En el momento de establecer
quién era Marcelina Almeida, Virginia Cánova se
encontró con que no existían datos biográficos
seguros sobre ella. La autora no figura en ninguno de los manuales,
diccionarios, bibliografías o estudios críticos
de la literatura uruguaya. Sólo se encontró una
referencia en el Diccionario de seudónimos del Uruguay
de Antonio Scarone. En el índice de esta obra aparece su
nombre registrado con sus dos apellidos: Almeida Abel, Marcelina.
Scarone confecciona su ficha en base al anagrama del nombre de
la autora que Francisco Acuña de Figueroa (tan galante)
emplea en la poesía que le dedica en Semanario Uruguayo:
Reine mi bella aclamada. Esta poesía también
se publica en Por una fortuna una cruz, páginas
5-7 y Acuña de Figueroa aclara al final de la misma: He
aquí otro nuevo y oportuno anagrama -Perdón si he
revelado el seudónimo,
bien conocido ya, con que la modesta escritora disfraza sus numerosos
y bellos artículos periódistas. Según
Acuña la escritora firmaba sus artículos con el
seudónimo Abel.
Con respecto a sus datos biográficos, Cánova concluye
que Marcelina Almeida habría nacido en Argentina y se
habría radicado muy joven en Uruguay en base a ciertas
reflexiones que la autora dirige al público Oriental
como preámbulo de su novela (Montevideo es mi segunda
patria: la tierra de mis simpatías y de mi juventud. La
amo tanto, como á la patria de mi madre: como á
la patria de mi nacimiento!) y a la citada poesía
de Acuña de Figueroa (/.../Salve dulce clavellina/De
Oriente honor especial!/De Oriente, si! Marcelina,/Que aunque
has nacido arjentina/Has florecido Oriental/.../).
Con respecto a la producción literaria de Almeida, Cánova
recoge un cuento y varias poesías y artículos aparecidos
en La Aurora y en Semanario Uruguayo. Sin embargo,
Acuña se refiere a una novela de la autora anterior a
Por una fortuna una cruz (Muy niña publicó
aquí su primera novelita, bastante correcta, donde ya
brillaban los destellos de una alta inspiración)
y Semanario Uruguayo da cuenta de que además de
la novela, la autora iba a publicar una colección
de poesías orijinales y podemos augurarle un écsito
feliz /.../ obras que no han sido halladas. Por otra parte,
y según lo indican varios artículos aparecidos
en la prensa de la época, existió también
una publicación por entregas de Por una fortuna una
cruz.
* Publicado
originalmente en Insomnia, Nº 33
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