Can't read, can't write, gonna buy me a telephone (1)
Y la maga estaba llorando, Guy había desaparecido, Etienne
se iba detrás de Perico, y de Gregorovirus, Wong y Ronald
miraban un disco que giraba lentamente, treita y tres revoluciones
y media por minuto, ni una más ni una menos, y en esas
revoluciones Oscar's Blues, claro que por el mismo Oscar al piano,
un tal Oscar Peterson, un tal pianista con algo de tigre y felpa,
un tal pianista triste y gordo, un tipo al piano y la lluvia
sobre la claraboya, en fin, literatura.
Julio Cortázar,
Rayuela (2)
En un solo momento de Rayuela
(3)
pueden encontrarse múltiples referencias al jazz. Los miembros
del Club escuchan discos; se comenta la música, se especula
sobre la vida de los jazzmen, y se citan líricas de canciones
de jazz. El jazz no sirve meramente de fondo de la acción
y tópico de conversación, sino que llega a efectar
la acción y el sentido de la novela. Pasa de ser objeto
de contemplación, para volverse una presencia ubicua y
casi concreta: Ossip se ve "hablándose con la Maga
entre el humo y el jazz", y mientras los demás
esperan que llegue Wong con el café: "Jelly Roll
esta en el piano, marcando el compás con el zapato",
como si fuera el propio Jelly Roll el que tocara en vez de un
disco viejo.
El jazz - que se mezcla
constantemente con el pensamiento de los personajes - tiene en
Rayuela un poder autónomo y un valor fundamental,
ya que posee una variedad de funciones que en la novela trabajan
simultáneamente.
Aparece, por ejemplo,
como objeto de exploración, ya que los personajes lo usan
como punto de partida para la exploración de sus propias
inquietudes; es también sujeto:cuando su influencia sobre
los personajes llega a afectar la acción; como observador
marginal: la música y la lírica son usadas para
comentar el desarrollo de la acción; y como mundo paralelo
al de los personajes: cuando la problemática del jazz
como forma de arte se ofrece como una alternativa posible
a la escritura y paralelo para los dilemas literarios y existenciales
que indaga Rayuela.
Esta variedad de funciones, así como la fuerza que tiene
en el texto y el grado en que afecta a los personajes y a la
acción de la novela, se perciben en la forma en que la
novela (que se centra, mayoritariamente,
en la vida interior de las figuras)
representa las conciencias de cada personaje, ya que éstos
se presentan al lector a través de sus experiencias con
el jazz.
La música funciona
como punto de partida del pensamiento de los personajes y los
induce a mostrar su angustia existencial:
"Dos muertos
se batían fraternalmente... y dónde estaría
enterrado Bix, y dónde Eddie Lang, a cuántas millas
una de otra sus dos nadas que en una noche futura de París
se batían guitarra contra corneta, gin contra mala suerte,
el jazz."
"...de ese
pedazo de materia gastada renacería una vez más
Empty Bed Blues...por qué era así ese blues...los
intercesores, una irrealidad mostrándonos otra..."
e influye -como ya
dijéramos- en la acción:
"Satchmo cantaba
"Don't you play me cheap, because I look so meek"
y Babs se retorcía en las rodillas de Ronald...el tema
era lo bastante vulgar para permitirse libertades que Ronald
no le hubiera consentido cuando Satchmo cantaba Yellow Dog
Blues..."
Las canciones que se
citan suelen comentar la acción, al igual que las que
encontramos en el capítulo 106, que según la "lectura
macho" estipulada por Cortázar se lee entre los capítulos
12 y 13, comenta la acción de estos capítulos.(4)
Claro está que
la función de la música en los trozos del texto
que acabamos de ver no es tan transparente como aparece en nuestro
esquema, cuyo valor no es simplificar sino mostrar la complejidad
del uso del jazz en la novela. Debemos insistir en la multivalencia
de cada referencia al jazz, y en el hecho de que el mismo, no
es en ningún momento ni una simple metáfora, ni
el objeto de contempalción de un solo personaje, ni tampoco
se fija jamás en un solo contexto.
En el pasaje que sigue, por ejemplo, la música parecería
ser objeto del pensamiento de Gregorovirus, empero -por la falta
de puntuación tradicional y de expresiones tipo "pensó
Gregorovirus"- los pensamientos de los personajes, la
voz del narrador, la conversación y la música se
entrelazan en el texto y el comentario que ha inspirado el jazz,
bien podría ser o de otro personaje, o la descripción
oblicua del narrador, respecto del medio ambiente o de la vida
interior de alguno de los actuantes de la escena, e incluso podría
ser una especie de diálogo narrador-lector,
fuera del conocimiento de los personajes involucrados:
"Gregorovirus suspiró
y bebió más vodka. Lester Young, saxo tenor ...Four
O'Clock Drag. Sí, grandísimos lagartos, trombones
a la orilla del río, blues arrastrándose, probablemente
drag quería decir lagarto de tiempo, arrastre interminable
de las cuatro de la mañana. O completamente otra cosa.
"Ah, Lautréamont"
decía la Maga..."
De esta manera la presencia
del jazz cobra la "fuerza autónoma" de la que
hemos hablado: no es posible sujetar el jazz a una interpretación
unilateral, ya que el jazz no está subordinado a la experiencia
vital de una sola mente, ni a un solo contexto. Es más
que una metáfora, ya que el jazz, como explicita la novela
"los reincorpora
al oscuro fuego central olvidado, torpe y mal y precariamente
los devuelve a un origen traicionado, les señala que quizá
había otros caminos y que el que tomaron no era el único..."
Así el jazz
nos ofrece un mundo alternativo y deja en claro que es parte
central de la problemática de Rayuela.
Pero ¿por qué
el jazz en particular se nos ofrece como alternativa para ver
el mundo? Creo que nos podemos aproximar a este punto viendo
cómo enfocan los personajes su interés por el jazz.
Plantearemos también el interés del narrador en
el jazz bajo dos formas: el jazz como art form, y la experiencia
del jazzman, en tanto persona y artista.
Notas:
(1) Lírica cantada por Joe Turner
en Good Morning Blues,
Can't read, can't write, gonna buy me a telephone,
Can't read, can't write, gonna buy me a telephone,
I'm gonna talk to my baby and tell her please como home.
(2) Cortázar, Julio, Rayuela, Buenos Aires,
Editorial Sudamericana, 1963, Pp. 94. Todas las subsiguientes
referencias a la novela serán a esta edición.
(3) Me refiero a los capítulos 10-18. En este trabajo
me limito al estudio de esta sección, refiriéndome
a otros elementos y otras partes de la novela. Pero no intento
un estudio completo de la obra, ni quiero usar el jazz como metáfora
abarcadora de todo cuanto se trata en ella.
(4) Me refiero a la soledad, el enajenamiento del mundo
y de uno mismo, y los demás temas que se tratan y a las
líricas del capítulo 106, y en los capítulos
narrativos que tratamos.
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