Un fragmento tal vez muestre de que estaba hablando Capote que
ofendía tanto a sus antiguos amigos del espectáculo,
las artes y la política:
"-... y el viejo degenerado se coló en mi habitación.
Eran alrededor de las seis de la mañana, la hora ideal
si quieres coger a alguien totalmente fuera de combate, totalmente
por sorpresa, y cuando me desperté ya estaba liado en las
sábanas con una mano en mi boca y la otra por todas partes.
El muy descarado, hay que tener cojones, en su mismísima
casa y con toda la familia durmiendo a nuestro alrededor. Pero
todos esos Kennedy son iguales. Son como perros, tienen que mear
en todas las bocas de incendio. Después, ¿te imaginas?,
hizo como si no hubiera pasado nada, nunca me hizo un guiño
o un saludo, no era más que el buen papi de mi amiguita
del colegio"
O: "La semana pasada en Londres, fui a una fiesta en el
Drue Heinz, y tuve que soportar a la princesa Margarita. Su madre
es un encanto, ¡pero el resto de la familia! Aunque el príncipe
Carlos, aun se salva un poco. Básicamente la realeza piensa
que sólo hay tres categorías: la gente de color,
la gente blanca y la realeza. En fin, estaba a punto de quedarme
dormida, la princesa es de una monotonía tal... cuando
de pronto nos anunció, sin venir a cuento, que había
decidido que en realidad no le gustaban los homosexuales. Yo me limité
a bajar los párpados y dije: madame, me temo que va a pasar
usted una vejez muy solitaria. ¡Que cara puso! Yo pensé
que iba a convertirme en una calabaza."
En ese período, de 1977 a 1984, el propio Capote confiesa
cuál era su problema: "La interrupción ocurrió porque yo me encontraba
ante un montón de problemas: sufría una crisis creativa,
y, a la vez, personal. Como la última no tenía relación,
o muy poca, con la primera, sólo es necesario aludir al
caos creativo. [...] Aún
cuando era bueno, vi que jamás trabajaba con más
de la mitad, a veces sólo con un tercio, de las facultades
que tenía a mi disposición. ¿Por qué?
El problema era: ¿como puede un escritor combinar con éxito
en una sola estructura todo lo que sabe acerca de las demás
formas literarias? [...]
Ahora, me sitúe
a mí mismo en el centro de la escena, y de un modo estricto
y sobrio, reconstruí conversaciones triviales con personas
corrientes. Tras escribir centenares de páginas sobre esas
cosas tan simples terminé por desarrollar un estilo. Había encontrado una estructura
dentro de la cual podría integrar todo lo que sabía
acerca de escribir. El resultado es el presente volumen:
Música para camaleones"
Mi oscura demencia
Entretanto,
aquí estoy en mi oscura demencia, absolutamente solo con
mi baraja de naipes y, desde luego, con el látigo que
Dios me dió.
Prólogo
a Música para Camaleones
Música para camaleones fue el último libro de Capote e incluye
una muestra miscelánea de todas sus facetas como escritor:
cuentos ("Mojave",
"El señor Jones", "Una luz en la ventana"), una novela real
breve (Ataúdes
tallados a mano)
y reportajes (Una
adorable criatura, Y luego sucedió todo). Sin embargo, tanto para sus amigos
como para sus críticos esa obra no tenía
el nivel de su obra de los 40 y 50, tal vez por la
inmersión de Capote en el alcohol y la droga, aun más
en ese último período, en el cual, a confesión
de su editor, pensaba que su
talento literario estaba decayendo y no conseguía terminar
Plegarias Atendidas luego de su abandono en 1976. Esto
sumado al trauma de la investi- gación de A sangre fría
y el abandono de la mayor parte de sus amigos luego de la publicación
de Kate McCloud en 1976 deben haber causado una fuerte
impresión en Capote, quien confesaba odiar los abandonos.
Su editor, en el prólogo de Plegarias Atendidas
contaba como era su relación de trabajo con Capote luego
de su crisis: "Después de 1976, la relación
entre Truman y yo se fue deteriorando lentamente.[...] Durante los últimos
años parece que trataba de engañarnos acerca de
su trabajo, no sólo a mí y a sus mas íntimos
amigos, sino a todo el público en general. Dos veces al
menos anunció a sus entrevistadores que acababa de finalizar
su libro, que lo había entregado a Random House y que aparecería
publicado al cabo de 6 meses. Después nuestro departamento
de publicidad y yo mismo nos veíamos abrumados por infinidad
de llamadas a las que sólo podríamos responder
diciendo que no habíamos visto el manuscrito. [...] Un último
factor en la erosión de nuestra relación fue la
dependencia creciente de Capote del alcohol y los fármacos
desde 1977. [...]
Repetidas veces, almorzando, durante los últimos seis
años de su vida, a menudo de un modo incoherente a causa
de los fármacos y el alcohol, o ambas cosas a la vez,
hablaba conmigo de los cuatros capítulos restantes con
todo detalle, hasta el punto de llegar a citar fragmentos de
diálogos que eran siempre idénticos, incluso cuando
los recitaba con un intervalo de meses o años. El ciclo
era siempre el mismo: cuando le pedía que me enseñara
el capítulo en cuestión, me prometía enviármelo
al día siguiente. Al final de ese día le llamaba,
y Capote decía que se lo estaban mecanografiando y que
me lo enviaría el lunes. El lunes por la tarde su teléfono
no respondía y él desaparecía durante una
semana o más."
En 1984 murió en los Angeles, California. Hoy, queda su
obra y su leyenda,
para ver quién de todos sus personajes es totalmente Truman
Capote, el escritor de los mútliples disfraces, quien,
como una vez dijo sólo se dedico a vivir.
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