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En el sentido más simple del
término una filosofía es un modus vivendi, es una relación
entre pensar, ser, hacer y lenguaje. Toda filosofía tiene su propia
ética en relación al cuerpo, al deber ser, al pensar, a lo real y lo
posible, lo que se siente y cómo se siente, su estética, interior y
exterior del organismo – por ello las filosofías también contemplan
la ecología de manera directa o indirecta –. Pero no es sólo esa
lógica de la particularidad lo que se puede considerar en las
filosofías, es más amplio, es lo que se ha venido a llamar ley, es
decir, una lógica es como una ley porque delimita lo correcto y lo
equívoco, los márgenes, límites, normas y el estado de excepción, lo
correcto y lo incorrecto, da un encuadre para lo que está dentro de
esa filosofía y lo que queda fuera, en pocas palabras se trata de
una forma y cuando uno está en la forma que tiene determinada
filosofía entonces uno es adepto a esa filosofía(forma).
0.5
Cambiemos forma por pensamiento
para evitar confusiones, pero también porque carece de la perversión
y el desgaste que sufre decir filosofía, ética, lógica y ley. Aunque
en varias ocasiones en este pensamiento de la estupidez su carácter
de pensamiento quede tambaleando en la concepción que se tiene de él
mediado sobre todo desde el positivismo, porque pareciera que en el
pensamiento de la estupidez no siempre se piensa, pero eso es sólo
un problema cuando está considerando pensar de manera razonante y no
con un lógica propia, como diría Homero Simpson: “No pienso en
nada, respeto a los que piensan.” Fuera de los que piensan,
Homero piensa; muy a su manera, a su propia lógica, con su propia
ética, siguiendo su filosofía, en un pensamiento de la estupidez.
Homero el filósofo.
1
Es necesario no hablar del
pensamiento de la estupidez de una manera estúpida, mucho menos
decir de él puras estupideces.
La estupidez, ante todo, aparece como una especie de polo inverso
con la Razón Ilustrada. Aunque si bien hay diferencias plantearlo en
términos de contrario sería riesgoso pues hasta la estupidez tiene
sus razones aunque no razone de ellas ni de sus consecuencias, tiene
la cualidad de que su razón sea irracional. Por ello valdría mejor
llamarle pensamiento que razón, aunque lo idóneo sería no usar
ninguna de esas dos palabras pues la estupidez no piensa ni razona
en los términos y acepciones con los que han sido definidos esos
conceptos, ya que para la estupidez los diccionarios, cuando menos,
son aburridos, porque son de otra postura, de otro lenguaje, de otro
dogma que no es compatible. Se trata de dos formas, de dos tipos de
filosofía, de ética, así como hay una filosofía en los estoicos, en
los epicúreos, una filosofía acética, filosofía judeo-cristiana,
menonita, hippie, budista, maoísta, hindú, zen, confuciana,
comunista, una filosofía en el “preferiría no hacerlo” de Bartleby,
en Sade, en la vida sexual de Catherine Millet, la Filosofía de
la A a la Z de Warhol. Y todos tenemos más de una. Combinatorias
de pensamientos en un mismo organismo que permiten liderar con el
mundo, como el Dr. Jekill y Mr. Hyde, cada uno logra hacer cosas
diferentes, tienen posturas desiguales ante un mismo elemento,
discrepan pero también pueden asemejarse sus posicionamientos. En el
caso del Dr. Jekill y Mr. Hyde existe un punto intermedio, el momento de
transición el cual pudiera pensarse también en términos de ética,
esos momentos poco explorados de lo neutro por combinatoria donde lo
más avanzado se sitúa en aspectos de sexualidad: Queer, transexual,
andrógino los cuales son como la transición prolongada hacia un
polo. Pero en el Dr. Jekill y Mr. Hyde el intermedio causa estática
del cuerpo mientras se transforma; no piensa ni como uno ni como
otro, no decide, no hace, grita y se queja de dolor, para que
interactúe con el mundo debe renunciar a una de sus dos
personalidades, negando el dominio de la otra, pasar de Dr. a Mr. y
viceversa. Error, pues ese punto medio puede tener su propia ética,
lógica, filosofía, es también un pensamiento que no por carecer de
atención quiere decir que no exista, lo hace, pero es una forma
extraña, llena de incertidumbre y provoca el eterno miedo de los
científicos: que los conceptos se reformulen, que tiemble la
estructura y no haya lugar donde moverse, como hace el transexual o
cierto arte de frontera. Filosofías que influyen sobre filosofías,
pensamientos sobre pensamientos.
2
Hablemos de cierto pensamiento: el
pensamiento de la estupidez, el cual no es figura de en-medio sino
una forma polar, pero con él – como con muchos otros pensamientos –
podemos establecer mutaciones que son posibles gracias a cierta
posibilidad de confluencia y de la misma manera cuando esa
confluencia no pueda ocurrir simplemente tendremos que optar por una
polaridad.
El estúpido causa problemas a la Razón Ilustrada y ésta se tensa, se
molesta, se inquieta, enoja, descalifica a la estupidez seguramente
como empleo de un mecanismo de defensa. Por otra parte a la
estupidez lo razonable, lo lógico e incluso el orden social le son
aburridos cuando se trata de otro pensamiento con el cual no
comparte afinidades. El estúpido nos invita a redefinir el
diccionario en algunos de sus conceptos, pero lo más apocalíptico
para la ciencia es que el estúpido pida su propio lugar, su propia
historia, la cual no puede sino ser escrita por estúpidos, porque un
científico no sabría de ello, como preguntarle a un filósofo sobre
otra filosofía que no conoce, otro pensamiento en el cual no está,
porque pensar es estar en cierta parte, es tener cierta forma y
cuando no se está en ella simplemente a lo más que se puede aspirar
es a los recuerdos. Como en la paleta donde podemos combinar colores
para dar origen a nuevos colores, aunque en algunos casos el carmín
y el terracota serán rojo para un ojo que no es capaz de notar la
diferencia porque tal vez tampoco se cuente con las palabras para
ello.
3
Ser estúpido no evita crear, el
problema es que esos inventos parecen salidos de otra dimensión, en
buena medida porque el estúpido se encuentra en otra atmósfera, como
ejemplo las creaciones de La pistola automática maquilladora
y La alarma todo está bien, los cuales son desconcertantes
para el resto de la familia Simpson porque ellos no son estúpidos o
por lo menos no al grado como lo es Homero pues Bart reacciona
bastante bien ante algunas de esas creaciones como El sillón para
perezosos. Y es que dentro de las posibilidades de ser estúpido
está sorprenderse por cosas que parecieran tener un dote de
insignificancia como una caja vacía que se convierte en el juguete
momentáneo más entretenido, teniendo Homero una actitud infantil, de
hecho llega a poseer cierta semejanza el pensar como infante y el
ser estúpido, comparten la simpleza, la percepción de lo absurdo
como un universo de sorpresa. Un estúpido no ve el vaso medio vacío,
lo ve medio lleno, sin evitar que el mismo estúpido pueda exagerar
las cosas cayendo en lo absurdo. Maravillarse por la insignificancia
e incluso justificar que un puerco no deba ser matado porque lleva
sombrero. Argumentos estúpidos, pero argumentos.
3.3
Un gran error de la psiquiatría ha
sido igualar al loco con el estúpido. Ya que no todos los locos son
estúpidos y no todos los estúpidos están locos, como prueba de ello
la lucha de Homero contra su estupidez da un resultado negativo a la
estupidez; díganme un caso similar donde un loco luche contra su
locura y gane la razón, pues si puede hacerlo entonces no está loco
sino que simula su locura. Por ello es filosofía, es ética, es
pensamiento del cual se desplaza para escapar en algún momento y
hacer cosas que vayan en contra de su postura, toma momentos de
excepción, sale de su forma y toma otra en pos de supervivencia,
porque de lo contrario no habría motivo para pensar desde otra
perspectiva. Incluso la estupidez de Homero tiene un complemento
orgánico a la par de llamado gen Simpson; el crayón que le presiona
el cerebro y que cuando es retirado Homero pierde su particularidad,
se vuelve un intelectual a costa de perder su dote propio, su forma,
sale de ese pensamiento por un momento para finalmente regresar no
sólo por una felicidad propia sino también porque la alegría propia
y la de su familia. Y es que ser feliz y ser estúpido no están
peleados y dudosamente lo estarán siendo estúpido a la manera de
Homero, porque es una decisión, no un castigo. De hecho, hay cierta
sabiduría formal o convencional en el estúpido; Homero es un
profesional, fue universitario, sabe de ciencia, pero prefiere ser
estúpido.
3.6
Para el estúpido tres dolores
ganados de forma estúpida son más valiosos que diez ganados en el
trabajo formal, demostrando que el dinero para los estúpidos no es
importante en cantidad sino en la manera como se gana, fiel a su
lógica será una constante la búsqueda de modos de generar riquezas
que sean estúpidos como ganar centavos en la venta de grasa luego de
gastar dólares para comprar tocino. Es toda una significación propia
en relación a los objetos.
3.7
Resulta necesario aclarar que no
se debe confundir al filósofo con su filosofía; Homero no es la
estupidez, así como un fraile no es la ley cristiana. Se trata de
encarnantes, de representantes, de personajes ejemplares para ese
pensamiento. De la misma manera no hay que confundir a Homero con
Barni, porque el segundo es un alcohólico, no un estúpido, por ello
cuando no está tomado es un personaje ejemplar para la comunidad,
tiene múltiples éxitos, aunque su adicción le hace ser un tipo de
pocas palabras y sin muchas pretensiones, dos cosas que no comparte
con Homero. No obstante Homero es un ejemplo para Barni, de hecho se
le puede considerar un seguidor de la iglesia homérica simpsoniana.
3.9
Para Ned Flanders Homero acalla la
pequeña voz que le dice piensa, una voz que define como el sentido
común, porque quizá sea eso: Homero como un hombre que no escucha el
sentido común, que no piensa, que debe ayudarse poniendo su atención
en algún aparato o actividad cualquiera porque el silencio le da
condiciones para pensar y él no quiere, busca huir, su lógica es
otra, no es una lógica común. Porque un estúpido debe tomar
decisiones impulsivas y sin preocuparse por la coherencia, sin
prever los resultados o no inquietarse por ellos. Haciendo las cosas
incluso con las mejores intenciones pero con resultados no siempre
benéficos.
4
El tonto simula su torpeza, el
estúpido vive en estupidez.
Un
stupidus para la Real Academia de la Lengua Española se
relacionará con la torpeza, con la necedad, con la falta de
inteligencia y con lo estupefacto, a su vez con lo atónito y lo
pasmado, es decir lo inmóvil o por lo menos con la dificultad para
moverse que implica ser torpe. Vecino de la tontera como escases de
entendimiento, de razón e incluso como pesadez, molestia, ser
absurdo, risorio más que tristeza. Y la necedad como brutus;
violencia, animal, salvaje, lo tosco. Y el ignorante como aquel que
no tiene noticias de algo, la ignorancia: aquella falta de ciencias,
de noticias y de letras e incluso desconocer la ley. Y el idiota como
el que carece de toda instrucción. En todos ellos hay algo del
estúpido o el estúpido comparte con ellos lenguaje y perspectiva en
algunos casos mas no en todos porque entonces serían lo mismo y no
es así.
El estúpido es feliz en su estupidez, por su parte el tonto usa esa
simulación como estrategia para conseguir un objetivo. Homero puede
ser tonto a ratos, como puede ocurrirle a cualquiera pues todos
somos susceptibles de caer en la torpeza, pero se necesita conocer y
aplicar el pensamiento de la estupidez para ser estúpido y no tanto
atenerse a la situación azarosa de la torpeza e incluso la
ignorancia.
Para la mayoría de las personas
este conjunto de distinciones no son hechas o no son necesarias de
hacer, en buena medida aquello responde a que se trata de lenguajes
problemáticos y de allí la escapatoria con una
generalización, como se verá en las siguientes frases la estupidez
es amplificada – erróneamente – y su velo cubre a otros pensamientos
bajo el argumento de una semejanza. Albert Einstein dice: “Hay dos
cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo
no estoy seguro”, por ello la estupidez sería una cosa infinita,
¡tanta importancia tiene! Pero la estupidez también puede ser
bendita: “Una mujer amablemente estúpida es una bendición del cielo”
(Voltaire). Es apariencia y también puede ser negada o disimulada
para Francisco de Quevedo: “Todos los que parecen estúpidos, lo son
y, además también lo son la mitad de los que no lo aparecen”. Humano
y estúpido como una sola cosa además de ser carácter único del
humano: “Estupidez humana. Humana sobra, realmente los únicos
estúpidos son los hombres” (Jules Renard). La estupidez triunfa para
Johann W. Goethe: “Contra la estupidez hasta los dioses luchan en
vano”. Y también lo hace para Jean de la Fontaine pero a partir de
ser moda: “Todos los cerebros del mundo son impotentes contra
cualquier estupidez que esté de moda”. Y seguirá diciendo: “La
estupidez insiste siempre” (Albert Camus).
Todos estos – creo yo – no pretendían ser estúpidos y eso es un
problema para hablar de la estupidez desde sí misma. Quizá también
por eso la definición de stupid en el Dictionary of Oxford es
“Showing a lack of thought or good judgement”, depositando la fuerza
en la ausencia.
5
Peter Griffin es un seguidor del
pensamiento de la estupidez; fiel creyente y practicante con su
propia familia y propios escenarios donde pone en operación la
filosofía homérica, junto a su hijo mayor quien sigue sus pasos en
pos de ser como el maestro. En contrapeso de la balanza el perro
Bryant siempre se mostrará como inconforme, tendrá un pero
para todo.
De la misma manera Bart es un adepto, de hecho lleva el gen Simpson
que “afecta sólo a los hombres” aunque la estupidez no pudiera
reducirse a un carácter de la genética, Bart es un discípulo
directo. A él gustan algunas cosas que hace Homero como los inventos
e incluso lo apoya en varias situaciones haciendo las veces de
cómplice, pero con otras discrepa, porque está en desarrollo, crece
y aprende de los errores, su sensibilidad – presente en toda
filosofía – aún no se desarrolla al mismo nivel que Homero y por
ello algunas acciones y decisiones le parecen fuera de razón porque
hasta cierto punto lo están. Pero tiene disposición para aprender y
eso lo aleja del resto de personajes en modulaciones de modo que
Homero puede tener concordancias con la parodia que se presenta de
Mel Gibson, Cletus del Roy, Barni, el profesor Brinco y con el jefe
Gorgory e incluso Ralph, porque la estupidez – y esto es algo que
comparte con ciertas locuras – puede ser contagiosa.
No se trata sólo de juegos intertextuales entre personajes; va más
allá de decir que Peter Griffin es un homero no amarillo. Se trata
de pensamiento, de filosofía que se retoma como sombra para
producir, ¡demos cuenta de la existencia de la estupidez en la
cultura de masas, presente más allá de los dibujos animados!
5.9
Homero es un cardenal, un
ministro, un obispo, un master, incluso doctor, titular de la
cátedra de estupidología e instructor del taller de prácticas
estúpidas, monarca, Homero filósofo, el calvo panzón amarillo, su
alteza… el representante directo de la estupidez en la tierra.
* Publicado
originalmente en
revista Amadeus y Nod. # 10.
Enero
de 2009. Traducción del inglés al español por Adela Cervantes Zauman
* algunas referencias han sido traducidas a sus versiones
correspondientes en el castellano.
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