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Amir Hamed
ISSN 1688-1672

 



PINOCHET, AUGUSTO - DERECHOS HUMANOS - PLAN CÓNDOR -


L' affaire Pinochet


Jesús Sepúlveda

Con Pinochet hay algo mayor que también se está decidiendo: conflictos de hegemonía. Estados Unidos versus Europa Unificada. Porque en realidad Pinochet siempre ha sido un títere, y morirá siéndolo. Primero de la CIA y Nixon, ahora del nuevo reordenamiento mundial

El 16 de octubre de 1998 el ex dictador chileno Augusto Pinochet fue arrestado en Londres bajo los cargos de tortura y crímenes contra la humanidad: cargos que no se le imputaban a ningún (ex) jefe político-militar de Estado desde la época del tribunal de Nuremberg.

Contrariamente a lo esperado, el gobierno democrático chileno desplegó una infinidad de tretas a fin de salvar al octogenario sátrapa que insiste en verse a sí mismo como paladín anticomunista. Esta retórica es conocida: Mussolini, Hitler, Franco, Reagan, Bush, entre otros. Y por cierto, Stalin, que era antitrotskista. Al fin y al cabo, la democracia parece que era una ilusión: cristiana, pagana o musulmana, da lo mismo.

Los dos gobiernos demo-cristianos post Pinochet no fueron sino producto de negociaciones políticas a puertas cerradas. Tanto el gobierno de Patricio Aylwin -ex golpista y furibundo opositor al Presidente electo Salvador Allende- como el del actual mandatario Eduardo Frei (Jr.) -hijo homónimo del también golpista y ex presidente chileno- han seguido al pie de la letra la agenda trazada por el régimen militar: descomponer a través de la propaganda todo intento de reorganización social y facilitar los negociados a los mercachifles que transan con los dueños de instituciones financieras trans e internacionales los recursos naturales y humanos que hubo, hay y no habrá en la larga y angosta faja de tierra chilena.

Imposición mass-mediática de modelos alienantes de vida y comportamiento, y libre-mercado para el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial de Comercio. En suma: nihil novum sub solem. La ecuación es simple: país latinoamericano + presidentes "democráticos" que apoyan al ex dictador + prensa y propaganda conservadoras = $.

Un año después, sin embargo, Pinochet sigue bajo arresto y los paladines "democráticos" continúan gestionando su libertad. Tres son las razones principales que el gobierno de Chile reclama para la liberación de Pinochet: soberanía nacional, promesa de enjuiciarlo en tribunales chilenos y razones humanitarias. Lo curioso es que, en este contexto, los paladines de la globalización económica se oponen tenazmente a la globalización jurídica.

Globalización sí, globalización no: ¿What is the question? Curioso también que Pinochet fuera intocable por la justicia chilena luego del fin de su mandato, y que, durante la transición a la democracia, nadie planteara seriamente la posibilidad de enjuiciarlo -eso podría haber puesto en riesgo la democracia chilena, argumentaban entonces.

Lo curioso es que si ahora es enjuiciado en España también se pondrá en riesgo la democracia chilena. Vaya argumentación. O sea, cualquier juicio por crímenes y tortura pone en riesgo la democracia chilena, y cualquier alegato contra el dictador es una ofensa que atenta contra la seguridad interior del Estado. Me pregunto si los nazis fueron tan caraduras. Por eso aplaudo la declaración del humanista chileno Tomás Hirsch, quien al ser consultado en Londres sobre el estado de salud del ex dictador, respondió que éste se encontraba en manos de excelentes médicos, y que además sería juzgado por un tribunal competente y justo, tratamiento radicalmente opuesto al que Pinochet diera a sus víctimas, es decir, tortura y ejecución sin derecho a defensa.

En el informe de la comisión "Verdad y Reconciliación" de 1991 presidida por Raúl Rettig, se documentan alrededor de 3.500 casos de presos políticos ejecutados y desaparecidos durante el régimen militar. Sin duda que frente a estas cifras y al quilombo político nacional -paladines democráticos defendiendo al tirano- la gente mantiene un alto grado de desconcierto y escepticismo. Mientras tanto, los sectores más conservadores y fascistas acusan al gobierno demócrata cristiano y socialista de no acelerar ni profundizar sus gestiones para salvar al deteriorado dictador de las garras neocoloniales inglesas y españolas. De hecho, estos sectores han aprovechado la coyuntura para construir una imagen positiva del dictador en contraposicición a la emblemática figura del Presidente Allende.

Han explotado conceptos tales como soberanía y orgullo nacionales, que a través de los medios de comunicación se propagan como peste. También han realizado algunas acciones directas: el ridículo alcalde de una comuna de Santiago, por ejemplo, se negó sistemáticamente a retirar la basura de la Embajada Española, y la efervescencia nacionalista dio pábulo para el resurgimiento de uno de los grupos terroristas más recalcitrantes de la derecha chilena: "Patria y Libertad". Grupo extremista que alcanzó triste notoriedad en 1969 con el asesinato del entonces General del Ejército, René Schneider, militar constitucionalista y leal a la tradición democrática chilena.

En tanto, la prensa, también concertada en esta campaña de limpieza del nombre del dictador, entrevista a hijos, hijas y familiares cuyo intelecto raya en la estupidez. Patético. A la distancia yo he seguido todos esos comentarios infelices de la prensa chilena (por cierto no los de "Punto Final" ni del "El Siglo", que aunque carecen de una mirada más distante, detectan la contingencia de la situación local adecuadamente).

También he seguido con sorpresa toda la parafernalia del candidato "socialista", y probable presidente de Chile, Ricardo Lagos, incluyendo su giro publicitario hacia la izquierda y su manipulación ideológica de la noción de igualdad. Nada sino un intento desesperado de obtener los votos nulos de esa gente desconcertada que ya no sabe qué pensar. Y claro, la postmodernidad les cayó encima como balde de agua fría y no tuvieron ni el tiempo ni el entrenamiento previo para acostumbrarse al novo orden colonial. Así, el sistema de control es impuesto para no ser removido, al menos, por voluntad propia. Ni con el candidato "socialista" habrá cambios, ya que -como dijo Noam Chomsky de Bill Clinton- Lagos es el mejor amigo de los empresarios.

Por otro lado, con Pinochet hay algo mayor que también se está decidiendo: conflictos de hegemonía. Estados Unidos versus Europa Unificada. Porque en realidad Pinochet siempre ha sido un títere, y morirá siéndolo. Primero de la CIA y Nixon, ahora del nuevo reordenamiento mundial. Como dijo el ex subdirector de la CIA y especialista en política chilena de los años 70 y 80, Vernon Walters, "Pinochet era un hijo de puta, pero era nuestro hijo de puta"
(1).

Bonita defensa del dictador. Al fin y al cabo, este hijo de puta siempre fue leal a sus dueños norteamericanos. Eso explica el nivel de farsa e hipocresía de la CIA al denegar toda participación y/o conocimiento del atentado que agentes de la policía secreta chilena (DINA) realizaron en Washington DC. en 1976, y que le costó la vida al ex canciller del gobierno de Allende, Orlando Letelier, y a su acompañanante, la norteamericana Ronni Moffit.

Recordemos que Vernon Walters era el nexo entre la CIA y la DINA durante los primeros años del régimen militar. Y que tanto él, como el director de la CIA de aquel entonces, George Bush, estaban al tanto de las gestiones que el embajador norteamericano en Chile, George Landau, había realizado a fin de facilitar el ingreso a los EE.UU. de dos agentes de la DINA con pasaporte paraguayo. De hecho, Landau quería que esos dos agentes se entrevistaran con Walters, pero éste declinó. Sin embargo, el 22 de agosto de 1976, los agentes chilenos entraron a los EE.UU. sin problema. Un mes más tarde, el 21 de septiembre, el carro-bomba que asesinó a Letelier y a Moffit estalló en el círculo de Sheridan, en pleno corazón del paseo de las embajadas en la capital norteamericana.

La CIA declaró entonces desconcierto total frente a este hecho y en las investigaciones nunca mencionó siquiera el cable enviado por Landau a Walters y Bush. Sin duda, la CIA siempre ha estado al tanto de lo que hacen los servicios de inteligencia en Latinoamérica, y su silencio no hace sino confirmar su participación en este atentado terrorista que le costó la vida a un ciudadano chileno y a una ciudadana norteamericana. Incluso hoy el tema todavía es complicado.

La Casa Blanca aún guarda silencio frente al caso Pinochet.
Este panorama, por cierto, es visto desde las alturas. El pájaro Altazor observa y cae, y así revela. Porque el caso Pinochet no se va a resolver por decisión popular. Ya no fue juzgado en Chile a su debido tiempo, cuando sí había un fuerte movimiento social para detener cualquier desplazamiento atrabiliario del Ejército. Y la prensa perniciosa chilena sabe eso, y quiere sacar ventaja: por eso desinforma.

Presentan la situación como si fuera realmente seria, aunque todos saben que es una completa farsa. Frei es una farsa, los nacionalistas fascistas son una farsa, los neoliberales yuppies son una farsa, el futuro socialismo gubernamental es una farsa. Aquí lo que cuenta -para los mequetrefes que se creen dueños y señores y "toman decisiones"- son los negocios, y desde luego, cómo insertar y vender a Chile en el contexto de expansión imperial del capital.

El encarcelamiento de Pinochet los tiene sin cuidado, aunque para la mayoría de la gente -que aún conserva un poco de sentido común e integridad- ver a Pinochet en un tribunal es una satisfacción. Sin lugar a dudas hay consenso que su régimen fue un período traumático para el conjunto de la sociedad. Y si hoy hay una nueva generación de muchachos y muchachas de clase alta que lo apoyan -en su mayoría vástagos de uniformados o ex uniformados- es producto de la ignorancia y la amnesia histórica.

Pero con el general tras las rejas ni esa generación ni las organizaciones políticas que todavía lo apoyan tendrán credibilidad y ética para perpetuar sus ideas. Su encarcelamiento será el estigma que les impedirá enaltecerlo. Por eso, a pesar de lo que se diga, el proceso inciado por el juez español Baltasar Garzón es un triunfo para los que luchamos contra el régimen militar, y la paz para miles de chilenos y chilenas que padecieron este holocausto.

Eso es lo que realmente se juega en Chile. Porque ver al dictador juzgado es una rectificación simbólica de la justicia. Y no estoy hablando de juicio político. Juicios políticos fueron los de Nelson Mandela y de Mumia Abu-Jamal. Aquí no ha habido aparato estatal persiguiendo y condenando al opositor, al extraño, al otro. A Gramsci, por ejemplo, el intelectual orgánico. Pinochet fue y es un criminal que ordenó y planificó la muerte de muchas personas, y la encarcelación y exilio de otros tantos. Y eso merece la cárcel, si es que no la pena de muerte.

Por otro lado, a nivel internacional su envío a España -o a Bélgica que es el otro país que demanda su extradición- significa la instalación en Europa de la administración de la justicia mundial, y esto entendido dentro del contexto de la globalización. Hay que señalar que el gobierno italiano también solicitó la extradición del ex director de la DINA, Manuel Contreras, por el atentado en Roma en 1975 contra el ex vicepresidente chileno del gobierno de Frei (padre), Bernardo Leighton y su esposa Ana María Fresno.

Si bien Contreras cumple una condena hasta el año 2001 en una moderna y cómoda cárcel de alta seguridad construida especialmente para los militares sentenciados, en Italia le espera una sentencia de 20 años. Veremos qué hace entonces el presidente socialista Ricardo Lagos y cómo se consolidan o desvanecen las aspiraciones europeas de administrar la justicia internacional.

La extradición de Pinochet a España también le permite a la socialdemocracia española y europea limpiar su imagen frente a su ineficacia para combatir al régimen de Franco. Recordemos que Pinochet tuvo que llamar a un plebiscito y luego a elecciones a fin de detener la creciente movilización social de la época: las llamadas protestas nacionales
(1983-86). Además, Pinochet ya no morirá tranquilamente en su lecho como lo hizo el general Franco. Sin embargo, los ingleses -o por lo menos los sectores que representa Margaret Thatcher- no están tan seguros de querer establecer un alineamiento con el resto de los países europeos.

Esto explica el encarnizado discurso de la Thatcher para defender a su viejo cómplice en la guerra de las Malvinas. No hay que olvidar que ella también le debe lealtad a Bush y su camarilla, que la ayudaron a acceder al poder.

Ciertamente, en caso de un tribunal internacional contra Pinochet, las manos sucias de muchos podrían ser investigadas y expuestas. Esta situación también explica la ambigüedad inglesa frente a la Unión Europea y la moneda única -el euro- además de la política seguidista del Reino Unido en todas las aventuras criminales del Imperio: Irak, Sudán, Afganistán y Kosovo. No obstante, de llevarse a cabo la extradicción y el enjuiciamiento internacional, Europa se constituirá simbólicamente, o por lo menos mientras dure la globalización, en el territorio donde se controle todo el proceso de elaboración y administración de los discursos en torno a la justicia. Esto indudablemente reducirá la actual hegemonía norteamericana, y relegará al Imperio a una posición de perro guardián.

En los EE.UU se construyen anualmente más cárceles que escuelas y colegios. Y la desproporción entre riqueza/pobreza y libertad/alienación ha generado que la sociedad norteamericana habite en un limbo de valores contradictorios que pronto terminará en crisis. Sin duda la población de este país enloquece día a día. Ejemplo de esto son los niños y adolescentes que optan por hacer tiro al blanco en sus escuelas y casas a fin de eliminar todo símbolo de autoridad: padres y maestros.

Los sistemas siempre comienzan descomponiéndose en sus esferas más instintivas y menos domesticadas: la zona salvaje, la juventud. No obstante, esta esquizofrenia social también es parte estructural de la lógica discursiva del Imperio. En la mañana,
Clinton declara que es necesario controlar los juegos de video que promuevan la violencia, y en la tarde bombardea Kosovo, dejando más muertes en tres meses de bombardeo que en tres años de guerra civil y limpieza étnica.

Ciertamente, ese era el objetivo: demostrar fuerza y recuperar la hegemonía a través de una intervención militar en territorio europeo, liderando a la OTAN que, sin el Pacto de Varsovia, ya no tenía razón de existir. En fin, todos saben que Clinton es otro farsante: fuma marihuana pero no aspira el humo, le hacen una fellatio pero no tiene relaciones sexuales. ¡Qué caradura! Así vistas las cosas, EE.UU. se hunde económica y socialmente.

Se sabe de modo extraoficial que en todo el país hay alrededor de 14 millones de vagabundos. Casi la población entera de Chile. O sea, un país entero en las calles: un país homeless. A esto se debe añadir el empobrecimiento cultural y la imposición mass-mediática de modelos extremadamente alienantes que hace que la gente crea en el sistema y lo perpetúe. Incluso, aquellos personajes más progresistas esperan una suerte de breakdown o crisis automática que acabe con el sistema, sin sospechar que el sistema no se destruye por sí mismo, sino que es la gente quien lo destruye.

Esta fe perversa representa los altos niveles de adoctrinamiento que existen en la sociedad norteamericana. De ahí que en momentos de crisis el pueblo estadounidense continúe consumiendo, incluso a expensas de lo que no tiene: el crédito. Un dato curioso es que en los últimos 20 años el consumo en EE.UU. ha igualado a todo el consumo mundial desde que hay registro histórico. Esto es, desde el comienzo del tiempo. Interesante también es que el 1% de la población estadounidense más adinerada gana 150 veces más que el 10% de la población más pobre. Esto no sólo ha profundizado las contradicciones sociales, sino que también ha triplicado los niveles de ansiedad, soledad, alienación y desesperanza. En tal sentido, la globalización no es sino la aplicación cruda del darwinismo social a la economía: el llamado neoliberalismo. Sistema que -como explica Susan George- enajena y "entrega el producto de décadas de trabajo de miles de personas a una ínfima minoría de grandes inversionistas"
(2).

Esto hace que la sociedad se fragmente, pero a la vez que se heterogenice, generando, paradójicamente, modos de resistencia al modelo de estandarización.

En Inglaterra sucedió algo parecido. Según un informe del grupo Brittish Child Poverty Action Group, durante el gobierno de M. Thatcher 1 de cada 4 adultos y 1 de cada 3 niños vivía en condiciones de miseria. Si eso lo comparamos a las estadísticas del gobierno británico anterior a la Thatcher, en que sólo 1 de cada 10 ingleses vivía en condiciones de pobreza, nos damos cuenta que la teoría neoliberal del chorreo de la riqueza hacia los sectores más pobres no sólo es falsa sino que también agudiza las desigualdades sociales. Pero así como el neoliberalismo agudiza las diferencias de clase, también genera movimientos de resistencia. Ejemplo de ello es el movimiento de protesta contra la reunión cumbre de la Organización Mundial de Comercio que se llevará a cabo en Seattle en noviembre de este año

Es indudable que la crítica situación que comienza a experimentar el modelo impuesto (crisis económica en Brasil, Rusia y Asia, alienación, locura y movimientos sui generis de resistencia), obliga al Imperio a buscar una salida.
El monopolio de la jurisprudencia y la civilidad no es tan necesaria como la hegemonía comercial y económica. Así, desclasificar en detalle los documentos que el gobierno español de José María Aznar había solicitado para llevar a cabo la investigación del juez Garzón y establecer la exacta relación de la intervención del gobierno de Nixon -a través de su Secretario de Estado Henry Kissinger- en el derrocamiento del Presidente Allende no parece ser ahora un gran dilema.

Recordemos que Clinton sólo había enviado a España cuatro cajas con fotocopias de periódicos de la época y documentos inservibles, que incluso confundían la operación Cóndor de Centromérica -el mismo nombre que los servicios de contrainsurgencia de las dictaduras del Cono Sur (Chile, Argentina y Uruguay) llevaron a cabo para eliminar toda oposición. En fin, la guerra siempre es una solución a la que el Imperio -y todo Imperio- recurre en momentos de crisis. Una guerra posible podría ser en propio suelo norteamericano, ya que la experiencia de las últimas no han sido tan distantes de la de los juegos de video.

Una guerra como la de 1965 que aplastó con tanques las protestas en el área de Watts en Los Angeles. Sabemos que las guerras reactivan las economías. Esto no hace tan absurda la tesis de que la crisis de las computadoras -o el Y2K- no sea sino la creación de una instancia de alarma social que justifique la promulgación de una Ley Marcial, aunque personalmente me inclino a pensar que la sigla Y2K no es sino una nueva marca corporativa que Bill Gates -o quién sabe quién- está vendiendo a fin de engrosar aún más sus bolsillos. Otra solución más viable es dolarizar las economías del patio trasero. Idea que el ridículo mandatario argentino Saúl Menem ya había propuesto. Así, el Imperio podría contrarrestar el efecto de una caída bursátil frente a un euro fortalecido: la nueva moneda global que eventualmente financiará la justicia del globo.

Por cierto, para el Imperio este panorama es desolador: perder el control económico y resignarse al rol de guardián protector no es lo que ambicionaron los padres fundadores: en aquel entonces los hombres más ricos de su tiempo. Eso podría terminar en un desastre. Recordemos lo que le pasó a Esparta: la polis guerrera de la antigua Grecia, que se desmembró buscando la unidad territorial a través de un conflicto con su vecina Atenas. Tal vez por eso, en el estado de Oregon, una nueva ley nacionalista obliga a todas las escuelas públicas a promover el juramento a la bandera, lo que recuerda tristemente la ley votada por el Ku Klux Klan en 1922, que exigía a todos los hijos de familias católicas asistir a la esculeas públicas donde tuvieran que jurar lealtad a la bandera. En otras palabras: ¡Heil bandera! Como sea, la tendencia es mantener la uniformidad, la estandarización y el control. Todo bajo la mira telescópica del estado policíaco. Y todos dentro de un margen circundado por la línea muerta: delimitación moderna de los actuales campos (virtuales) de concentración. Y a los que quieran escapar, les espera la cárcel: Mumia, Mandela o Gramsci. O los legendarios Sacco y Vanzetti. Farsa robespierreana que legitima la guillotina eléctrica. No por nada, en el estado de Texas se ha ejecutado sólo en un día a un número de hasta 6 personas a fin de ahorrar dinero.

Texas y Florida son los estados que tienen el más alto índice de ejecuciones por pena de muerte al año, y no es de extrañar que los gobernadores de ambos estados sean los hijos del siniestro George Bush. Personaje que ha asistido, tanto como director de la CIA, vicepresidente y presidente de este país, al proceso de transformación de los estados nacionales disciplinarios en estados transnacionales de control. Así, en esta fase del aparato burocrático, el estado policíaco y el sistema carcelario devienen en un solo instrumento de represión que controla y modela a la sociedad. Además, hay un nuevo ingrediente y un nuevo negocio en perspectiva: usufructuar de la mano de obra gratuita de reos trabajadores.

Por lo mismo, no es extraño que en la ciudad de Concepción, al sur de Chile, el municipio local haya comenzado a construir nuevas cárceles. También la campaña nacional de propaganda contra la delincuencia y las drogas se ha incrementado enormemente. Con esto se sientan las bases que justifican la represión y el encarcelamiento indiscriminado de los sectores marginados del sistema socio-económico.

Una de las medidas que ya se han cursado es rebajar la edad penal a 16 años. Esta misma situación ocurre en México, donde incluso se baraja la posibilidad de reducir la edad penal hasta los 14 años. En efecto, México, Chile y Argentina son los países "modelos" elegidos por los poligopolios para recolonizar América Latina, y de paso, reconquistar tierra vírgen y exótica. Así, el proyecto neocolonial para el tercer milenio ya está diseñado: forzar a niños, hombres y mujeres a trabajar el doble por una paga infrahumana. Ejemplo de esto es la situación de los trabajadores de la empresa Nike en Indonesia.

En este contexto, los pinochetistas neoliberales y los no-pinochetistas neoliberales aspiran por igual a algunas granjerías mundiales de las que nunca han ostentado: participar del lucro internacional. Si bien la burguesía mundial siempre ha existido, no fue hasta 1991, con la instalación del Nuevo Orden Mundial, que los grupos económicos dominantes construyeron una red de control transnacional. De hecho, las dos estrategias en puga por la dirección del proceso de globalización del capitalismo a escala mundial se encontraban en un impasse que sólo fue resuelto con el derrumbe de la Unión Soviética. Es en esa encrucijada cuando la estrategia estatal se retira ante su fracaso frente a la rapidez de la estrategia mercantilista de las corporaciones transnacionales.

No olvidemos que a ambos lados del muro de Berlín hubo igualmente extracción de plusvalía y alienación: dos características inherentes del capitalismo. En suma, a uno y otro lado no hubo sino un solo sistema con dos nombres diferentes, pero de naturaleza similar. Por un lado, corporativismo mercantil, y por el otro, capitalismo de Estado, o, en palabras del pensador griego
Cornelius Castoriadis, "capitalismo burocrático totalitario"(3). Dos estrategias de globalización del capital que emergieron en una sola dirección luego de la guerra del Golfo Pérsico.

Así vistas las cosas, parece que los dueños de Chile tendrán la oportunidad de asistir a banquetes internacionales junto a los dueños de Texas, Arabia Saudita, la IBM, MTV, Japón, Tailandia, Indonesia, Taiwan, Rusia, España, Inglaterra y Francia, etc. A la larga son los mismos. Claro que esto es una suposición hecha desde las estrellas. Desde el pájaro Altazor. Por eso, si nosotros -los que estamos en la tierra y no nos sentimos dueños del planeta ni de otros seres, y por tanto, tampoco cabemos en las estadísticas macroeconómicas- les impedimos a los reyes y marqueses jugar en silencio esta partida de ajedrez, las cosas serán muy distintas.

Y una de las primeras acciones que podemos emprender es comenzar a hablar sobre estos temas: a verbalizar nuestra experiencia, histórica y personal. Único modo de mantener íntegra nuestra dignidad, que -a pesar de lo que digan en sus medios- no se transa en el mercado de las pulgas, ni tampoco se vende en el supermercado de los plásticos.


Oregon, USA, Octubre de 1999.


Citas:

(1) "El espía que más sabe sobre Chile"
http://www,cl/diario/1999/10/03/03.51.3a.REP.WALTERS.html

(2) George, Susan. "Breve historia del neoliberalismo: 20 años de economía de élite y las oportunidades emergentes para un cambio estructural".
http://www.rcci.net/globalizacion/llega/fg099.htm

(3) "Ideas radicales para Occidente". (Cornelius Castoriadis tenía 75 años cuando falleció)
http://www.intercanal.com/posdata/980220/separata/separata.html

 

 

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