El aplauso y la implosión
Los
cantantes de ópera son maestros del aplauso. El público
bien dispuesto empieza a aplaudir, y los artistas empiezan entonces una
especie de danza cuidadosamente calculada para estirar el aplauso hasta
límites de locura. Contaba el zoólogo inglés Desmond Morris que el
aplauso es una señal que sustituye un gesto de los primates que
significa apoyo, solidaridad y amistad, y que, cuando la ocasión lo hace
posible, consiste en palmear el hombro del compañero. Tres mil
asistentes al teatro no pueden subir al escenario a palmear el hombro de
la prima donna —cosa que de todas maneras no sería conveniente
para su salud—, de manera que se aplaude. Una mano representa mi mano;
la otra representa el hombro de la homenajeada.
Una vez que un primate ha
comenzado a palmear (el hombro o la otra mano), la cosa funciona como el
sexo: si el compañero (en este caso el aplaudido) manifiesta interés, se
sigue hasta el agotamiento de toda la energía disponible.
Golpear las manos también tiene
otro significado, que ha dado origen a la palabra "explosión". Piense en
lo primero que se le ocurre, amigo lector, cuando un perro se le acerca
intempestivamente con ánimo mordedor. Como habrá observado, lo que
ocurre es que golpea con violencia las manos. Este acto (el de expulsar
ruidosamente un animal o una persona) era expresado, en latín, con la
palabra explodere. Es que plaudere significaba "golpear
con las manos" (de aquí, directamente, 'aplaudir').
Cuando se inventó la pólvora no
se sabía cómo llamar a ese estruendo mortal de los cañones, y cuando las
bombas incendiarias comenzaron a emplearse con asiduidad en la tarea
esforzada de exterminar al prójimo pasaron muchos años sin que nadie
diera nombre al asunto. Ocurría la desgraciada circunstancia de que
quienes más aptos eran para calificar el fenómeno tenían la ocurrencia
de morir en el acto innominado. Pero poco después de Waterloo alguien
pensó que 'explosión', es decir, aquel ruido que expulsaba animales, era
una buena palabra.
Caramba, dijeron algunos, si hay
explosiones debe de haber implosiones. Y antes de que Hitler invadiera
Polonia ya teníamos una nueva palabra, aunque no se sabía bien para qué
usarla.
Demolición del castellano
Por supuesto, la demolición del
llamado "Cilindro" de la ciudad de Montevideo no fue una implosión. Una
implosión es lo contrario a una explosión. ¿Qué ocurre en una explosión?
En cierto lugar se produce un aumento brusco de presión, por lo
cual el lugar tiende a expandirse. Si el lugar es un frasco cerrado, por
ejemplo (lo que vulgarmente se conoce como "bomba"), el lugar se rompe,
sus trozos viajan a gran velocidad hacia las cabezas de las personas que
andan cerca, y el resultado es un amasijo desagradable, que mancha la
ropa y casi siempre es fatal. En una implosión ocurre lo contrario: en
cierto lugar ocurre una disminución brusca de presión, por lo
cual el lugar tiende a contraerse.
Imagínese ahora una bomba, el
mismo frasco ya mentado, pero sin nada adentro. Nos metemos con el
frasco en el océano y empezamos a hundirnos. Llega cierta profundidad en
la que la presión exterior ejercida por el agua es tan grande que el
frasco colapsa y se concentra en sí misma: implota. Introspección drástica
del frasco: implosión.
Poner unos pedazos de explosivo
plástico en unos agujeros perforados en el hormigón de un edificio, y
después hacerlos explotar, de tal modo que el hormigón se rompa y el
edificio se caiga, no es una implosión. Es simplemente una demolición.
¿Por qué se insiste en usar la
palabra implosión en sustitución de demoler? ¿Misterios de la ignorancia
ajena? Quizá intentos por desviar la atención del atropello que se está
cometiendo. No pretendamos inquirir. Sería como preguntar por qué a un
edificio se lo llama "arena". Sí, hay edificios que se denominan
"arena". Pero en este caso se puede entender un poco la razón.
Más o menos cuando Shakespeare
decidió dejar este mundo, es decir, poco después de comenzado el siglo
XVII, empezó a usarse el término 'arena' para referirse a lugares de
combate. Con el tiempo, cualquier espacio rodeado de gradas, como un
circo romano (y no como eran los teatros en Inglaterra, patios sin
asientos), comenzó a llamarse 'arena'. Como copiamos todo a los
estadounidenses, nuestros lugares de espectáculos ahora se llaman
'arena'.
La empresa ANTEL construirá un
'arena' (¿o una arena?) en el lugar donde antes estaba el edificio
demolido. Luego de grabar en video la demolición y darle exhaustiva
difusión, ANTEL comenzó a decir:
El
futuro se construye con el trabajo del día a día. Por eso nos
enorgullece saber que esto es solo el comienzo y que, desbordados de
alegría y con mucha dedicación, continuaremos con las tareas para
alcanzar el sueño de todos. Gracias! [sic]
También dijo ANTEL, como si
la demolición de un edificio fuera una experiencia estremecedora que marcará para
siempre el espíritu de quien la contempla:
Por cada uruguayo que vivió este día histórico, hay un recuerdo único.
[…] La emoción es de todos. […] Empezamos a vivir el sueño de todos.
Es bastante notable cómo romper algo puede ser
mencionado como un acto de construcción, o cómo hacer literalmente polvo
el resultado del trabajo de lo mejor de la inteligencia uruguaya
desborde a alguien de alegría.
Qué era el cilindro
En 2013 el gobierno de la ciudad
de Nueva York dio un plazo de diez años a los administradores del
Madison Square Garden para que lleven a cabo su demolición. El
edificio ocupa un lugar que la ciudad necesita para ampliar la estación
de ferrocarriles Pennsylvania.
Desde 1968, el Madison Square
Garden fue el principal estadio cerrado y centro de espectáculos de
Manhattan, y quizá el estadio cerrado más famoso del mundo.