Se
llora más por las plegarias atendidas que por las no atendidas.
Y,
sin embargo, Plegarias
Atendidas, no está pensada como un roma a clef ordinario,
una narración dónde la realidad se disfraza de
novela. Mi propósito es el contrario: eliminar disfraces,
no fabricarlos.
Truman Capote
La
novela, titulada A Sangre Fría, fue un éxito
y llevo a Capote al centro de atención de todos los medios
de prensa del país, apareciendo en las portadas de las
revistas más importantes mientras recibía invitaciones
a ilustres casas de campo y paseos en yate junto a celebridades.
Sin embargo para él el libro habia sido una experiencia
traumatizante que marcaría su vida desde ese entonces.
A pesar de que la novela estaba escrita en un tono frío,
periodístico, donde el narrador nunca aparece, ni se involucra,
y narra los hechos con un tono disciplinado y alejado, el hecho
había calado hondo en Capote quien había entablado
amistad con Perry Smith y sentía cierta similitud con éste:
ambos venían de un pasado familiar borrascoso y confiaban
en el arte para sobresalir (Perry se consideraba un artista y se veía a si mismo
en el futuro como un hombre orquesta, aplaudido por las multitudes).
No es inútil pensar en esos seis años desalentadores
en los que Capote recorría Kansas para armar su obra,
acusado por muchos de haberse vuelto loco, sin saber si podría
llevar a cabo su proyecto, sin tener idea si sacaría algo
de allí y obligado a volver a un pequeño y deprimente
pueblo donde no pasaba nada como contaría después.
Esos hechos lo ponían en contacto de nuevo con su infancia
en su propio pequeño pueblo y es factible pensar que lo
afectaron más de lo que quiso, viendo en Perry lo que
él mismo hubiera podido ser si no hubiera tenido éxito.
Sin embargo Capote brilló con buena luz en esa época,
y nadie pareció notar nada extraño en él:
la mayoría de sus amigos creían que se merecía
un descanso y él también. Acudió a infinidad
de reportajes y vió permanecer su novela treinta y cinco
semanas en la lista de éxitos de The New York Times,
donde había aparecido primeramente en cuatro entregas
entre octubre y noviembre de 1965.
Este período terminaría en noviembre de 1966, en
la fiesta que se celebró en el Plaza, en honor de Kazay
Graham, el editor del Whasington Post.
Luego de la creación del nuevo género bautizado novela
real, Capote apuntó sus intereses hacia otro horizonte:
decidido a escribir otra gran obra que lo catapultara al éxito
de público pero también de crítica, decidió
tomar lo que mejor conocía: el ambiente sofisticado de
las clases altas que había frecuentado en esos años
y en el cual se mezclaban desde antiguos aristócratas hasta
estrellas de cine. Un lugar del cual formaba parte y era consecuente
chismógrafo. La novela, según Capote, sería
un análisis del pequeño universo -entre aristocrático
y mundano- de la sociedad acaudalada de Europa y de la costa este
de los Estados Unidos.
Capote: "Durante cuatro años, más o menos
de 1968 a 1972, pasé la mayor parte del tiempo leyendo
y seleccionando, reescribiendo, catalogando mis propias cartas
y las cartas de otras personas, mis diarios y cuadernos de notas
de los años de 1943 a 1965. Tenía intención
de emplear gran parte de esos textos en una obra que proyectaba
desde hacía tiempo: una variante de la novela real."
La novela, que llevaría el título de Plegarias
atendidas, había comenzado por un contrato en 1966,
poco antes de la publicación de A sangre fría
y tenía por fecha de entrega el 1 de enero de 1968; sin
embargo la fecha de entrega sería pospuesta varias veces,
primero hasta 1973, luego a 1974, 1977 y por fin a 1981.
Esta época, que Capote consideraba su cuarto período
creativo, estaría signada por su deterioro físico
y emocional. A pesar de que público varios libros: Un
recuerdo navideño (1966), El invitado
de acción del Día de Acción de Gracias (1968) y Los Perros Ladran (1973); la mayoría
de los mismos habían sido escritos en los años 40
y 50 y no aportaban nada a su obra. Sólo Plegarias Atendidas
y Música para Camaleones, una obra miscelánea,
prometían una recuperación.
Sin embargo, la promesa de Plegarias Atendidas no pudo
verse cumplida de forma completa: Esquire publicó
cuatro capítulos en 1976 y si bien el primero, "Mojave",
(que no entraría
en el libro y sí, como relato independiente en Música
para Camaleones),
no causó mayor impacto, el siguiente, La Côte
Basque, desató el escándalo: la mayoría
de los amigos que tenía lo condenaron al destierro por
contar historias apenas disfrazadas sobre ellos. Luego de la
publicación de los siguientes dos capítulos, "Monstruos
Perfectos" y "Kate McCloud", Capote dejó
de trabajar en Plegarias Atendidas, a pesar de su opinión
de que tales reacciones no lo habían afectado:
"Publiqué
cuatro capítulos de ese libro en la revista Esquire. Provocaron
la ira de ciertos círculos, dónde pensaron que yo
estaba traicionando confianzas, abusando de amigos y/o enemigos.
No tengo intención de discutirlo, ese tema se refiere a
la política social, y no al mérito
artístico.
Tan sólo diré que lo único que un escritor debe trabajar es
la documentación que ha recogido como resultado de su propio
esfuerzo y observación, y no puede negársele el
derecho a emplearla, se puede condenar, pero no negar"
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