H enciclopedia 
es administrada por
Sandra López Desivo

© 1999 - 2013
Amir Hamed
ISSN 1688-1672

 



CAZA - ACTEÓN - LINGÜÍSTICA DE LA CAZA VS LINGUÍSTICA DE LA GUERRA -

Ratonera vía satélite

Bruno Mazzoldi
Bien sabe el cetrero que "presa" indica el ave prendida por el halcón y a la vez la uña del halcón que la prende


La televisión está prendida. Veo dos ratoncitos perseguidos por un gato. Al gato le va mal. No hay tiro que no le salga por la culata. Revesibilidad del tiro: el cazador se expone a ser cazado, si la persecución implica ser otro de la presa como individualidad separada.

Bien sabe quien se dedica a la cetrería que "presa" indica el ave prendida por el halcón y a la vez la uña del halcón que la prende. Más allá del éxito y del fracaso, la caza implica que se debe controlar, en sí, el germen del desdoblamiento de su víctima, es decir reconocer que se es habitado por ese doble: Según la variante de Klossowski, el cazador Acteón penetra a Diana cazadora al asumir el florecer de sus cuernos.

-¡Hay que matar para vivir!- grita el patrón del gato suicida, que es un viejo celoso del velero que él mismo acaba por hundir, al tanto insistir en echar por la borda al par de ratas invasoras.

La concadenación ideológica del dibujo animado amarra una competencia irreductiblemente binaria, en la que no cabe la posibilidad de mezclar esencia y accidente, idéntico y heterogéneo, adentro y afuera, como en la cinta de Moebius.

De lingüística a balística, uno de los rasgos cómicos de la que ha sido nuestra época reside en una venatoria estructuralista que ha perdido su vocación coral: la teoría del significante - galgo del zorro significado - actúa en el mismo programa del esquema del proyectil dirigido hacia un adversario considerado como destinatario exclusivo.

Ahora, casi por el contrario, una lingüística de la caza y no de la guerra, no dirigida o hipertélica, sería la única a la altura del imperativo ecológico (casi, pues se trata de eludir la metafísica del adversario y la lógica del contra sobre el filo de la borda, también en lo que se refiere a nuestra ilusión de unicidad y ruptura).

Mensaje sin cartero verídico, caza de amor despiadado sin dirección ni remitente: en la sintonía pánica de una televisión sin canales por exceso de cadenas, el ratón ladronzuelo se comería el queso en espectáculo, si no hubiera borda ni guillotina de ratonera.

VOLVER AL AUTOR

             

Google


web

H enciclopedia