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Amir Hamed
ISSN 1688-1672

 



FOTOGRAFÍA  - MODOTTI, ASUNTA -

Entre realismo y realidad*

Carlos Rehermann

Hasta 1929 Tina Modotti formó parte del ambiente artístico mexicano. Modelo de Diego Rivera, de quien había sido amante, amiga de David Alfaro Siqueiros, frecuentaba a Augusto César Sandino, el líder nicaragüense, y aconsejaba a Frida Kahlo que vistiera de manera menos llamativa

Asesinatos

La tarde del 5 de enero de 1942 la italiana Assunta Modotti, llamada Tina, tomó un taxi en Ciudad de México para ir a una cena ofrecida por el arquitecto alemán Hannes Meyer, antiguo profesor de la Bauhaus. Al llegar a su destino, el taxista constató que la mujer estaba muerta. El médico que certificó su muerte describió la causa como “congestión visceral generalizada”. Según algunos de sus amigos, la había envenenado su amante, el agente estalinista italiano Vittorio Vidali, conocido como Comandante Carlos. Aunque las versiones son interesadas y las fuentes dudosas, lo cierto es que la vida de Tina estuvo marcada por el asesinato político. Una noche de 1929 el comunista cubano Julio Antonio Mella fue asesinado de dos tiros cuando Tina caminaba de su brazo. Las declaraciones de la mujer, probablemente adulteradas por la policía, fueron confusas, lo cual la mantuvo varios meses bajo la mirada de la justicia. Finalmente, en 1930 fue expulsada del país junto a varios importantes miembros del Partido Comunista mexicano después de un atentado contra el presidente del país.

Fotos

Hasta 1929 Tina Modotti formó parte del ambiente artístico mexicano. Modelo de Diego Rivera, de quien había sido amante, amiga de David Alfaro Siqueiros, frecuentaba a Augusto César Sandino, el líder nicaragüense, y aconsejaba a Frida Kahlo que vistiera de manera menos llamativa. Su inclusión en ese grupo se debía a que Tina era fotógrafa. Había llegado a México desde California, junto con su amante, el notable fotógrafo estadounidense Edward Weston. En un texto que escribió para su primera exposición individual, Modotti dice:

Siempre que se emplean las palabras «arte» o «artístico» en relación a mi trabajo fotográfico recibo una impresión desagradable, debida seguramente al mal uso y abuso que se hace de ellas. Me considero una fotógrafa y nada más, y si mis fotografías se diferencian de lo generalmente producido en este campo, es que yo precisamente trato de producir no arte, sino fotografías honradas, sin trucos ni manipulaciones, mientras que la mayoría de los fotógrafos aún buscan los «efectos artísticos» o la imitación de otros medios de expresión gráfica, lo cual resulta un producto híbrido y no logra impartir a la obra que producen el rasgo más valioso que debería tener: LA CALIDAD FOTOGRÁFICA”.

 

La obra de Tina es muy escasa: se conocen apenas 118 fotografías suyas, y probablemente no produjo muchas más. Su período como fotógrafa activa comenzó después de 1923 y terminó antes de 1929. Su reconocimiento como artista se debe a su fuerte inserción en la muy dinámica comunidad de artistas mexicanos de aquellos años. La calidad de su trabajo, que combinaba una explícita geometrización de la composición con temas cotidianos y personajes humildes, prometía una carrera vigorosa.

Edward Weston le había enseñado a tomar fotografías, pero probablemente las ideas artísticas que se perciben en su producción provengan de fuentes menos identificables. Durante los años que Weston compartió el trabajo y el amor de Tina, él mismo estaba cambiando su manera de ver el arte de la fotografía. Es significativo que poco después, en 1931, Weston fundaría, de vuelta en su país, el influyente Grupo f/64, junto con Imogen Cunningham (una fotógrafa cuyas ideas compositivas son similares a las de Modotti) y Ansel Adams. F/64 hace referencia a una abertura de diafragma que permite una gran profundidad de campo, es decir, nitidez tanto de los primeros planos como de los fondos lejanos: una clara voluntad de mostrar toda la verdad visual, de hacer que la cámara se comporte como el ojo humano. 

El trabajo de Modotti tiene el aire de los tiempos que se encuentra en la obra de quienes luego resultaron ser los grandes fotógrafos del siglo: los húngaros André Kertész, Robert Capa y Brassaï, los franceses Robert Doisneau y Henry Cartier-Bresson, el británico Bill Brandt e incluso el muy formalista y dadá estadounidense Man Ray.
 

El mexicano Manuel Álvarez Bravo, que luego sería reconocido como uno de los más importantes fotógrafos de su país, era cercano a Tina, e incluso continuó su trabajo de documentación del muralismo para la revista Mexican Folkways cuando ella fue expulsada del país. La revista, dedicada a la cultura mexicana, era publicada por la norteamericana Frances Toor, en inglés y español, y tenía a Diego Rivera como editor de arte. Tina publicó en sus páginas algunas fotografías suyas, aunque la mayor parte de su trabajo para la publicación consiste en documentación del trabajo de los muralistas. Un espacio de difusión mayor para su trabajo fue “El machete”, periódico del Partido Comunista mexicano.
 

Más que sus colegas fotógrafos, es probable que el sustento ideológico para sus ideas sobre el arte provenga de su contacto con Rivera y Siqueiros, tal como queda dicho en su texto para el catálogo de su exposición:
 

La fotografía, por el hecho mismo de que sólo puede ser producida en el presente y basándose en lo que existe objetivamente frente a la cámara, se impone como el medio más satisfactorio de registrar la vida objetiva en todas sus manifestaciones; de allí su valor documental, y si a esto se añade sensibilidad y comprensión de asunto, y, sobre todo, una clara orientación del lugar que debe tomar en el campo del desenvolvimiento histórico, creo que el resultado es algo digno de ocupar un puesto en la producción social, a la cual todos debemos contribuir

 

No más fotos
 

Los diez años posteriores a su expulsión de México los pasó junto a su amante Vidali, en misiones encomendadas por el Partido Comunista en la Unión Soviética, España y luego en México, país al que regresó luego del triunfo de Franco. Los últimos tiempos de su vida la encontraron demacrada, ansiosa por recuperar antiguas relaciones en la comunidad de artistas. Se separó de Vidali e intentó retomar la fotografía, por primera vez en diez años, aunque al parecer ni siquiera logró hacerse de una cámara. Neruda hizo esculpir en su tumba unos versos que terminan así: : “De acero, línea, polen se construyó tu férrea, tu delgada estructura”.

 

 
* Publicado originalmente en El País cultural

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