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ISSN 1688-1672

 



PICASSO, PABLO - BUSCAR/ENCONTRAR -

La búsqueda*

Carlos Rehermann

Caminando por la orilla del mar, el paseante no busca algo específicamente definido, pero bien sabe que no encontrará un yak o una mesita Luis XV

Nadie habrá dejado de observar que Picasso dijo: "Yo no busco: encuentro". El tipo era, entonces, un encontrador. Si, estimulado por su éxito, alguien intenta seguir su prédica, dejará inmediatamente de buscar. Picasso tenía un talento especial para encontrar clientes. En cambio, otros van por ahí, igualmente desapasionados y ajenos a la búsqueda, y no encuentran ni uno. ¿Los habrá encontrado todos el Maestro? Pero probablemente el artista no se refería a los clientes, sino a la esencia del arte, o sea, a nuevos valores estéticos y respuestas o más bien preguntas que aclaren el sentido de la vida.

Numerosos admiradores sonríen con ternura al recordar las sabias palabras del gran pintor, a la vez que educan a sus hijos en el valor del tesón: el que busca, encuentra. Es cierto que quienes más hablan de sus búsquedas artísticas son los que nos muestran menos hallazgos, pero hay que ver los trabajos preparatorios del Guernika, o las series de grabados del artista, para darse cuenta de que el tipo buscaba con un frenesí casi maniático.

Ahora que el mundo está neblinoso y sumamente empresarial, conviene no desanimarse frente a ciertas frasecitas. No deja de ser curioso que Picasso y Hemingway encontraran a Gertrude Stein y mientras tanto hablaran de no buscar, y en cambio gente como Modigliani o Henry Miller se preocuparan de no encontrar mecenas parecidos.

Lo cierto es que no basta con decir "encuentro", porque detenerse a recoger una u otra cosa del suelo implica una decisión, es decir, cierto plan de búsqueda. Caminando por la orilla del mar, el paseante no busca algo específicamente definido, pero bien sabe que no encontrará un yak o una mesita Luis XV. No puede, por tanto, decir que sólo encuentra, pues por algún motivo está en la playa y no en el Tibet o en una mueblería. Así, pues, la frase de Picasso no puede interpretarse sino como una aviso de neón destinado a capturar adeptos, es decir, un medio de búsqueda poderoso y con un mercado objetivo bien definido: aquellos que tienen una debilidad por el personaje artista bohemio genial, capaz de emitir sentencias para adornar acápites o dar tema para una nota de prensa.

Entonces ¿buscamos o no buscamos? El problema de buscar es que resulta parecido a ponerse esos tapaojos que se colocan a los caballos para que no se distraigan: ya se sabe, el camino lo marca el dueño del carro. Y el problema con encontrar es que, pese a todo, uno está buscando. Por eso los budistas zen se sientan, quietos como piedras, y no buscan ni encuentran, y cuando alguien les pregunta algo, contestan cosas como : "la crema está bien, pero las alas no sirven para fumar", y el que preguntó anota todo en una libretita y se va a la casa a tratar de encontrar, buscando, un sentido a la respuesta. En el fondo, como dice un artista que conozco, cualquier monedita sirve.


* Publicado originalmente en Insomnia
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