exterior; Argentina y toda Sudamérica están solas y dependen de sí mismas, en lo que metafóricamente supondría la dictadura que en aquel entonces sufría el vecino país.

En el mismo período surgirían personajes como Ticonderoga, Rolo, el marciano adoptivo, Randall, the killer, Cayena y Doctor Morgue, entre otros. Lamentablemente, el éxodo masivo de los dibujantes y los problemas económicos, llevaron a la decadencia y fin de esta fase.


III Editorial Yago (1962-1964)

Cuando Frontera y Hora Cero daban sus últimos estertores, Oesterheld se vincula nuevamente a la revista Misterix, que acababa de hacerse con los títulos y personajes de la editorial Yago, y es aquí donde el autor se vincula nuevamente con algunos de los grandes dibujantes con quienes ya trabajara en el pasado -Pratt, Zoppi, Breccia- En este nuevo impulso para la editorial y para la historieta argentina en general, la revista pasa a llamarse Supermisterix, y Oesterheld concibe, junto a Breccia, la que sería su última gran obra: Mort Cinder.

El planteo es similar al realizado por los mismos autores en la historieta Sherlock Time: al igual que el jubilado Luna de aquella, es aquí el anticuario Ezra Winston quien se ve arrastrado sin remedio a la aventura, por su lazo con Mort Cinder, un inmortal que es el registro viviente del género humano, con sus errores y aciertos. También aquí ficción e historia se entremezclan, y se pudo ver al inmortal personaje envuelto en la construcción de la
torre de Babel, o en la batalla de las Termópilas, tanto física como temporalmente transportado por deseo del guionista.

Pero una diferencia importante entre Sherlock Time y Mort Cinder es su protagonista. Si bien tanto Sherlock como Mort comparten un conocimiento mayor al de los simples mortales, Sherlock es casi un ser superior y está desligado de las ataduras emotivas de lo que significa ser hombre; por el contrario, en la mirada cansada de Mort se adivina al ser inmortal pero al mismo tiempo terrenal: una eternidad de tiempo sobre sus espaldas lo han llevado a observar a la humanidad, viviendo infinidad de vidas, muriendo otras tantas veces, siendo el más mortal de todos. Sherlock combate a las amenazas que asolan al mundo, fantásticas y bizarras; Mort simplemente registra lo que es ser un ser humano, y es inevitablemente más grandioso el resultado.


Héctor Germán Oesterheld, el hombre

De ser científico y escritor para niños pasó a ser el mayor guionista que viera el Río de la Plata. De hombre a mito, de autor a leyenda, H. G. Oesterheld dio a conocer un arte. Al igual que sus personajes, arrastrados hacia la aventura, permitió a los lectores ver mundos diferentes y les abrió puertas en la imaginación. Fuera de la ficción, también vivió la aventura más grande de todas: el ser un hombre y vivir fiel a sus convicciones. Héctor Germán Oesterheld fue secuestrado y desaparecido durante la dictadura militar, en 1977. Fue militante revolucionario, guionista, escritor; fue, en pocas palabras, un gran hombre.

* Publicado originalmente en Posdata

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