H enciclopedia 
es administrada por
Sandra López Desivo

© 1999 - 2013
Amir Hamed
ISSN 1688-1672

 



GLOBALIZACIÓN - CENTRO/PERIFERIA - INTERNET -

Márgenes de Internet*

Carlos Rehermann

Físicamente en el centro de una ciudad, el habitante del tugurio vive en una marginación más terrible que la del cinturón periférico: sin servicios de electricidad o de agua corriente, sin servicio de salud, sin educación, en la misma miseria de siempre, pero separado sólo por una pared o una calle de todo eso que a él le falta


Con la globalización desaparece la idea de centro y periferia. Pero eso no significa que lo malo de la periferia desaparezca: la miseria, la ignorancia y la desesperación permanecen, sólo que ahora la periferia es una parte del centro.

En las ciudades ocurre un proceso similar: en cuanto los servicios se extienden, las ventajas relativas de los centros desaparecen. Los cinturones de pobreza que rodeaban antes a la ciudad son desplazados por barrios de buena calidad. Los desplazados regresan al centro y por toda la planta urbana proliferan núcleos de miseria.

Los urbanistas elaboran planes de expulsión que exhiben grados diversos de descaro: creación de ciudades satélite, operaciones a gran escala para aumentar la renta de la tierra, implantación de escalas diferenciadas de impuestos para favorecer a determinados sectores. Otras instituciones aplican métodos complementarios: la policía ficha a la población entera de determinados barrios, se hacen razzias sistemáticas entre sectores predeterminados de ciudadanos, se estimula la creación de barrios privados con entrada controlada por empresas de seguridad, se dejan fuera de los sistemas públicos de transporte a zonas enteras de la ciudad.

Si el centro de la ciudad es una estructura que contiene los símbolos que la historia le adjudicó para dar visibilidad a ciertos contenidos éticos (el cabildo, la catedral, la plaza fundacional, los monumentos a la memoria de los próceres, etc., que representan ideas acerca de la convivencia, valores espirituales comunes, aspiraciones y convicciones morales de la comunidad), la periferia es el lugar natural para los que no logran adaptarse a esos significados.

En cuanto se pierde la distinción física entre el centro y la periferia por causa del crecimiento canceroso del centro, se está declarando nulos aquellos símbolos. Cuando los símbolos eran válidos, se aspiraba a la desaparición de la periferia a través de su conversión a los valores proclamados por el centro. Cuando la absorción es meramente física (es decir, cuando se tuguriza el centro) se está declarando que no hay esperanza, y que aquellos males son una parte integrante de los contenidos de los símbolos. O, lo que es lo mismo, que los símbolos eran una mentira.

Las comunicaciones vía satélite, difundidas cada vez más a través de las redes de computadoras, hacen desaparecer la noción de centro planetario. Pero del mismo modo que en los centros de las ciudades, en la virtualidad de las redes informáticas se producen tugurizaciones de la comunicación. Físicamente en el centro de una ciudad, el habitante del tugurio vive en una marginación más terrible que la del cinturón periférico: sin servicios de electricidad o de agua corriente, sin servicio de salud, sin educación, en la misma miseria de siempre, pero separado sólo por una pared o una calle de todo eso que a él le falta. Pero sobre todo le falta una comunidad que comparta sus mismas penas, lo que quizá podría permitir la aparición de una conciencia de su significado en la sociedad.

Las comunicaciones a través de Internet -o las versiones más toscas, como la televisión para abonados- imponen una clase semejante de aislamiento. Crece la sensación de desamparo, porque no hay identificación posible con un lugar. El marginado del tugurio céntrico y el marginado de las comunicaciones globales pierden la capacidad de percibir el rumbo que toma el mundo.

Visto que dicho rumbo parece programado por un orate, pareciera que no hay nada que perder. Pero como proceso de expansión del centro, la globalización es una expansión de los símbolos del centro. Y como en las ciudades, los significados de esos símbolos están llenos de mentiras: democracia, convivencia, respeto por el otro, igualdad de oportunidades, patrañas que se ponen de manifiesto cuando debemos aceptar que habitamos un tugurio en pleno centro de Internet.

* Publicado originalmente en Insomnia Nº94

VOLVER AL AUTOR

             

Google


web

H enciclopedia