La humanidad ha dado de sí muchas cosas extrañas
a lo largo del tiempo. Fácilmente podemos recordar aquí
la institución del rey encarcelado, citada por Frazer en
La rama dorada: un pueblo africano proclamaba a su soberano,
y acto seguido, lo encerraba en una torre.
Desde su torre, el rey reinaba.
El pueblo, por su parte, le llevaba el alimento que el rey no
podía procurarse por sí mismo en su real cautiverio.
Si el rey acertaba en sus designios gubernamentales, comía.
Si el pueblo estaba descontento, el Rey no comía. Eventualmente,
muchos reyes morirían de hambre -los más radicales
pensarán, probablemente, que esta ha sido la forma de gobierno
más perfecta que haya funcionado alguna vez.
Obviamente, sería tarea absurda ensayar una enumeración
de la miríada de cosas, conductas e instituciones tan
extrañas como esa, y que la humanidad ha producido incansablemente
desde que el mundo es mundo: desde las monedas para engañar
turistas acuñadas con la inscripción "Siglo
II A.C.", hasta los italianos aburridos que disfrazados
de centuriones romanos esperan hoy a los turistas japoneses en
las puertas del Coliseo, y desde la costumbre de los pueblos
pequeños de que la gente joven salga con autos y motos
a girar durante horas por la calle principal en una especie de
exposición sin sentido, hasta la manía municipal
de cambiar los nombres a las calles y creer que así se
ejecuta un acto de gobierno con efectos comprensibles, tienden
a infinito las rarezas con las que la gente se topa.
Si a las rarezas prácticas, a los objetos raros, y a las
instituciones raras, le quisiésemos agregar los libros
raros, la lista sería completamente sobrehumana. Pero
creo que no exagero si afirmo que, entre los 10 libros más
raros de esa lista extravagante que la humanidad ha ido segregando,
está el llamado Libro de Urantia.
La edición española de su 'primera revisión',
datada en 1995, consta de 2097 páginas en papel biblia.
Está editado por la tautológica Urantia Foundation,
con sede en Chicago, Illinois. El libro
no provee aclaración alguna acerca de su fuente humana.
Sí trae la aclaración de que sus cuatro partes,
tituladas respectivamente "El Universo central y los superuniversos";
"El Universo local"; "La historia de Urantia";
y "La vida y las enseñanzas de Jesús",
fueron 'auspiciados por un cuerpo de personalidades' tanto
'superuniversales', como de diversos 'universos locales',
o por 'seres intermedios' bajo custodia superhumana.
Como el lector ya habrá
conjeturado, 'Urantia' es el nombre que en la terminología
del libro se le da a la Tierra. Nombre que siempre me ha gustado,
debido a que Uruguay
comparte esa primera sílaba, como Ur, la antigua
ciudad mesopotámica, y el prefijo que designa lo originario.
¿En qué consiste el libro? En una descripción
y explicación general del Universo, su composición
y funcionamiento, dirigida a nosotros, los terráqueos;
en una explicación general acerca de la vida y la cultura terrestres que incluye
una escatología; y en un relato sobre la vida de Jesús,
que incluye todo lo que los evangelios canónicos no incluyen.
Por ejemplo, los primeros 30 años de vida del Nazareno,
previos a su ministerio en la tierra.
Nada de esto es sorprendente así narrado, pero eso ocurre
porque quien sólo sabe esto, es quien no se ha enfrentado
con el texto. Encararse con el libro en sí y su contenido,
es toda una experiencia. Dotado de una extraña coherencia
interna, en la cual se mezclan una rigurosa terminología
y una detallada estructuración de los diferentes planos
de la existencia, a la cual se adosan, relatados por una fuente
omnisciente, una miríada de datos sociológicos,
históricos, antropológicos y filosóficos
de indeterminable solidez, el libro surge, como el libro de arena
de Borges, inacabable, acaso
incomprensible, pero enormemente sugerente.
¿Quién escribió el libro de Urantia? Las
fuentes alcanzables explican que surgió de un grupo de
hombres inspirados por Dios, en Chicago, en la década
del 30 de este siglo. Que su redacción insumió
décadas. Que los nombres de los autores se han borrado,
porque justamente lo que se ha querido es evitar la constitución
de una nueva religión o culto personal...
Sea como sea, se trata de un enigma. Si uno opta por considerar
al libro de Urantia una mera teoría, no será tranquilizador
recordar que teoría, en griego, significa
visión.
*Publicado originalmente en Posdata
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