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ISSN 1688-1672

 



LEIBNIZ, GOTTFRIED, W. - NUEVOS ENSAYOS SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO - ALFABETO DE LOS PENSAMIENTOS HUMANOS - DISSERTATIO DE ARTE COMBINATORIA - CHARACTERISTICA UNIVERSALIS - LULLE, RAYMOND -


G. W. Leibniz y la Characteristica Universalis (II)*

Adrián Icazuriaga
Los trabajos en combinatoria de Leibniz no tienen por objeto el cálculo, sino la concepción, más propia de la Lógica, de una lengua o escritura Universal. Ésta sería, según el propio autor la imagina, de una sencillez tal que facilitaría su aprendizaje y su repetición, puesto que su fundamento lógico reposa en el análisis de sus conceptos por reducción a términos simples. Constituiría así una suerte de alfabeto ideográfico, compuesto de símbolos que representan conceptos elementales o categorías

II. La Combinatoria

Según Leibniz, la matemática es la lógica de la imaginación. En los Nuevos Ensayos sobre el Entendimiento Humano (IV, XVII, § 7. pp. 586-587) afirma que la lógica corriente es, frente a la lógica sublime o matemática universal, lo que los rudimentos del abecedario son a la erudición.

A los catorce años concibió la idea que sería el germen de toda su Lógica(4). Había reparado que los "predicamentos" o categorías de Aristóteles sirven para ordenar los términos simples o conceptos dentro del orden que les corresponde en las proposiciones. Y se pregunta entonces, por qué no distribuir igualmente los términos complejos, es decir, las proposiciones o enunciados, dentro del orden que les toca en los silogismos, de tal forma que "pudieran deducirse unas de otras". Él llamaba a estas clases "predicamentos de enunciados", como las otras son "predicamentos simples". Sus tutores no le prestaron mucha atención y desalentaron sus esfuerzos. Ignoraban que éste era precisamente el método de los matemáticos y los geómetras, cuando ordenan sus teoremas según el orden en que se deducen unos de otros.

Llega así a establecer que todas las verdades pueden ser deducidas de un puñado de verdades simples y que todas las ideas pueden ser reducidas, por descomposición, a un pequeño número de ideas primitivas e indefinibles. De esta forma, se afana en encontrar y clasificar todas las ideas simples y de cuya combinación procederían todos los pensamientos complejos por un método infalible. Surge con ello el "Alfabeto de los pensamientos humanos", donde todas las nociones derivadas no serían más que combinaciones de nociones fundamentales.

En Dissertatio de Arte Combinatoria, afirma que una de las principales aplicaciones de la combinatoria es la Lógica y, en particular, la "lógica de la invención", aquella que permite combinar las nociones simples para encontrar todas las verdades que se desprenden de su relación. Inspirado en las ideas de Raymond Lulle, comprende que una proposición es una combinación de dos términos, sujeto y predicado, por lo tanto, el problema fundamental de la lógica de la invención revierte a: "Dado un sujeto, encontrar todos los predicados posibles, dado un predicado, encontrar todos los sujetos posibles". En otras palabras, encontrar todas las proposiciones verdaderas en las que un concepto figura, ya sea como sujeto, ya sea como predicado. Por ejemplo, todas las proposiciones posibles entre 9 términos serían:

C = n!/[(n-p)!.p!] = 9!/[(9-2)!-2!] = 36

Lulle idea un método general para formar todas las proposiciones posibles
(5), construyendo una tabla de categorías, repartidas en 6 series y distinguiendo: 9 atributos absolutos (bonitas, magnitudo, duratio, etc.), 9 relaciones (differentia, concordantia, contrarietas, etc.), 9 cuestiones (utrum, quid, quare, etc.), 9 sujetos (deus, homo, angelus, etc.), 9 virtudes (justitia, prudentia, fortitudo, etc.) y 9 vicios (avaritia, gula, luxuria, etc.). Dentro de cada serie, el número de combinaciones que pueden formar los 9 conceptos tomados de 1 en 1, de 2 en 2, etc., es: 2 a la novena - 1= 511.

Si uno combina una combinación de cada serie con una combinación de cada una de las otras, obtiene el número total de proposiciones posibles:

p = 511 a la sexta = 17.804.320.388.674.561

Sin embargo, Leibniz critica duramente a Lulle, tanto por la elección arbitraria de los conceptos como por su número, artificialmente fijado a 9, que le permite obtener una simetría ficticia. De la misma forma, las virtudes y los vicios no conforman ninguna noción primitiva y universal. La invención de Lulle es más un tópico de la Retórica que un instrumento útil para las cuestiones filosóficas.

Leibniz parte de un cierto número de conceptos simples, éstos son los términos de 1er orden, que incluirá dentro de una misma clase
(la primera) y representados por números, por ser el signo más sencillo. Los términos de 2º orden, incluidos en una segunda clase, se obtienen de combinar dos a dos aquellos de la primera. Los de 3er orden, incluidos en una tercera clase, se obtienen al combinar los de la primera tres a tres, y así ad infinitum. El término resultante, compuesto de términos simples, se representa por el producto simbólico de los números correspondientes. Para simplificar la escritura y las definiciones, cada término de 3er orden será el producto de un término del 1º por un término del 2º; cada término de 4º orden será el producto de dos términos de 2º o de un término de 1º y uno de 3º, y así sucesivamente. La fracción designa los términos de orden superior al 1º, donde el denominador indica el número de orden de la clase, y el numerador el número del término dentro de esa clase. Así:

½ designa el 1er término de la 2ª clase
2/3 designa el 2º término de la 3ª clase, etc.

Por ejemplo, dados los siguientes cuatro términos simples:
3, 6, 7, 9

Se obtienen los seis términos de 2º orden
(numerados por orden):

1: 3.6, 2: 3.7, 3: 3.9, 4: 6.7, 5: 6.9, 6: 7.9

Un mismo término de la 3ª clase será representado por:
(1/2).9, (3/2).6, (5/2).3

Todas equivalentes a: 3.6.9

Si k es el número de términos simples que entran en la definición de un término (por ejemplo, 2, 3, 5, 7 son términos simples o factores primos en la definición de 210, tal que 2.3.5.7 = 210), el número de predicados
(de divisores) posibles y diferentes, será tanto como el número de combinaciones de k letras, en total:

2
a la k - 1
En el ejemplo anterior, k=4, luego existen:
4 combinaciones de uno en uno
6 combinaciones de dos en dos
4 combinaciones de tres en tres
1 combinación de cuatro en cuatro
15 combinaciones en total

Por otra parte, cada combinación de:

1 término, da lugar a 2
a la 1 - 1 = 1 combinación.
2 términos, da lugar a 2
a la 2 - 1 = 3 combinaciones (AB, BA, A.B).
3 términos, da lugar a 2
a la 3 - 1 = 7 combinaciones (ABC, BAC, ACB,…, A.B.C).
4 términos, da lugar a 2
a la 4 - 1 = 15 combinaciones.

E inversamente, dado un término, encontrar todos los sujetos posibles. Como cada término es un predicado en todos los productos donde él figura, se trata de encontrar todas las combinaciones que contienen una combinación dada. Si k es el número de factores simples (primos) de la combinación dada, y n es el número total de términos simples, el número de combinaciones buscadas es el número de combinaciones posibles de los (n - k) otros términos, así:
2
(n-k) - 1


Y como el término dado puede ser su propio sujeto en la proposición idéntica p, esto corresponde a la combinación de cero términos. Así, definitivamente, queda:


2
(n-k) - 1 + 1 = 2(n-k) combinaciones posibles

Las ideas planteadas en esta obra de juventud, a pesar de algunos errores de cálculo debidos a la propia inexperiencia del autor y su escaso dominio de las matemáticas a esa temprana edad, servirán de base a ulteriores investigaciones. En concreto, a cada concepto simple o categoría habrá de corresponderle un nombre o signo simple en el "Alfabeto de los pensamientos humanos", instrumento de una nueva Característica Universal.

III. La Lengua Universal

Los trabajos en combinatoria de Leibniz no tienen por objeto el cálculo, sino la concepción, más propia de la Lógica, de una lengua o escritura Universal. Ésta sería, según el propio autor la imagina, de una sencillez tal que facilitaría su aprendizaje y su repetición, puesto que su fundamento lógico reposa en el análisis de sus conceptos por reducción a términos simples. Constituiría así una suerte de alfabeto ideográfico, compuesto de símbolos que representan conceptos elementales o categorías. Esta idea, propia del espíritu intelectual del Renacimiento, que en la renovación de las Ciencias y la Filosofía había dejado al descubierto la unidad fundamental del espíritu humano, hacía posible una unión internacional de naciones y pueblos. Su concreción sería una lengua universal, la Characteristica Universalis, que sustituiría definitivamente todas las lenguas regionales. Descartes tuvo también este sueño, y lo consideró un proyecto viable.

En un opúsculo titulado Lingua generalis, de 1678, Leibniz enuncia su primer sistema de cálculo según su método combinatorio. Para expresar que el hombre es un animal racional, representa, por ejemplo, en sus términos simples, animal por 2 y razonable por 3. "Hombre" será el producto ideal 6, de suerte que la igualdad:

6 = 2 . 3

correspondería a la identidad lógica,

hombre = animal . racional

Si bien el problema no se solucionaba tan fácilmente. En vez de crear una lengua a priori de este tipo y, en definitiva, puramente convencional, Leibniz se plantea el proyecto más ambicioso y difícil de adoptar un método a posteriori. Tomará como punto de partida las lenguas vivas y extraerá, mediante un análisis lógico, por una parte las ideas simples, y por otra parte, una gramática racional que simplifique y regularice los fundamentos de las diferentes lenguas.

Hablamos de un lenguaje reducido a los términos estrictos de las necesidades de expresión del pensamiento. Los términos simples serán aquellos términos del discurso que no se pueden definir por descomposición y deberán se recorridos como el hilo de Ariadna en la trama del pensamiento. Así, estudiará las palabras, las locuciones hechas y los proverbios. De la sintaxis estudiará las declinaciones, conjugaciones, partículas, reduciéndolas al mínimo posible. Construirá una gramática racional, sin irregularidades y sin excepciones.

La búsqueda de esta lengua universal y filosófica presupone a la larga una doble y hercúleo trabajo. Por un lado, la reducción de todos los conceptos a elementos simples, lo que equivale, al mismo tiempo, al análisis de la veritabilidad de estos conceptos y a la edificación, mediante principios simples y evidentes, de una Enciclopedia Demostrativa. Por otra parte, una vez que los conceptos primitivos están determinados y clasificados, habrán de ser representados por caracteres apropiados, en esto consiste, precisamente, la elaboración de una Caractrístique Universelle.

La silogística y la combinatoria, por tanto, desembocan en la Enciclopedia y la Característica. Las cuales, a su vez, se complementan mutuamente y deben ser desarrolladas a un tiempo y paralelamente.


Barcelona, 17/VIII/2003


Notas:

(4) Obras de Leibniz, vol. I. § Vida de Leibniz (trazada por él mismo).

(5) Ars magna, 1669.

Estudios y Consulta

COUTUART, Louis. La logique de Leibniz (D'après des documents inédits), Félix Alcan Editeur, París 1901.
RUSSELL, Bertrand. Exposición crítica de la filosofía de Leibniz, Siglo Veinte, Bs. As. 1977.
BURNHAM, Douglas. G. W. Leibniz (1646-1716) Metaphysics, The internet Encyclopedia of Philosophy.
COPLESTON, Frederick. Historia de la Filosofía vol. IV, Ariel, Barcelona 1996.

Bibliografía

Methodus Vitae (Escritos de Leibniz), Vol. I-III. Edición de Agustín Andreu. Universidad Politécnica de Valencia.

Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano, Introducción y traducción de J. Echeverría Ezponda, Ed. Alianza, Madrid 1992.

Tratados Fundamentales, incluye Nuevo sistema de la Naturaleza, Monadología, Principios de la Naturaleza y de la Gracia, etc. Ed. Losada, Bs. As. 1946.

Discurso de Metafísica, Introducción y notas de Julián Marías, Ed. Alianza, Madrid 1986 (artículo original en "Revista de Occidente", 1942).

Teodicea, ensayo sobre la bondad de Dios, la libertad del hombre y el origen del mal, Ed. Claridad, Bs. As. 1946.

Observaciones críticas sobre los Principios de filosofía cartesianos, Ed. Gredos, Madrid 1989.

Obras de Leibniz, Vol. I-V, traducción de D. Patricio de Azcárate, Ed. Casa Editorial de Medina, Madrid.


* El presente ensayo fue presentado como trabajo de campo en el Departamento de Lógica de la UNED, Madrid, en Agosto de 2003. Los errores u omisiones que el mismo pueda contener son aportaciones personales del autor, las ideas originales pertenecen al Profesor Coutuart, de cuya obra definitiva, La Logique de Leibniz (1901), se extrajo todo lo claro y comprensible.

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