Ladrones, marginales e inmigrantes ilegales
son responsables de buena parte de la indumentaria de las estrellas
del rock y el rap. Tan es así, que Michael Jackson podría
considerar a los presos de las prisiones estatales estadounidenses
como sus asesores de vestuario. En ocasiones, la moda
parece surgir de las zonas "poco respetables" de la
sociedad antes que del genio de diseñadores y empresas.
Cuando los presos latinos
ingresan a las cárceles norteamericanas, les es entregado
un uniforme compuesto por un pantalón y una camisa de
botones de color azul deslavado. Dada la complexión tradicional
de la población carcelaria estadounidense, aún
las tallas más pequeñas de estas prendas resultan
enormes para los latinos, delgados y de menor estatura. Como
una forma de reivindicar su origen racial, los latinos no adaptaron
las prendas a su tamaño, dejando que los pantalones se
arrugaran en sus tobillos y que sus camisas colgaran sueltas
de sus hombros, disparando sin proponérselo una de las
modas mas usadas por miles de jóvenes en todo el mundo.
Las redes para el pelo que
usa Michael Jackson y un buen
número de "raperos" tienen también un
origen poco digno. Esas redes son usadas por los cocineros de
las prisiones (y los cocineros en general) para que sus cabellos
no caigan sobre los alimentos. Usar redes para el pelo en fiestas,
o simplemente en la calle, es algo común entre los habitantes
más pobres de las grandes ciudades estadounidenses. En
ese caso, el uso de la red actúa como reafirmador, también,
de la condición social y legal, no solo de la raza. Para
cuando ese accesorio llega a la cabeza de Michael Jackson, una
amplia red de mediaciones se ha interpuesto entre la estrella
y su reivindicación original.
Estrellas y descuentos
'Dickies' es una de
las marcas de ropa más populares entre las estrellas del
rock y el pop. Sin embargo, son las prendas más baratas
que se pueden conseguir en los supermercados de descuento. La
marca se especializa en producir "basics", es decir,
prendas básicas dentro de cada estilo, centrándose
sobre todo en ropa de trabajo. Sus pantalones pinzados de algodón
son similares a los que usaba Don Johnson en Miami Vice,
y son lo más parecido que se puede conseguir a los Armani
que este llevaba por menos de quince dólares. Los jóvenes
latinos de los barrios pobres, que no podían gastar cuarenta
o cincuenta dólares en unas bermudas Airwalk, solucionaron
el problema cortando sus Dickies de algodón debajo de
la rodilla. Por eso, cuando ya nadie quería parecerse
a Don Johnson y su espantoso look de 'fiolo' trasnochado, las
estrellas del rock y el pop (Beck y los Beastie Boys entre muchos
otros), no dudaron en incorporarse al giro que los latinos pobres
le habían dado a prendas tan convencionales y primarias
como las producidas masivamente por Dickies.
El caso de los Beastie Boys es aún más evidente.
Su propia grifa de ropa lleva por nombre X-tra Large, citando
en forma explícita los talles excesivos popularizados
por los presos latinos.
Otro ejemplo son las camisetas sin mangas ajustadas, la prenda
más barata que se puede conseguir en los Estados Unidos
sin ir a las tiendas del Ejército de Salvación.
También son fabricadas por Dickies (entre muchos otros)
y son visibles en cuanto vídeo rapero existe.
Autos viejos, baja
velocidad
También presentes
en cada video y película de raperos (mas si son gangsters)
están los viejos Chevrolet Impala. En los costosos clips
de Coolio, Dr. Dre y Snoop Doggie Dog, los elegantes y estlizados
autos saltan y bailan al ritmo de los "beats" de las
canciones. Estos saltos se obtienen gracias a la instalción
de sistemas hidráulicos en los vehículos conectados
al estereo, que envía señales con cada tambor y
bombo.
Contrariamente a lo que se podría pensar, el origen de
su revival tiene poco que ver con un regreso de la época
dorada hollywoodense o algun retorno parecido.
El sueño de todo inmigrante pobre que llega a los Estados
Unidos es comprarse un auto. Una vez obtenido el primer empleo,
esos inmigrantes suelen traer a sus familias desde su país
de origen. Cuando deciden comprar su primer vehículo,
suelen hacerlo tomando en cuenta estos familiares, en general
varios, y la utilidad del vehículo para el trabajo.
Los viejos Chevrolet Impala resultan mas que adecuados tanto
para transportar familias numerosas en sus amplios interiores,
como productos diversos en sus amplios maleteros. Al ir llenos
de gente y carga, los viejos automóviles resultaban lentos
y su amortiguación se resentía, circulando de esta
forma a baja velocidad, casi pegados al suelo. En los "freeways"
de California existe una velocidad mínima que debe ser
respetada a los efectos de que la indispensable fluidez de la
circulación vehicular quede asegurada.
Cuando los Impala de los inmigrantes circulaban en las autopistas,
lentos y casi rozando el suelo, eran detenidos por la policía
de Tránsito, que multaba a los conductores y, en ocasiones,
confiscaba los vehículos, dado que, tanto la baja velocidad
como la circulación de autos tan bajos en un "freeway"
son considerados peligrosos y, por ende, ilegales.
Como una forma de protestar contra lo que, desde su punto de
vista, era una arbitrariedad, los inmigrantes comenzaron a circular
a baja velocidad en las autopistas, en forma organizada e intencional,
sin carga o peso alguno que justificara su lentitud. Nuevamente,
las autoridades llevaron detenidos a quienes se manifestaban
de esta forma.
Así las cosas, los inmigrantes decidieron instalar sistemas
hidráulicos en sus autos, como forma de poder subir o
bajar a su antojo la altura de sus vehículos.
Actuando en forma conjunta,
cuatro o cinco viejos vehículos (entre los que predominaban
los Impala, por cierto) bloqueaban cualquier autopista, circulando
despacio y con sus chasis casi al ras. Cuando la policia se acercaba,
hacian funcionar sus sistemas y aumentaban la velocidad. Cuando
la policía llegaba hasta ellos, eran autos que circulaban
a velocidades y alturas normales.
El paso lógico a la instalación de estos hidráulicos
con fines reivinidicativos, fue su aprovechamiento con fines
de diversión y estatus: los sistemas se convirtieron en
indicadores de bonanza económica y prestigio social. Más
hidráulicos comenzaron a implicar mas dinero.
Es en este punto donde Coolio, Dre y la mayor parte de los raperos
afroamericanos toman el asunto: en cada uno de sus videos, los
Impala reciclados permiten a los protagonistas, entre salto y
salto, ganar mujeres y exhibir su éxito. La baja velocidad,
que era usada por los inmigrantes como elemento de protesta,
aparece en los videos de rap como una forma de ostentación
personal.
Con todo, todavía hoy la mayor parte de quienes reciclan
autos de los sesenta y setenta son latinos.
La moda en casa
Paseando por la rambla
montevideana, asistiendo a fiestas "raperas", visitando
disquerías especializadas, viendo exhibiciones de los
promocionados deportes "radicales" (especialmente el
skate en todas sus variantes) o simplemente mirando videos "raperos"
en MTV resulta notorio el predominio de ciertas prendas y accesorios.
Los pantalones y bermudas cinco talles más grandes, las
camisas y t-shirts extra grandes, las cadenas plateadas colgando
de la cintura son solo los mas repetidos.
En Uruguay todavía
no comenzó la moda de reciclar los viejos Impala y Mercury
(quizá nunca llegue), pero cualquiera que mire TV sabe
que esto ocurre en otras latitudes. No es menos cierto que, como
en cualquier parte del mundo occidental, no hay una sola "moda",
ni siquiera una sola "última moda".
Si bien es cierto que, tal como es visible en los medios y en
la gente que la lleva sobre sí, la "moda" es
creación de diversos diseñadores y/o empresas,
el origen de esas tendencias no siempre resulta tan obvio como
podría parecer. A la luz de los ejemplos señalados,
no es evidente por cierto que determinado corte de jean presentado
en el mercado en un momento dado, sea obra y gracia de la genialidad
de los responsables de alguna de las cuatro o cinco marcas fundamentales
en el rubro.
De alguna forma no parece increíble que en la "realidad",
la calle, los bares, los barrios, en definitiva, las ciudades
y su gente, esté la información con la cual esos
diseñadores desarrollan lo que se conoce como "moda".
En Uruguay, parte de esa "realidad" es también
la información que llega sobre otras "realidades".
Casi no es necesario apuntar que, tal y como circula hoy la información,
es más fácil saber qué ropa lleva un preso
estadounidense que la que tiene puesta un preso del Comcar.
* Publicado
originalmente en Insomnia, Nº 12
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