Es necesario presentar a la poesía todo el campo espiritual
que demanda, sobre todo, en su relación con las otras artes.
El verdadero poeta no debe subordinar su inspiración a
preocupaciones de escultor, de pintor o de músico.
Destilar claridad y estilizar sueños. Sin violar el buen
gusto y olvidar el lirismo, son condiciones imprescindibles para
la existencia de la Poesía.
***
Cuando
el verso se aleja de normas establecidas, o vuelve a modalidades
abandonadas necesita una justificación.
Únicamente el esplendor del verso puede justificar su
libertad. El arribismo y el mercantilismo pueden aparecer más
fácilmente fuera de los escrúpulos académicos,
pero están exentos de esplendor y de diafanidad.
***
La individualidad
no implica belleza absolutamente;
pero no puede haber una belleza nueva donde no hay originalidad.
***
Concrétense
a no ser más que artistas (sea dicho en la pequeña acepción
de la palabra)
y a respetar la rigidez de la "belleza establecida"
quienes no pueden ser poetas. En la Poesía que es un arte, hay algo más
que un arte.
***
Se
llama éxito contar con la admiración de una "elite"
intelectual que crece progresivamente sin perjuicio de su selección.
Luego, si no existe el gran público no se deben hacer
concesiones que contrarían el instinto del poeta.
***
Se
ha dicho injustamente que la oscuridad es el lenguaje de la pasión.
La oscuridad no es más que la condición original
de la pasión. La pasión y los instintos son las
raíces que trabajan bajo la tierra, en el reino oscuro
que da la savia nunca sabremos por qué misteriosa causa.
Cuando se hacen poesía, tienen que ser, como en los árboles,
hoja o flor.
***
Las preocupaciones
etimológicas y gramaticales perjudican el vigor
lírico.
Las palabras que más convienen son las que por su sonoridad
representan con más exactitud las cosas o los conceptos.
El poeta no debe olvidar que las palabras no son más que
símbolos. Y sobre todo, que no lo son por un caprichoso
humor del hombre sino irremediablemente.
***
Cuanto
más pronto se agotan las primeras vehemencias más
nos aproximamos a la pureza y a la perfección y si no
se extravía la intención del poeta, la dificultad
en la comprensión no debe ir más allá del
misterio de todas las cosas que viven.
***
Lejos de
la demonografía tóxica, de la ninfomanía,
de la epilepsia, del vesanismo, del vampirismo y de todas las comuniones diabólicas
de los últimos tiempos, la primera manifestación
precisa para la belleza lírica es estar sereno.
***
La poesía debe estar en la
claridad como Dios en la luz. Viven mejor lo superficial y lo
vulgar en la oscuridad. No hay nada más intensamente hondo
que lo diáfano.
(*) En
'Los Nuevos' Revista de Artes y Letras - Año I, Núm.
I - Montevideo, 1920.
*Tomado de
Insomnia
|