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PESSOA, FERNANDO - LIBRO DEL DESASOSIEGO -

El Libro del desasosiego
(algunas impresiones)(IV)*

María José Santacreu
La clave del estar loco, es decir, que un libro, la radio o la televisión nos hablen directamente a nosotros. ¿Qué consideraría más grave mi eventual siquiatra? ¿Que le dijera que la radio me habla a mí o que lo hace uno de los heterónimos de Fernando Pessoa?


Lo que se vuelve evidente cuando uno termina de leer el Libro del desasosiego es que se trata de un libro que habla. Es decir, un libro que expresa sentimientos y pensamientos que el lector ha atisbado y no ha sabido expresar con la claridad con que los encuentra grabados -inverosímil negro sobre blanco- sobre la página.

Claro, todos hemos leído la Biblia o el Baghavad Gita, pero de repente, ¡oh! una voz casi más clara, tal vez menos humana.

Una de las preguntas con la que se satiriza el ser siquiatra es inquirir al paciente: "¿ha sentido que la radio o la televisión le hablaban a Usted?". Y siempre me he preguntado qué diablos prueba la respuesta afirmativa a esa pregunta, hasta que me topé con este libro de Fernando Pessoa/Bernardo Soares. Al parecer esa sigue siendo la clave del estar loco, es decir, que un libro, la radio o la televisión nos hablen directamente a nosotros. ¿Qué consideraría más grave mi eventual siquiatra? ¿Que le dijera que la radio me habla a mí o que lo hace uno de los heterónimos de Fernando Pessoa? Cómo decirle que, habiendo abierto al azar el libro por primera vez, mis ojos giraron enloquecidos al leer:

"Lo que sobre todo hay en mi
es cansancio
y aquel desasosiego que es gemelo del cansancio,
cuando éste no tiene más razón de ser
que la de estar siendo.

Siento un recelo íntimo
de los gestos que podría esbozar;
una timidez intelectual
provocada por las palabras que podría decir.

Todo me resulta frustrante por anticipado.

El hastío insoportable de todas estas caras,
emblemas de la inteligencia o de su falta,
grotescas hasta la náusea de tan felices o infelices,
horrorosas porque existen,
marea apartada de las cosas vivas que me son ajenas...."

Un problema extra -para lograr un diagnóstico absolutorio- es que el fragmento citado más arriba -el 337- es, como todo el libro, prosa. Y para agravar más el asunto, como poema, tal vez no sea tan bueno. Pero así fue como lo leí y no pensé "esto es poesía" sino "parece matemática". Ahora que lo pienso debió ser por el ritmo, por la cadencia de la respiración del texto. Y porque, de tan exacto, habla muy claro al oido de un lector predispuesto. Pero no sólo por eso me ha parecido similar a una ecuación.

Al parecer, lo que expresa Bernardo Soares/Fernando Pessoa es un sentimiento que muchos somos capaces de experimentar y compartir y, por lo tanto, nada excepcional. Quien lea el Libro del desasosiego y sienta que lo que allí expresado es excepcional, estará equivocado. Lo excepcional está en la forma con que está expresada la común peripecia de la náusea, lo espléndido es que Pessoa haya encontrado una forma tan extraordinaria de expresar ese sentimiento de hastío que acompaña a la existencia. Y lo de las matemáticas tal vez esté en consonancia con el sentimiento de hastío ya que no hay lenguaje más austero, menos derrochador que el de los números. Como si el cansancio fuera tan tremendo que solo concediera en escribir lo imprescindible. Por ello tal vez el estilo de la prosa acompañe en la forma lo que se dice en el contenido. La función poética de la prosa de Pessoa en el Libro del desasosiego reafirma su contenido, refuerza su eficacia. Y tal vez ese sea el motivo por el que sentimos que el libro habla.

Uno no está loco siempre que encuentre la forma de justificar de manera verosímil su insanía. En el fondo, no estar loco simplemente se trata de que no se note.

* Publicado originalmente en Insomnia, Nº 137

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