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ISSN 1688-1672

 



HUMANIDADES - ITERABILIDAD - OTRO -


El porvenir de la filosofía

Freddy Puentes

Pablo Oyarzún nos llama a “abandonar el formato tradicional de la enseñanza de la filosofía basado en la historia de la filosofía”, a no creer que “ya todo ha sido pensado y planteado”, que la filosofía “no toma “lo humano” ni la “vida” como un dato o un hecho consumado” y que en la relación entre filosofía y sociedad hay siempre un encuentro entre reflexión y experiencia, identidad y alteridad, entre el concepto y “lo inevitablemente otro”.


A Bruno Mazzoldi

 

En esta época del archivo, donde la “ontología social”(1) del “nuevo realismo analógico”(2) critica al postmodernismo, correlacionismo y constructivismo(3), sugiriendo que “el mundo real” desde siempre ha sido soporte de documentos, inscripciones y registros, es decir, hechos por interpretar, un heredero del pensamiento de  la alteración vuelve a pensar las Humanidades, no desde la “perspectiva de lo universal” o del concepto sino desde aquello que, bajo el nombre de “excepción”,  resiste cualquier asimilación y, que al hacerlo, “pone al descubierto los límites de todo sistema, síntesis y auto-contención”(4).

¿Cuál sería el futuro de las Humanidades en esta sociedad donde hay una “absoluta desaparición del secreto”(5)? Desde el estilo y el pensamiento experimental de Kierkegaard , cuya recurrencia a la forma inusual del participio presente en el nombre de una de sus obras implica un movimiento repetitivo e  inconcluyente(6), Samuel Weber responde desde la “estructura diferencial” de la “iterabilidad”, dimensión heterogénea de toda repetición: ”Debe consistir, más bien, en la apertura de y hacia la heterogeneidad “(7).   Weber expresa que es necesaria esta noción casi transcendental de “iterabilidad” porque “nada puede ser reconocido como idéntico a sí mismo”(8), nada puede ser conocido “sin ser primero reconocido”, es decir, repetido(9). Se trata aquí de indicar que esas formas de repetición como “la temporalidad”, “la memoria”, “el olvido”, retornan siempre, y que Descartes “trató de excluir del Cogito(10). Si la tarea de las Humanidades es “repensar lo singular”(11), que no es lo individual, entonces este resto, “que queda después de que el proceso de iteración cierra su círculo”(12) es lo que le interesa, como diferencia irreductible a la semejanza, a Lévinas y Derrida(13). La “repetición” en Kierkegaard -quien utiliza en danés una palabra compuesta(14) que quiere decir, por su relación con el inglés, “tomar otra vez- es un término contrario a su alternativa hegeliana “mediación”(Vermittlung)(15). La identidad presupone la repetición y, al hacerlo, implica tanto la alteración como la similitud y, ante la pregunta de la posibilidad o no de la repetición, Kierkegaard afirma que “hay, sin embargo, una repetición”(16).

Weber, justificando por qué donde hay repetición la tecnología y la telecomunicación están relacionadas, recuerda el ensayo de 1936 de Walter Benjamin llamado “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica”, subscribe que “el modo de ser de la tecnología moderna es repetitivo y reproductivo”, “reproductibilidad intrínseca” de la obra de arte que implica la repetición, es decir, la inscripción, como por ejemplo , la cinematografía, la fotografía, la videografía. Los “efectos de expropiación” de “la repetición”(Gjentagelse) kierkegaardiana no son definidos en términos negativos o privativos, es decir, “como pérdida o falta sino como una posibilidad de libertad”(17) según una idea absolutamente distinta de aquella que la define en “términos de autonomía individual y auto-realización”(18), posibilidad aporética de la repetición que está más allá de una solución o resolución simple y que rechaza cualquier equivalencia. Ante esta aporía o “sin salida”  o “sin paso” el texto de Kierkegaard “La repetici��n, un ensayo de psicología experimental” propone las nociones de “experimento” y la dimensión de la teatralidad –que en alemán como en danés se llama “posse” (“farsa“). El experimento aquí es un ensayo para articular lo singular “sin disolver por completo sus diferencias en la similitud de lo universal”(19). Si el conocimiento experimental “está basado en el participio pasado”(20) el “participio presente” se mueve en un sentido “más transicional(21). La acción teatral, de un modo u otro, ya no es aquí “asunto de representación ni de contemplación” sino que, al tener lugar en el escenario, se vuelve performativa(22), acción más real que la del teatro tradicional.

Después de pensar la desconstrucción como “acontecimiento”, es decir, como “experiencia afirmativa de la venida del otro como otro”, otro inesperado por mí, otro absolutamente otro “que yo no esperaba”(23) lo que queda es transformar singularmente la herencia recibida, estudiar la inapropiabilidad y la contradicción misma de la lengua como, a través de sus obras, lo hacen pensadores que convierten el “punto de mira” de la “perspectiva” en “enjambre”, “examen  -recuerda Bruno Mazzoldi- según uno de los olvidados empleos de la palabra”(24). Pensadores como Pablo Oyarzún nos llaman a “abandonar el formato tradicional de la enseñanza de la filosofía basado en la historia de la filosofía”, a no creer que “ya todo  ha sido pensado y planteado”, que la filosofía “no toma “lo humano” ni la “vida” como un dato o un hecho consumado” y que en la relación entre filosofía y sociedad hay siempre un encuentro entre reflexión y experiencia, identidad y alteridad, entre el concepto y “lo inevitablemente otro”(25). Si lo social sería “un sistema general de protección”(26) del “asalto de la otredad” entonces esta relación es necesario pensarla. Aquí, siguiendo a Oyarzún, designamos “la dimensión de la otredad” con la palabra “experiencia”. La enseñanza, según el sentido de la modernización, quiere decir que aquella, según el profesor chileno citado, “se dirige a la formación de ciudadanos y a la capacitación para el desempeño laboral”. Esta concepción, como también la de entender “el lenguaje desde la categoría de comunicación”, han sido puestas en crisis “a través de la interrogación y el debate”. Las Reformas teleológicas que se han hecho del Currículo de Filosofía , en países como Colombia y Chile, los objetivos que promueven, no tienen su centro en la enseñanza sino en el aprendizaje, van desde competencias como las del análisis, interpretación, síntesis de información para comprender sistemáticamente procesos y fenómenos; comunicación de ideas, opiniones y sentimientos, hasta el  “manejo de la incertidumbre y adaptación al cambio”, cuestionadas por Oyarzún.

Una vez más esa doble exigencia de Derrida, recordada por Patrice Vermeren, de “defender incondicionalmente la filosofía y su enseñanza contra todo aquello que amenaza su existencia, y de interrogarse constantemente sobre su origen, su destinatario y sus límites”(27) está aquí en escena como también, según Derrida en “Las antinomias de la disciplina filosófica”, “el carácter inseparablemente heterodidáctico y autodidáctico de la enseñanza filosófica”(28). Después de haber leído a este heredero de Derrida, que es Samuel Weber, entendemos una vez más, cada vez de un modo absolutamente singular, la necesidad de una educación para la diferencia afirmativa, reconocimiento de la alteridad irreductible del Otro y no simplemente la aceptación de ese “fenómeno de estandarización” al que nos somete el modelo de gestión de las “sociedades del conocimiento”, como lo hace el Ministerio de Educación Nacional a través de sus portales informáticos, “administración narrativa”, como indica Juan Duchesne Winter.

Octubre 14 de 2016, Institución Educativa Rural
de Puerto Limón, Putumayo, Colombia.


Notas
:

1.Ferraris,Maurizio.”Reconstruir la desconstrucción bajo la bandera del realismo”- entrevista hecha por Maria Albérgamo- , Traductor Alfredo Taberna, pp.117-133,p.129
2-3 Ferraris,M. Op.cit.,p.120
4.Weber,Samuel(2014).”El futuro de las humanidades: Experimentando”. Revista Co-herencia, Volumen 11,No. 20, Enero-Junio, pp. 13-38, Medellín, Colombia, p.36 –Traducción de Juan Manuel Cuartas Restrepo y revisión de Yasmín López-
5.Ferraris,Maurizio,Op.cit.p.125
6.Weber,S.,Op.cit.,p.32
7.Weber,S.,Op.cit.,p.36
8-9 Weber,S.,Op.cit.,p.25
10.-11-12-13 Weber,S.,Op.cit.,p.26
14.Weber,S.,Op.cit.,p.28  Escribe Weber en esta misma página de la traducción castellana que la palabra “Gjentagelse” en danés están compuesta por “gjen”(relacionada con la palabra inglesa “again” que, en español, quiere decir “otra vez” y “tagelse”(relacionada con la inglesa “take” que, en castellano, significa “tomar”. Según esta descomposición o análisis morfológico el vocablo danés empleado por Kierkegaard significa “tomar otra vez”  y “repetir” es justamente eso.
15.Weber,S.,Op.cit.,p.27
16.Weber,S.,Op.cit.,p.29  cita que hace de Kierkegaard, Sören.(2009).”La repetición, un ensayo de psicología experimental” –traducción directa del danés y notas de Demetrio Gutiérrez Rivero. Madrid: Alianza
17-18 Weber,S.,Op.cit.,p.31
19-20-21 Weber, S. Op.cit.,p.32
22.Weber,S.,Op.cit.,p.33
23.Vermeren,Patrice(2012).”La aporía de la democracia por venir y la reafirmación de la filosofía”. Revista Enrahonar, No. 48,pp.85-94,p.87
24.Mazzoldi,Bruno(2013).A veces Derrida .Bogotá: Universidad Externado de Colombia,p.101 . El “Breve diccionario etimológico de la lengua española”(2001), de Guido Gómez de Silva, México, Fondo de Cultura Económica, dice que la voz “enjambre” viene del latín vulgar “examine” y que es un caso acusativo de “examen”, del latín “examen” que quiere decir  ‘enjambre’, “de exigere  ‘echar, empujar hacia fuera, dirigir hacia fuera ‘  “, p. 255
25.Oyarzún,Pablo(2006)”La filosofía en la Enseñanza Media”. Archivos –Artículos,Ensayos,Conferencias,No.1,pp.15-24,p.23
26.Oyarzún,P.(2006),Op.cit.,p.23, pero el chileno en las “Notas” de la página 24,después de suponer que la “polis” y la “societas” se fundan en un  “interés originario” apotropaico, precisa que el concepto de “protección” debe entenderse según “la impronta etimológica” a la que ya se ha referido: “la apotropé no es una condición que ponga a salvo del mal, sino una operación que consiste en desviarlo (apotrépo) .La eficacia apotropaica del sistema de lo social consistiría, entonces, en desviar la fuerza desviadora(“maligna”) que es peculiar de la experiencia como tal”.
27.Vermeren,P.(2012).Op.cit.,p.89
28.Vermeren,P.(2012).Op.cit.,p. 92

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