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ISSN 1688-1672

 



ASESINOS SERIALES - EL DESTRIPADOR (THE RIPPER), JACK - CORNWELL, PATRICIA -

Jack el Destripador: el primer asesino en serie moderno*

Gabriel Pombo

De acuerdo con la historieta que años más tarde retomaría el escritor y periodista Stephen Knight, el pintor Walter Sickert fue el tercer participante en la ejecución de una conjura destinada a eliminar a cuatro prostitutas


La teoría de Patricia Cornwell: ¿Walter Sickert fue Jack el Destripador?
 

En el año 2002 vio la luz pública la novela ensayo Retrato de una asesino. Jack el Destripador, caso cerrado de la popular novelista de obras policiales Patricia Cornwell. Según esta autora el horrendo verdugo de prostitutas de la era victoriana no era otro sino Walter Richard Sickert, un aclamado pintor de la escuela impresionista, fundador en 1886 de la denominada “Nueva Sociedad Artística Inglesa”, al cual con el paso de los años se lo llegaría a reputar como el más connotado de los pintores impresionistas británicos vivientes en su época.

El insigne pintor y artista plástico impresionista Walter Richard Sickert nacido el 31 de mayo de 1860 en Munich  (Alemania) y criado desde niño en Inglaterra y que, por consiguiente, contaba con veintiocho años cuando acaecieron los homicidios de Whitechapel resultó -de atenderse a algunas versiones- vinculado a los crímenes de Jack el Destripador mucho tiempo antes de que viera su publicación el libro debido al talento de la exitosa escritora. Es que en verdad el esteta estuvo obsesionado con los sórdidos desmanes del East End de Londres durante toda su existencia. Lo estuvo al punto tal que solía contar en reuniones sociales, a las cuales asistía junto a lo más granado de la sociedad londinense, una curiosa historia al respecto. Afirmaba conocer la identidad del Destripador según se lo habría trasmitido una pareja de ancianos que le arrendaron una pieza.

Según pretende el relato de Sickert, los ancianos habían alquilado una habitación a un aparentemente inofensivo estudiante, pero poco después terminarían descubriendo que habían dado cobijo, sin saberlo, al terrible delincuente conocido como Jack el Destripador. La historia serviría de base a la Sra. María Belloc Lowdes para elaborar su ficción “The Lodger” (“El Inquilino”) cuya trama se trasladaría  al cine mudo en la película rodada en el año 1926 que fuera dirigida por el genial Alfred Hitchcock. De aquí se extrae cómo fue que el artista se introdujo en la historia del Ripper, aunque es de creer que lo hizo en forma involuntaria. Con el correr de los años de ser un aficionado o estudioso de los homicidios del Destripador el hombre pasó a ser sindicado por algunos como el concreto perpetrador de los mismos. Y ya antes se lo involucraba en ellos merced a planteos harto dudosos, aunque sólo en condición de participante.

En esta última hipótesis, la función que se le asigna consiste en colaborar con el asesino o grupo de asesinos, reservándosele aquí el rol de cómplice. Probablemente, la figura de Walter Richard Sickert no hubiese quedado asociada a los asesinatos victorianos de no ser por un extraño personaje ansioso de involucrarlo en ellos. Esta persona se presentó en un programa televisivo de la BBC de Londres referente a la vida del Ripper emitido en 1973. El sujeto se llamaba Joseph Gorman, pero adujo (sin aportar prueba que lo avalase) ser hijo natural del pintor y de Alice Margaret Crook (por entonces casada con un peón de apellido Gorman). El individuo, a su vez, pretendía que su abuela Annie Elizabeth Crook había engendrado una hija natural nada menos que del Príncipe Albert Víctor, aspirante a monarca de Inglaterra por la época de los crímenes de Jack (1888).

De acuerdo con la historieta que años más tarde retomaría el escritor y periodista Stephen Knight, el pintor Walter Sickert fue el tercer participante en la ejecución de una conjura destinada a eliminar a cuatro prostitutas (otra de ellas, Catherine Eddowes fue victimada por error), a saber: Mary Ann Nichols, Annie Chapman, Elizabeth Stride y Mary Jane Kelly. Estas mujeres sabían del casamiento semi clandestino del Príncipe con la plebeya y de la beba fruto de aquella unión por lo cual urdieron la idea de chantajear a la monarquía. Para evitar el escándalo y bochorno la Corona inglesa, por medio de personajes de alto rango vinculados a la orden masónica, mandó liquidar a las peligrosas chantajistas.

La excesiva crueldad de las mutilaciones que dieron origen a la leyenda del Destripador se debieron, conforme con esta versión, a la atroz demencia que aquejaba al principal ejecutor, el eminente médico de la casa imperial británica Sir. William Withey Gull, de entonces 72 años, quien estaba afectado por un agudo trastorno cerebral. Patricia Cornwell retoma estas versiones y las depura, en tanto para ella Walter Sickert no fue un cómplice sino que constituyó el solitario y directo perpetrador de aquellas sangrientas tropelías. Su libro, si bien fue muy fustigado por los más serios especialistas en el tema del Destripador (los llamados “Ripperologos”) resulta, sin embargo, altamente recomendable dado la gran cantidad de datos manejados y la gran destreza técnica que exhibe una autora acostumbrada a los éxitos producto de su vasto dominio de la literatura policial.
 

Bibliografía: 

Cornwell, Patricia, Retrato de un asesino. Jack el Destripador. Caso cerrado, ediciones B grupo Z, año, Barcelona, España, 2003.

Knight, Stephen, Jack el Destripador. La solución definitiva, Editorial George Harrap,  Londres, Inglaterra, 1976.

Pombo, Gabriel, El monstruo de Londres. La leyenda de Jack el Destripador, Editorial Artemisa, Montevideo, Uruguay, 2008, pags. 77 a 82.

En la web: http://www.jackeldestripador.net
 

* Resumen del libro Jack el destripador, El monstruo de Londres. Editorial Artemisa, marzo 2008, http://www.jackeldestripador.net

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