NOLTE, NICK - KAZAN, ELIA - HIJOS Y PADRES
Padres
e hijos de Hollywood*
Carlos
Rehermann
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El hijo rechaza a un padre demasiado parecido a
él: "Los hijos, decía Nietzsche, son siempre
los que educan a los padres, y por cierto, los hijos de todas
clases, incluso los espirituales. Sólo nuestras obras
y nuestros discípulos son los que dan al navío
de nuestra vida brújula y dirección" |
Pocos habrán
dejado de notar que cuando tenía 21 años,
el actor estadounidense Nick Nolte fue condenado a
45 años de cárcel por la venta de documentos falsos.
La sentencia fue suspendida. Uno de sus papeles mejor logrados
es el protagónico de Cabo de Miedo, de Martin Scorsese,
donde juega el rol de un abogado de ambigua moral y padre de
familia desencantado.
Scorsese realizó esa película basándose
en una versión anterior protagonizada por Gregory Peck
y Robert Mitchum. Ambos participan en la remake, donde Robert
De Niro actúa el personaje de un delincuente obsesionado
por la venganza.
Scorsese y De Niro
nacieron en Nueva York y
pasaron sus infancias en Little Italy. El director estudió
en la Universidad de Nueva York y el actor concurrió a
los cursos de Lee Strasberg, quien fundara en 1947 el Actor's
Studio con Elia Kazanjoglous, más conocido como Elia
Kazan.
En 1996, Kazan recibió
el Oso de Oro del Festival de Berlín por
su carrera como productor y director. En 1999, recibió
un Oscar por ese mismo motivo. Scorsese y De Niro fueron los
encargados de presentar a Kazan y de entregarle el premio. Aunque
la visión de Scorsese y su maniera no son las de Kazan,
su cine habría sido imposible sin la obra docente y artística
de éste. El universo gestual de las puestas en escena
de Scorsese arrancan de los cimientos fundados por Kazan. De
Niro le debe su carrera al Método del Actor's Studio.
Para ambos, Kazan no puede representar otra cosa que un padre.
Y así se comportaron los tres en el escenario de la entrega
del Oscar: dos hijos recibiendo al anciano, que los buscaba,
casi ciego, para besarlos y abrazarlos.
Pero Kazan nunca fue
despedido por "actividades antinorteamericanas" en
la época del senador McCarthy, a pesar de su antigua militancia
izquierdista. Algunos lo acusaron de delator: mientras sus colegas
eran obligados a emigrar, a esconderse detrás de seudónimos
y aún a huir de la justicia (porque
eran comunistas o porque alguien quería ocupar sus puestos
de trabajo), Kazan
se mantuvo en la línea de producción. De manera
que se sabía que muchos de los participantes de la entrega
de los Oscar de 1999 no aplaudirían cuando subiera al
escenario.
Entre estos últimos
estaba Nick Nolte. En Cabo de Miedo, hay dos papeles secundarios
que funcionan como puesta al desnudo de la ficción: Gregory
Peck, que en la primera versión de esa película
era el protagonista, un abogado justo y virginalmente irreprochable,
en la película de Scorsese es el defensor de Robert De
Niro, el ex delincuente que le hace la vida imposible a Nolte.
Robert Mitchum, que en la primera película era el malvado
vengador, defiende en la segunda a Nolte, que esta vez es un
hombre con más sombras que el que representaba Gregory
Peck.
La puesta al desnudo conecta inevitablemente la ficción
con el hecho cinematográfico, y construye una red
compleja de significados.
Nolte no aplaudió
a Kazan. Su personaje en la película es tan ambiguo como
supuestamente fue Kazan en su vida real. Y la propia vida de
Nolte -sus problemas con la justicia, sus papeles mercenarios
en decenas de películas perfectamente pro-norteamericanas
(es decir, cuasi fascistas) compone una interesante ambigüedad
si se contrasta con su negativa al aplauso.
Cuando se mira esa realidad desde la ficción, la puesta
al desnudo se invierte, y nos damos cuenta de cuán ficcional
es la realidad. Mirados Nolte frente a Kazan, también
es inevitable ver a un hijo frente a su padre, porque tampoco
Nolte habría sido posible sin Kazan. El hijo rechaza a
un padre demasiado parecido a él: "Los hijos,
decía Nietzsche,
son siempre los que educan a los padres, y por cierto, los hijos
de todas clases, incluso los espirituales. Sólo nuestras
obras y nuestros discípulos son los que dan al navío
de nuestra vida brújula y dirección".
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