Asistimos
en nuestros días a una revalorización, social, política, jurídica y
económica de la cultura. Esto la torna protagonista indiscutible,
tanto desde lo empírico como desde las construcciones teóricas.
Desde hace unos años el derecho cultural ha sido reconocido con
carácter universal en distinto tipo de documentos nacionales e
internacionales. Por su parte, diferentes estudios académicos
reclaman para el acontecer cultural calidad identitaria
(Lomnitz, 2008),
simbólica y liberadora
(Auyero y Benzecry,
2008).
La Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 reza en su
artículo 27 que “Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente
en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a
participar en el progreso científico y en los beneficios que de él
resulten”. Asimismo, los artículos 18 y 19 de la misma declaración,
establecen los derechos al libre pensamiento y expresión, opinión y
difusión de las ideas. En este sentido debería entenderse también la
libertad de expresión y difusión cultural a través de la
autogestión. Es decir la percepción de cada individuo como gestor de
su propio desarrollo cultural y el de su comunidad.
El derecho que las personas y los pueblos tienen respecto de la
cultura no se limita al acceso a sus formas y manifestaciones, sino
que incluye la producción, promoción y autogestión. El artículo 15
del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales (ONU,
1966)
establece el amplio derecho de toda persona de “participar en la
vida cultural”. La cultura debe ser entendida como una forma de
comunicación y libre expresión y, en tal sentido, se debe favorecer
su desarrollo como natural de sus actores, intuitivo y proactivo
desde los intereses personales y grupales más íntimos y legítimos.
El desarrollo cultural está imbricado de manera indubitable con los
derechos a la educación y a la libre expresión. De hecho son
manifestaciones diferentes pero con un tronco común en cuanto a
formas constitutivas y expresivas de la persona. El gestor cultural
es un facilitador en cuanto a diseño, planificación y administración
de proyectos culturales y como tal constituye un elemento importante
en el desarrollo cultural. No obstante su figura no debe confundirse
con la del mediador indispensable. Por el contrario, toda persona ha
de entenderse potencialmente capaz de adoptar una actitud proactiva
en materia cultural. No existe el “ejercicio ilegal de la cultura”
cuando sus caminos no incluyen a un gestor cultural.
“Gestar –dicen Olmos y Santillán Güemes (2004)- es dar origen,
generar, producir hechos...lo que, de por si, implica movimiento,
crecimiento, transformación creadora…” siempre ligada a la acción.
La cultura no es solo un bien de consumo, tangible o intangible,
sino un bien integrador y creativo, emergente personal y social.
Entendida la gestión cultural como “conjunto de acciones que
potencian, viabilizan, despiertan, germinan y complejizan los
procesos culturales” (Guédez y Menéndez, 1994), se aprecia
claramente que tales acciones encuentran sus raíces en la persona
humana y en los grupos primarios antes que en la figura de un
profesional orientado al respecto, aun cuando éste pueda tornarse en
mediador si las circunstancias lo hacen adecuado para los verdaderos
portadores primigenios del derecho cultural.
Así como se reconoce el derecho a publicar ideas y opiniones y ello
no implica la necesaria mediación de los profesionales de prensa,
del mismo modo el derecho a la cultura no implica la participación
ineludible de profesionales de ese campo. Por el contrario, se trata
de un derecho personal que puede ser ejercido libremente y sin
mediación alguna por cada individuo. Es por eso que, más allá de la
importancia que pueda tener la formación de gestores culturales, tan
en boga en estos tiempos, la actitud más democratizadora de la
cultura sería la de brindar saberes de gestión a los individuos y
grupos sociales deseosos de involucrarse en la producción de hechos
culturales de distinta índole.
Seria un signo de madurez social otorgar las herramientas adecuadas
para que las personas puedan autogestionarse en los aspectos
culturales como forma de reducir la intervención externa en los
procesos de gestación y producción. Porque “el control cultural no
implica solamente la capacidad de usar o consumir un bien cultural,
sino la capacidad y libertad para producirlo, reproducirlo e
instalarlo” (Garreta, 2004). En tal sentido “todos los integrantes
de la sociedad han de ejercer y gozar el derecho a la cultura que no
es solamente la posibilidad de acceso al consumo de toda la oferta
sino también la libertad de expresión y promoción de las propias
pautas identitarias de las minorías, sin imponer un modelo
hegemónico” (Olmos, 2004).
Lo antedicho da lugar a la demanda de una especie de alfabetización
cultural. García Carrasco (2009) señala al respecto la vigencia de
la expresión “alfabetizaciones múltiples” que implica el proceso
alfabetizador en muchas dimensiones en un amplio abanico de
incorporación cultural. “Desde la perspectiva del hecho las culturas
se presentan como quehaceres, actividades en proceso, y/o como
realizaciones, productos acabados, como realidades en construcción
y/o como productos de fábrica” puntualiza García Carrasco (2009) y
asegura que “la iniciación cultural se concibe en este marco de
referencias como un proceso capacitante, habilitante, para la
participación en quehaceres” para continuar indicando que la cultura
incorporada “se muestra en la acción social y en la profesión del
actor social”
Así la cultura como “realidad instrumental” destinada a “satisfacer
las necesidades del hombre que sobrepasan la adaptación al medio
ambiente” (ibídem.), denota un alto valor empírico en su
cotidianeidad. Desde la perspectiva de la significación,
adquiere relevancia la “actividad simbólica mediante la cual los
humanos descubren, describen e incorporan el significado, mientras
notan y sienten el mundo” (ibídem) lo cual implica también un
indubitable involucramiento de la persona.
Si lo que se desea es promover una cultura naturalmente emergente y
libre de condicionamientos, las políticas en tal sentido deberían
incluir una alta dosis de diseminación de los saberes atribuidos en
forma genérica a la gestión. Una verdadera contribución a la
democratización de la cultura debe hacer depositarios a los
individuos y a los pequeños grupos sociales de las herramientas
teórico prácticas para la acción.
Bibliografía y fuentes:
- Auyero, Javier y Benzecry, Claudio (2008): voz “Cultura” en
Altamirano, Carlos: Términos críticos de sociología de la cultura,
Paidós, Buenos Aires.
- García Carrasco, Joaquín: (2009). “Las formas de la alfabetización
cultural en la sociedad de la información”. En San Martín Alonso, A.
(Coord.) Convergencia Tecnológica: la producción de pedagogía high
tech [monográfico en línea]. Revista Electrónica Teoría de la
Educación: Educación y Cultura en la Sociedad de la Información.
Vol. 10, nº 1. Universidad de Salamanca . En línea: http://www.usal.es/~teoriaeducacion/rev_numero_10_01/n10_01_garcia_carrasco.pdf
[Consulta: 12-DIC-2009]
- Garreta, Mariano J. (2004): “La asociación sociocultural en una
sociedad compleja”. En : “El gestor cultural. Ideas y experiencias
para su capacitación”, CICCUS, Buenos Aires.
- Guédez, Victor y Menéndez, C. (1994): “Formación del gestor
cultural”. En: Memorias del Encuentro Internacional sobre Gestión
Cultural. COLCLTURA-SECAB, Bogotá.
- Declaración Universal de Derechos Humanos, ONU, 1948. En línea:
http://www.un.org/es/documents/udhr/ [Consulta: 12-DIC-2009]
- Lomnitz, Claudio (2008): voz “Identidad” en Altamirano, Carlos:
Términos críticos de sociología de la cultura, Paidós, Buenos Aires.
- Olmos, Héctor A. (2004): “Políticas culturales y gestión”. En :
“El gestor cultural. Ideas y experiencias para su capacitación”,
CICCUS, Buenos Aires.
- Olmos, Héctor A. y Santillán Güemes (2004): “El mundo en gestión”.
En: “El gestor cultural. Ideas y experiencias para su capacitación”,
CICCUS, Buenos Aires.
- Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,
ONU, 1966. En línea: http://www.indigenas.bioetica.org/cescr.htm
[consulta: 12-DIC-2009]
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