Los medios de comunicación del siglo XX se caracterizaron
por la concentración del polo emisor y la expansión
del polo receptor. La discusión sociológica y política
en torno a los medios de comunicación de masas se centró,
desde los años sesenta, en la asimetría del modelo
emisor > receptor.
Internet es un medio de comunicación
que se comporta de un modo para el que aún nadie ha logrado
dibujar un modelo. No hay dudas de su carácter masivo:
más de sesenta millones de computadoras tienen hoy acceso
a Internet. Aunque la tasa de crecimiento está disminuyendo
(de casi un 300 por ciento anual ha pasado a un 150 anual este
año), a fines de 2002 habrá mil millones de usuarios,
y por más que la tasa de crecimiento siga disminuyendo,
en 2005 habrá en el mundo tantos hosts -máquinas
conectadas a la red- como televisores.
Pero
el rasgo revolucionario (sedicioso, para algunos) es la enorme
cantidad de dominios que existen. Cuando se escribía esta
nota, a las 20 horas del 28 de diciembre de 1999, había
12.844.887 dominios registrados en todo el mundo: unos 5 receptores
por cada emisor, lo cual establece una clase de masividad radicalmente
distinta a la de los medios tradicionales. Si todos los habitantes
del planeta fueran receptores, la relación sería
de poco más de 500 por cada emisor.
La
tasa de crecimiento de sitios es superior a la de hosts.
Esto probablemente terminará por reducir aún más
la relación numérica emisor-receptor. Si las tasas
de crecimiento mantienen estable su evolución, la relación
futura receptores/emisores se estabilizará hacia 2010
en 70 a 1.
Si
hasta ahora el acceso de los individuos a las tecnologías
de la comunicación se limitaba al polo receptor, la compra
de un equipo informático en la actualidad les permite
convertirse en emisores. Desde ahora, si una persona tiene algo
que vale la pena comunicar, lo puede hacer, desde su casa, con
un costo prácticamente nulo, casi en un pie de igualdad
con los más poderosos portales de Internet que conocemos
en la actualidad. El casi radica, sin embargo, en el carácter
emisor-contraído/receptor-expandido de los medios masivos
tradicionales.
En
el fondo de la caja de Pandora
Para darse a conocer al mundo, los sitios de la red de redes
(WWW, World Wide Web) publican avisos en los medios tradicionales.
Por eso, son más exitosos los sitios que están
respaldados por grandes capitales capaces de invertir dinero
en publicidad. Pero cuando haya más usuarios de Internet
que televidentes, probablemente será la televisión
la que avise en la red.
La
evolución de los buscadores permitirá a los usuarios
encontrar, en los más de cien millones de dominios que
habrá dentro de una década, los temas que verdaderamente
le interesan. Y, cumpliendo la fantasía de los sociólogos
que en los años setenta reclamaban el derecho de respuesta
de los receptores, podrán responder con facilidad al emisor.
De hecho, uno de cada 70 usuarios-o tal vez más- tendrá
su propio sitio en la red, es decir, será un emisor.
No es arriesgado pronosticar un cambio radical de los emisores
masivos tradicionales -prensa, televisión, radio- antes
de finalizada la primer década del siglo XXI.
Se
buscarán tecnologías que actúen dentro de
la red canalizando grandes grupos de receptores hacia un número
reducido de emisores, pero Internet se comporta como un gran
generador de homeóstasis de las comunicaciones planetarias.
O, para quienes no se adapten a los cambios, tal vez sea mejor
decir que en el fondo de la caja de Pandora está Internet.
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