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ISSN 1688-1672

 




Menos masividad hace al medio más masivo: emisor, receptor, y viceversa


Carlos Rehermann

Internet es un medio de comunicación que se comporta de un modo para el que aún nadie ha logrado dibujar un modelo. No hay dudas de su carácter masivo: más de sesenta millones de computadoras tienen hoy acceso a Internet


Los medios de comunicación del siglo XX se caracterizaron por la concentración del polo emisor y la expansión del polo receptor. La discusión sociológica y política en torno a los medios de comunicación de masas se centró, desde los años sesenta, en la asimetría del modelo emisor > receptor.

Internet es un medio de comunicación que se comporta de un modo para el que aún nadie ha logrado dibujar un modelo. No hay dudas de su carácter masivo: más de sesenta millones de computadoras tienen hoy acceso a Internet. Aunque la tasa de crecimiento está disminuyendo (de casi un 300 por ciento anual ha pasado a un 150 anual este año), a fines de 2002 habrá mil millones de usuarios, y por más que la tasa de crecimiento siga disminuyendo, en 2005 habrá en el mundo tantos hosts -máquinas conectadas a la red- como televisores.

Pero el rasgo revolucionario (sedicioso, para algunos) es la enorme cantidad de dominios que existen. Cuando se escribía esta nota, a las 20 horas del 28 de diciembre de 1999, había 12.844.887 dominios registrados en todo el mundo: unos 5 receptores por cada emisor, lo cual establece una clase de masividad radicalmente distinta a la de los medios tradicionales. Si todos los habitantes del planeta fueran receptores, la relación sería de poco más de 500 por cada emisor.

La tasa de crecimiento de sitios es superior a la de hosts. Esto probablemente terminará por reducir aún más la relación numérica emisor-receptor. Si las tasas de crecimiento mantienen estable su evolución, la relación futura receptores/emisores se estabilizará hacia 2010 en 70 a 1.

Si hasta ahora el acceso de los individuos a las tecnologías de la comunicación se limitaba al polo receptor, la compra de un equipo informático en la actualidad les permite convertirse en emisores. Desde ahora, si una persona tiene algo que vale la pena comunicar, lo puede hacer, desde su casa, con un costo prácticamente nulo, casi en un pie de igualdad con los más poderosos portales de Internet que conocemos en la actualidad. El casi radica, sin embargo, en el carácter emisor-contraído/receptor-expandido de los medios masivos tradicionales.

En el fondo de la caja de Pandora


Para darse a conocer al mundo, los sitios de la red de redes (WWW, World Wide Web) publican avisos en los medios tradicionales. Por eso, son más exitosos los sitios que están respaldados por grandes capitales capaces de invertir dinero en publicidad. Pero cuando haya más usuarios de Internet que televidentes, probablemente será la televisión la que avise en la red.

La evolución de los buscadores permitirá a los usuarios encontrar, en los más de cien millones de dominios que habrá dentro de una década, los temas que verdaderamente le interesan. Y, cumpliendo la fantasía de los sociólogos que en los años setenta reclamaban el derecho de respuesta de los receptores, podrán responder con facilidad al emisor.


De hecho, uno de cada 70 usuarios-o tal vez más- tendrá su propio sitio en la red, es decir, será un emisor.
No es arriesgado pronosticar un cambio radical de los emisores masivos tradicionales -prensa, televisión, radio- antes de finalizada la primer década del siglo XXI.

Se buscarán tecnologías que actúen dentro de la red canalizando grandes grupos de receptores hacia un número reducido de emisores, pero Internet se comporta como un gran generador de homeóstasis de las comunicaciones planetarias. O, para quienes no se adapten a los cambios, tal vez sea mejor decir que en el fondo de la caja de Pandora está Internet. 

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